jueves, 26 de agosto de 2004

Hay que resolver el desafío y hacer un poco de justicia (poética)

El 22 de mayo de 1900, un tal Pedrín firmó A Rusita en las páginas de la revista uruguaya El Fogón.

Es un ejemplo de lo que se conoce como poesía cocoliche, fruto de la fonética, de las palabras que están en el aire, a fuerza de oírse hablar el castellano a los inmigrantes, preferentemente italianos (aunque hay también sonoridades de inmigrantes judíos, rusos, alemanes, con lo que también se hizo literatura...)

Nace en el Río de la Plata a finales del siglo XIX con la ola de italianos.
Martín Fierro se ríe también de aquel "papolitano", uno de aquellos que el ejército llevaba a la frontera como colonos (dicho sea de paso, mi bisabuelo materno, un santo varón, era uno de esos...pero, la historia, que es buena, para otro día.)

Ahora bien, Cocoliche tiene lo suyo.
ver

Parece que en el circo de los hermanos José y Jerónimo Podestá, allá por 1890, había un peón al parecer calabrés, al que solían llamar a secas Francisco, y que hablaba atravesada una lengua que apenas si había aprendido. Era broma común imitarlo, hablando una lengua que solamente sonaba como la deformada del inmigrante.

Hasta que llegó un actor al circo: Celestino Petray. En realidad, volvió. Se había ido a probar suerte. Y no tuvo mucha en la Patagonia, adonde había ido a parar.

El habla de los inmigrantes parecía un buen recurso humorístico, pero hasta entonces a Petray no le había dado mucho resultado. Andaba por el circo sin puesto fijo.

Los Podestá ponían en su espectáculo una versión de " Juan Moreira".

Petray, una noche, se hace del peor caballo que encuentra entre los animales del circo y pasa improvisando por una escena de fiesta campera que jugaban en Moreira.

Jerónimo Podestá, que actúa, lo saluda como Cocoliche e improvisa con él un diálogo.

Petray tenía buen oído y en la escena habla el castellano como aquel peón. La primera frase hace estallar la risa y los aplausos. Y así queda consagrado el 'cocoliche', habla y personaje.

¿Y la palabra? Según parece, el peón se llamaba Francesco o Antonio Cucoliccio o Cuccoliccio.

Algunos de estos datos los trae Podestá, citado por el infaltable José Gobello.