martes, 31 de marzo de 2020

Noia e luna


Non so cosa c'entri la noia
di persone sole, forse perdute,
con questa luna.

Li sento parlare al buio,
sussurrando il vuoto.

E senza poter vedere la luna stanotte.

Ma la luna è lì.

Allora, io penso:
cosa c'entra la sua noia con la verità di questa luna,
con questo brivido soffio di verità?

Nessuno è solo,
non ci sono persone noiose o vuote,
se riesce a vedere la luna stanotte.



lunes, 30 de marzo de 2020

Fotografia


Avevo messo un fiore accanto alla tua fotografía.

Era ieri.

Ed era solo una rosa bianca.

Oggi, c'è un piccolo bocciolo tra le foglie.

Come fanno i fiori a conoscere queste cose:
che l'amore non muore, né uccide,
che ingrandisce,
germina,
e fiorisce e fa fiorire?

O sarà stato il tuo sorriso,
mediterraneo, vivace,
che fa crescere il mondo e tutto,
ed è più vicino a me
che il fiore alla tua fotografia?




Silencio per accidens


En fraseo escolástico, es un silencio per accidens, no un silencio per se.

Diría, la secuela no buscada de otra cosa.

Para el que vive en una ciudad-ciudad, no sé cómo será.

Para un servidor, que vive sus días en una ciudad de las afueras, de pronto, se asordinaron primero los rumores y murmullos, sirenas, frenadas, piques furibundos de motos y cosas así, a cualquier hora. Hasta que desaparecieron. A cualquier hora.

La noche es el territorio en que se hace más patente. Pero el día no va a la zaga.

Pájaros inusuales con cantos nuevos, ladridos sonoros que se adueñan del aire. La música, que suele oírse aquí y allá en tiempos de mundo ruidoso, también se apagó. Apenas se oyen conversaciones de casas linderas, muy apenas. Nada de gritos. Nunca.

El único sonido de la vida anterior que llevo registrado es uno de la madrugada: el camión de la basura. Podría decir el recolector de residuos, pero no soy tan estúpido, todavía.

¿Qué se harán las gentes con ese silencio per accidens?

En muchos casos, al menos en los primeros días de los encierros masivos, presumo que el silencio per accidens llegó de la mano del temor, de la ansiedad, de contener la respiración, de la sorpresa aturdida de estar en medio de un mundo desconocido. Creo que eso dura todavía, aunque el acostumbrarse es cosa de hombres, también. Y hasta el pánico puede volverse un vecino al que ya se lo saluda con aire confianzudo.

Para casi todo el mundo, el silencio no traspasa las pantallas, que no hablan más que de una sola cosa. En muchísimos casos, el silencio cerca las redes digitales, como si fuera una campana que aisla el (inexistente) ruido exterior y sólo deja oír a Zoom, a Houseparty, a Skype, a Whatsapp, a Hangout y así. O a las voces mudas que transitan Twitter, Facebook, Instragram, atiborradas como una calle céntrica de un día hábil a la hora pico. Memes, conspiraciones, videos lúdicos, fragmentos de declaraciones, de conferencias, de advertencias, de terrorismos audiovisuales.

Y después la secuela de la secuela. Repetir y repetir, esto y aquello, lo que dicen, lo que dijo, lo que están diciendo, lo que dirán. Reenviar. Y reenviar. Y reenviar. En medio del silencio per accidens. Reenviar el ruido.

(Hasta estas mismas líneas que el sufrido lector lee ahora, dígame si no. De algún modo, al menos.)

El silencio per accidens.

No es el silencio per se.

Silencio subproducto. Silencio derivado. Algo no amado por sí mismo. Algo a lo que han sido arrojados miles de millones de seres, a los que la palabra les es un proprium (sigamos escolásticos un rato más...), palabra proprium que se malgasta y se aturde en medio del silencio de mala uva.

Una oportunidad única de contrastar el silencio del aire con la voz significativa, nacida de un silencioso diálogo interior. Una oportunidad perdida, por ahora.

Las gentes buscando aquí y allá la noticia, la clave. O lo que pueda llenarle el vacío.

Y el vacío que campea, orondo. Llenándolo todo con su zumbido y su estrépito continuo.

Me cuentan, en estos días, de un niño que, ajeno al mundo, en un tenso silencio, en un rincón de la habitación, con sus hermanos jugando aquí y allá, con unos legos en forma de caballo (forma imaginaria, claro que sí...) se enfrenta una y otra vez a un dragón (hecho de lo mismo y con la forma tan imaginaria como la del presunto caballero, su oponente).

En medio de este mundo de este día, en medio de un vacío que provoca alrededor un silencio mal nacido, un niño encabrita en silencio su caballo y se lanza a matar al dragón silencioso. Y como no va narrando su aventura al tiempo que ocurre, como sería en cualquier película al uso, cuando se le pregunta qué está haciendo, contesta levantando la mirada de los legos en batalla: "...matando a un dragón...",  y el tono de su protesta deja claro que no tiene sentido la pregunta innecesaria.

Eso es silencio per se, me digo. Eso es vida interior.


Vale, sin casi, tanto como una oración bien llevada.




sábado, 28 de marzo de 2020

Sorpresa


Adesso,
finalmente,
vivere è come il riverbero

di una sorpresa sconosciuta.

O l'eco profumato della notte nel mattino.

Un'emozione dimenticata, 

ed ora inedita:
aver visto,
aver sentito,
aver attraversato la penombra,
aver visto scomparire un oceano di nebbia,
lasciarsi alle spalle le ombre.

Ed essere di nuovo giovane
negli nuovi occhi giovani che guardano,
nel sorriso amoroso che festeggia

la nostra esistenza.

Che ogni giorno non sia un intervallo,
un deserto da annaffiare per scopi,
il tempo sospeso
e il cuore che anela anche se di qualcosa.

E che ogni notte sia stellata di nuovo
e non sia un vuoto da riempire.
Che possa guardarsi la luna
e non sia un volto vago.

E che ogni parola sia ascoltata,
qualcosa veramente sentita,
un bene ricevuto,
un dono sincero.
E che ogni parola
non sia saltare senza senso,
tra gli alberi, dondolandosi
da nessuna parte a nessuna parte,
un sotterfugio.

Perché adesso,

finalmente,
vivere è come il riverbero

di una sorpresa sconosciuta.

E così è la vita che si vive davvero.





viernes, 27 de marzo de 2020

Compassione


Ci sono quelli che non hanno un posto dove tornare.
Fratelli di quelli che non hanno dove andare.
Cugini di coloro che non sanno da dove vengono.

Non sapere.
Né che cosa si aspettano.
Né fino a quando.
O perché.
Non sapere.
Né se hanno perso tutto.
Né se avessero mai avuto qualcosa.

Non sempre le loro facce lo dicono.

Ma loro lo sanno.

A volte è uno sguardo sfuggente.
O una paura che si intravede in un sorriso.
Una serenità irrequieta;
fingere, far finta di niente.
Svegliarsi nel cuore della notte,
guardare l'orologio
senza sapere quale ora aspettare,
qual è quella che conta. .

In una piazza qualsiasi,
forse sotto un araucario,
o una quercia,
su una panchina verde appena verniciata,
le braccia incrociate sul petto,
lo sguardo infinito,
vedrai un viso così.

La più bella compassione,
semplice come una giovane contadina allegra,
potrebbe essere, a volte,

salutare quel viso,
forse truccato di indifferenza
o di felicità...


Salutare anche a distanza,
con cortesia.

Offrire un vero,

un gentile "buon giorno".




jueves, 26 de marzo de 2020

Sotto il cielo


Ogni volta che ho visto il mare,
aveva il suo costume di mondo immenso.
Inebriante, non dico di no.
Un intero mondo pieno di cose...


La maschera della vastità del mondo.

Di questo mondo.

Sdraiato sul suo letto scuro,
il mare sembra guardare il cielo.

Sembra proprio. Non di più.

Forse riflette il cielo.
Forse sembra davvero un campo fermo,
ma è scosso, come questo mondo è scosso.

Lontano dal cielo,
il mare è lì,
forse solo per salvarci da un naufragio.


Invece,
in piedi in mezzo al campo,
nella bollente e vivace solitudine della terra viva;
o abbracciando le rocce di una montagna,
sull'ultima pietra, così in alto, senza nulla da scalare;
o al di là della altezza delle foreste,
il cielo immobile è come una clamide che protegge,
vicino e allo stesso tempo diverso. E mai distante.

Sempre su di noi, sereno e luminoso.

Sempre per noi.



miércoles, 25 de marzo de 2020

Senza fine


Dire una parola tenera,
oggi potrebbe suonare come un strepito d'amore.
Ma, l'amore s'azzittisce.

Sentire una parola incoraggiante,
oggi potrebbe suonare come una carezza di fuoco.
Ma, fa freddo.

Lontano,
(sei a una distanza che non so),
navigate in una solitudine senza scadenze.

E i tuoi passi sono stati bloccati.


Ma non il battito del cuore.

Si sente ancora che grida
con il suo strepito di fuoco,
con il suo amore senza fine.



Crónica de una Vida anunciada






Y haríamos bien en recordarla.


Porque la Fiesta de la Anunciación que celebramos hoy es el cumplimiento de una Promesa.


Pero es un recordatorio, además.


De algo que no podemos olvidar. Nunca.


Un recordatorio que termina con las palabras: Ecce ancilla Domini. Fiat mihi secundum verbum tuum.


Y con eso, la Madre de la Promesa Cumplida, nos dice qué tenemos que hacer.







martes, 24 de marzo de 2020

El mal hipnótico







Por esta vez, puede "leerse" en la versión de Jackson. Aunque los textos están tocados por su mano, lo substancial, lo que importa ahora, está.

Varias veces a lo largo de El Señor de los Anillos, Tolkien advierte acerca de mirar demasiado la cara del mal. Y eso, básicamente, porque es hipnótico.

Y porque, en esa hipnosis, el mal logra hacer desaparecer o logra ajar y desvirtuar lo bueno hasta hacerlo aun indeseable, detestable, doloroso y hasta con un dolor que puede insultar lo bueno.

Porque el mal querría que no viéramos lo bello que odia, lo bueno que aborrece, lo verdadero que desprecia. No tendrá esclavos hasta que eso pase. Un amor libre y sencillo a algo verdadera y buenamente bello rompe el hechizo, la hipnosis, las cadenas.

Y esa cadena es también el grito de los Nazgûl que aterra y desespera a los hombres. Un grito que lacera y que, aunque no suene en el aire, estremece igual el corazón de los hombres y los acobarda. Los desespera.

No a todos.

Tolkien quiso que, en particular, el hobbit común y silvestre, el más pequeño de los Medianos, no le quitara la vista al bien en ningún momento: Sam Gamyi.

Quiso que él no le quitara la vista a lo bueno de la belleza. A la belleza de lo bueno.

Sam Gamyi ama la Comarca y su Medianía, las frutillas, los campos, el conejo guisado, las canciones que hablan de héroes y de elfos, los avellanos en flor, la primavera del mundo. De este mundo, sí. Pero que representa y simboliza otra Primavera que no es en este mundo. Ni de este mundo.

Sam Gamyi, rectamente, buenamente, cordialmente, ama.

Es el gran secreto.

No olvida amar. No deja de amar. Por amor a lo que ama, obra. Aun en la hora más terrible y oscura cuando parecería que nada hay que esperar, que no hay esperanza. Ama y porque ama, continúa. Y continúa porque no ha perdido la esperanza.

También lo dijo Simone Weil: lo que hace que un desgraciado no sea un desesperado es que aun en la suma desgracia, no se olvida de amar.

Y se ama lo que es bueno amar, lo que es amable, lo que lleva sembrada la semilla de un Amor que lo ha hecho existir.

Y que existe no solamente porque es bueno que exista, sino, tal vez, como un memento boni, un memento pulchri, un memento veri.

Para que en la hora que a uno puede hacérsele la más oscura, quitándole la vista al mal por un momento, sustrayéndose al mal hipnótico, y volviendo la vista a lo bello, no olvidando lo bueno y no olvidando lo que es más verdad que todo, recuerde amar.

Y recuerde que ama. 

Y no desespere.  





lunes, 23 de marzo de 2020

Complimento


Il fiore che ti ho dato,
sono io.

L'aroma sei tu.


Senza aroma, non ci sarà fiore.





Mare di spiagge


Quelle rondini
che bucano le scogliere per fare i loro nidi
e gelosi vogliono attaccarne anche uno.
Quei ritmati gabbiani sull'acqua
che gridano ai loro pesci
per proteggerli dalla loro caccia.
Onde che battono sabbie vuote su spiagge fredde.
Un'aria di sale che nessuno sente.
Sopra, un cielo di marzo senza voci.

Oggi, è tutto il mare che c'è.



 

Aere perennius


Gli anni passano.

Camminare tra tanti.
Incontrare persone nella vita.
Ma la vita sembra così strana.

Di cosa siamo fatti nella memoria degli altri?
E gli altri nella nostra?

Gli anni passano.

E gli occhi non sempre vedono,
anche se hanno visto;
né vedono la stessa cosa quando vedono la stessa cosa.

Scomparire, forse.
Potrebbe essere.
Allontanarsi, magari.

Forse alla distanza infinita da ciò che non è stato.
Forse alla distanza immensa da ciò che non è ancora.

Sarà possibile? Sì, è possibile, a quanto pare.

Almeno, penso, se qualcuno potesse,
potrebbe essere ricordato,
in un modo o nell'altro.

Come se si potesse ancora dire "cosa sarebbe successo se ...".
Come se si potesse dire "cosa sarà diventato della vita di ..".

Suonerebbe meglio che dover dire "davvero non ricordo ..."

O qualcosa del genere.




domingo, 22 de marzo de 2020

Non omnis moriar (II)




La muerte es apenas un poco más joven que el hombre. Y ella, en este mundo, "sobrevivió" al primero (al menos, así habría de ser por un tiempo...). Lo que significa que la extensión del asunto es casi la extensión misma de la humanidad en este valle.

Donde queramos empezar, podremos. Así, aunque casi oxímoron intencional, puede seguirse la vida de la muerte en cualquier momento del tiempo. Y de ese modo ver cuáles son los gestos del hombre ante "la hermana muerte corporal", como la llama san Francisco, en el que dicen ser el primer poema en italiano, o en dialecto umbro, mejor:
Laudato si mi Signore, per sora nostra Morte corporale,
da la quale nullu homo uiuente pò skappare...
No sólo a los filósofos y poetas el tema los acucia, y por eso está en la lista que resume los pocos asuntos que el hombre no puede ni quiere evitar o desatender.

Uno de los capítulos que apasiona a los arqueólogos y antropólogos, precisamente, es el de los rastros de los ritos funerarios de la antigüedad. Una de las razones de esto, diría un servidor, es que tal vez como muy pocas cosas, son un signo inequívoco de presencia humana. Además, claro, de poder ver, por esa pequeña ventana, el mundo interior y la concepción del tiempo y de la vida y de la propia muerte que pudieron expresar de ese modo.

Pero por el momento no voy a entrar en más honduras. Y siguiendo lo dicho empezaré estas líneas por cualquier parte.

Por ejemplo en el escudo de armas de los Zorrilla, antigua familia cántabra desde el siglo XII y con armas documentadas ya en el siglo XVI, reza el lema
Velar se debe la vida de tal suerte que viva quede en la muerte
En otras heráldicas asturianas, como la de los Mesta o los Guerra, dice algo parecido
Nada hay que más despierte que velar sobre la muerte
Otras heráldicas son en un sentido importante todavía más claras, aunque más difíciles de entender ahora, aplicadas a este asunto.

Los Lasso de la Vega, o de la Vega a secas, tienen en su escudo solamente las palabras Ave María, en azur sobre un campo de oro.

Según el Catálogo de la Real Armería, la razón de esto hay que buscarla en la batalla del Salado de 1340 y en la concesión que Alfonso XI le hizo a Garcí Lasso de la Vega de usar esta divisa en sus armas (lasso parece no haber sido un apellido sino un mote, algo así como cansado, y no era suyo sino que le venía de familia). En esa batalla, don Garcilaso arremetió contra un moro en medio del combate porque llevaba atada a la cola de su caballo una estela con esas palabras, como botín y afrenta a la vez. La recuperó y la lució en sus pendones primero y en sus armas después.

¿Qué tiene esto último que ver con lo anterior? Ya veremos.


Nomás rastrearlo, el primero de los lemas que mencioné suele atribuirse a santa Teresa de Ávila, pero (al margen de que parece ser anterior a sus días) nunca encontré -seguramente por impericia- el lugar donde dice esto así o algo parecido. Es verdad que el sentido de la expresión bien podría ser suyo de ella. Pero de tantos otros...españoles, por caso.

No me parece justo detenerme en el siglo XVI o algunos antes para buscar lo que dijeron o exhibieron otros sobre el asunto en palabras muy parecidas, casi desde siempre.

Por ir atrás, vayamos al Fedón de Platón. De este diálogo se sigue la idea de que la vida de un filosofo es una meditación sobre la muerte. Algunos citan así tal cual la expresión como si esas palabras fueran suyas. Pero no dijo eso exactamente, aunque bastante parecido.

Prueba de esto es que Cicerón en el libro I de las Tusculanas lo refiere así:
Tota enim philosophorum vita, ut ait idem, commentatio mortis est. (Pues toda la vida de los filósofos, como dijo él mismo, es un comentario/meditación/reflexión de la muerte) 
y ese ut ait idem se refiere a Platón.

Los estoicos alrededor del mismo tiempo ciceroniano decían cosas parecidas. Epicteto, por ejemplo:
Deja a otros que se dediquen a estudiar cosas del derecho, a la poesía o a hacer silogismos. Tú dedícate a aprender a morir.
Y esto también quizás trayendo el asunto del Fedón, donde se la presenta como maestra del conocimeinto, con la idea de que los verdaderos filósofos se ejercitan para la muerte. Expresión la última que no deja de estar llena de sugerencias interesantes.

Los epicúreos, sin embargo, descreían de la sobrevida y consideraban, lo digo a mi modo, que la muerte no era una puerta sino una pared, detrás de la cual había nada. Y con eso, a gozar sin tanta milonga.

Con algo más de pesimismo, y fiel a su estilo, sirve Schopenhauer como complemento epicúreo y contraste con lo demás. Nos recuerda Josef Pieper en Muerte e Inmortalidad algunas de sus frases:
¡No temas! Con la muerte dejas de ser algo, que mejor hubiera sido no haber empezado a serlo. En el fondo somos algo que no debería ser; por eso cesamos de serlo un día. Quizás la propia muerte será para nosotros la cosa más fabulosa del mundo.
Tal vez el propio Cicerón, en la segunda de las 6 paradojas que analizó de los estoicos (breve y sabroso trabajo de Marco Tulio), le contestó a Schopenauer, y a otros, aunque allí acotando el alcance todavía a este mundo y a este tiempo.
La muerte es algo terrible para aquellos para quienes con la vida se extingue todo. Pero no lo es para los que no pueden morir en la estima de los hombres.

De modo que el pervivir (que no es sobrevivir, a secas) no es asunto nuevo, de un modo u otro. Los hombres hemos insistido en esta idea durante miles de años, con sus más y sus menos. Temor a la muerte, aferramiento a la vida, deseo de perdurar.

En su línea, eso es Non omnis moriar, después de todo.

Pero el asunto aquí no es qué cosa sea la muerte. El asunto es qué significa vida.

No es definitorio saber qué nos significa dejar de existir, sino qué nos significa no dejar de existir y qué nos empuja a eso, dicho sea al pasar y no tanto.

Pensar en la muerte es pensar indirecta o directamente en la vida.

No se trata de nuestra concepción de la muerte. Se trata de nuestra concepción de la vida. Es el busilis del asunto.

Para paganos, ateos, creyentes y mucho más para un cristiano.

Dejar viva la vida en la muerte es toda la cuestión.

Ya dije qué significaba esa vida de la gloria y fama temporales, esa pervivencia histórica en la memoria de los hombres porvenir.

Eso existió. Y existe aún hoy.

Por otra parte, en marenostrum, la bitácora de músicas, dejé una Passacaglia della Vita barroca que hace pendant con estos asuntos. En la última estrofa, dice:
E quando che meno
ti pensi, nel seno
ti vien a finire,
bisogna morire.

Se tu non vi pensi
hai persi li sensi,
sei morto e puoi dire:
bisogna morire.
Con notas características de este tópico de la fugacidad de la vida, se habla de la muerte y de la fugacidad de esta vida, se entiende, en primer lugar.

Para el mismo tiempo, y parejamente con ese sentimiento poético o filosófico de lo fugaz, en la espiritualidad cristiana había una insistente memoria de lo pasajero de la vida (de esta vida) y de la proximidad desconocida de la muerte, cuya cercanía y presencia nos apremiaba a no morir, a no querer morir para siempre, y así caer en lo que llamó san Francisco, otra vez él y en aquel mismo poema de 1224 (Il Cantico del Sole), la muerte segunda, aquel terrible morir después de haber muerto:
beati quelli ke trouarà ne le Tue sanctissime uoluntati,
ka la morte secunda no 'l farrà male.

En un rapto conceptista, podríamos decir entonces: hay que cuidar la vida cuando uno muere, y condensar así el espíritu de ese espíritu.


Pero me estoy poniendo muy serio. Y ya que mencioné a santa Teresa la Grande, vayamos a ella.

Un recreo, diría.

Escribió mucha poesía dispersa, y por siglos no se le dio demasiada importancia, porque ni ella misma se la daba. Según los biógrafos, muchas veces usaba la poesía para "ver felices a sus hermanas", según decía la santa doctora.

Aunque el tema fuera la muerte y hasta tomado como en broma. Y aún la muerte de Jesús.

Me voy con ella, ahora.


Al Nacimiento de Jesús

Hoy nos viene a redimir
un Zagal, nuestro pariente,
Gil, que es Dios omnipotente.
- Por eso nos ha sacado
de prisión a Satanás;
mas es pariente de Bras,
y de Menga, y de Llorente.
¡Oh, que es Dios omnipotente!
- Pues si es Dios, ¿cómo es vendido
y muere crucificado?
- ¿No ves que mató el pecado,
padeciendo el inocente?
Gil, que es dios omnipotente.
- Mi fe, yo lo vi nacido
de una muy linda Zagala.
- Pues si es Dios ¿cómo ha querido
estar con tan pobre gente?
- ¿No ves, que es omnipotente?
- Déjate de esas preguntas,
muramos por le servir,
y pues Él viene a morir
muramos con Él, Llorente,
pues es Dios omnipotente.


Para una Navidad

Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
muramos los dos.
- Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.
- Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.
- Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
- Grandes azotes
con mucha crudeza.
- Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.
- Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
- Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
- ¿No ves que Él lo quiere?
muramos los dos.


A San Andrés

Si el padecer con amor
puede dar tan gran deleite,
¡qué gozo nos dará el verte!
¿Qué será cuando veamos
a la inmensa y suma luz,
pues de ver Andrés la cruz
se pudo tanto alegrar?
¡Oh, que no puede faltar
en el padecer deleite!
¡Qué gozo nos dará el verte!
El amor cuando es crecido
no puede estar sin obrar,
ni el fuerte sin pelear,
por amor de su querido.
Con esto le habrá vencido,
y querrá que en todo acierte.
¡Qué gozo nos dará el verte!
Pues todos temen la muerte,
¿cómo te es dulce el morir?
¡Oh, que voy para vivir
en más encumbrada suerte!
¡Oh mi Dios, que con tu muerte
al más flaco hiciste fuerte!
¡Qué gozo nos dará el verte!
¡Oh cruz, madero precioso,
lleno de gran majestad!
Pues siendo de despreciar,
tomaste a Dios por esposo,
a ti vengo muy gozoso,
sin merecer el quererte.
Esme muy gran gozo el verte.


A la profesión de Isabel de los Ángeles

Sea mi gozo en el llanto,
sobresalto mi reposo,
mi sosiego doloroso,
y mi bonanza el quebranto.
Entre borrascas mi amor,
y mi regalo en la herida,
esté en la muerte mi vida,
y en desprecios mi favor.
Mis tesoros en pobreza,
y mi triunfo en pelear,
mi descanso en trabajar,
y mi contento en tristeza.
En la oscuridad mi luz,
mi grandeza en puesto bajo.
De mi camino el atajo
y mi gloria sea la cruz.
Mi honra el abatimiento,
y mi palma padecer,
en las menguas mi crecer,
y en menoscabo mi aumento.
En el hambre mi hartura,
mi esperanza en el temor,
mis regalos en pavor,
mis gustos en amargura.
En olvido mi memoria,
mi alteza en humillación,
en bajeza mi opinión,
en afrenta mi vitoria.
Mi lauro esté en el desprecio,
en las penas mi afición,
mi dignidad sea el rincón,
y la soledad mi aprecio.
En Cristo mi confianza,
y de Él solo mi asimiento,
en sus cansancios mi aliento,
y en su imitación mi holganza.
Aquí estriba mi firmeza,
aquí mi seguridad,
la prueba de mi verdad,
la muestra de mi firmeza.


Para una profesión

Todos los que militáis
debajo desta bandera,
ya no durmáis, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.
Si como capitán fuerte
quiso nuestro Dios morir,
comencémosle a seguir
pues que le dimos la muerte.
Oh qué venturosa suerte
se le siguió desta guerra;
ya no durmáis, no durmáis,
pues Dios falta de la tierra.
Con grande contentamiento
se ofrece a morir en cruz,
por darnos a todos luz
con su grande sufrimiento.
¡Oh, glorioso vencimiento!
¡Oh, dichosa aquesta guerra!
Ya no durmáis, no durmáis,
pues Dios falta de la tierra.
No haya ningún cobarde,
aventuremos la vida,
pues no hay quien mejor la guarde
que el que la da por perdida.
Pues Jesús es nuestra guía,
y el premio de aquesta guerra
ya no durmáis, no durmáis,
porque no hay paz en la tierra.
Ofrezcámonos de veras
a morir por Cristo todas,
y en las celestiales bodas,
estaremos placenteras.
Sigamos estas banderas:
pues Cristo va en delantera,
no hay que temer, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.


¿Y el Ave María, de las armas de los Lasso de la Vega?


Eso, precisamente, significa que me quedé corto con dos partes y tendrán que ser tres.



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En la ilustración de esta entrada se ve una fotografía. Son gentes de Pompeya calcinadas, tal como fueron sorprendidas súbitamente por la onda piroclástica del volcán Vesubio, cuando estalló en el año 79.

A ese lugar que allí se ve, se lo conoció más tarde como El jardín de los fugitivos.








sábado, 21 de marzo de 2020

Passeggiata


Sotto il sole, sono camminato
sulle tracce dei tuoi passi piccoli.

Già sorridendo sull'altalena ambi due,
poi preso dal tuo braccio
tra i germogli d'alfalfa,
poi andando per il campo dopo che è calato il buio.

Ricordi la paglia nelle mie scarpe,
ricordo l'aroma di lino nei tuoi capelli.

Il giorno era finito.

Però mi facevi ridere ancora.





Neve d'estate


Sorprendente.

Bello improvvisamente.


Come un amore sconociuto
apare e te stupisce.




Nella folla di suoni


Il mondo è vuoto,
sembra vuoto.

Sotto una scia di silenzio,
dietro le mura del terrore,
so che ci sono occhi che non vedono,
anime che non respirano.

Immagino gli spiriti che aspettano con paura,
proteggendosi dall'invisibile;
comunque nei guai dietro le porte,
i guai del cuore che non sa cosa aspettarsi:
forse un paradiso che non devi cercare oltre la morte,
un cielo durevole e sufficiente;
o un breve inferno che finisce improvvisamente qui,
sulla terra,
e che se svanisce nel suo stesso fumo,
scomparirà per sempre.

Il mondo è vuoto oggi.
La scia del silenzio è diventata un mare senza rumore.
Un mare di silenzio totale.

Ma cosa dico io: non senza alcun rumore.

Sento grilli di notte,
una specie di falco al mattino stridendo per la sua preda,
o un'aria leggera che scuote le foglie.

Il mondo è vuoto,
ma i loro suoni sono guariti
perché, per un momento, sono guariti dalla folla:
almeno i suoni ora sono liberi dalla folla pazza.

E, tuttavia,
in mezzo a quelle voci vecchie e ora nuove,
mica voi,
magari il ricordo della tua voce.
Nemmeno.
La memoria del ricordo della voce.

Rende ancora bello il mondo.



viernes, 20 de marzo de 2020

Canzone


(Commosso il cor, ha visto come il sole,
sul suo sguardo, trema e si svanisce
e manca a lui la luce che splendeva...)

Tutto si spegne in tanto, e lei, scintilla,
in mezzo il buio apare, lo inseguendo,
e con lo sguardo in me, di amore parla.

E chiudo gli occhi che si siano arresi,
e il suo amore scende in quella luce
che brucia caldamente in quelle fiamme.




Autunnale


Solo il silenzio. 


Così parla l'anima. 


Così l'anima ascolta.






Rapporto del giorno


Ho visto la mattina nuvolosa
Non ci sono più uccelli nei nidi di alloro
Ho ricevuto la tua lettera
Ho trovato la sciarpa che mi hai lavorato a maglia
Ho mangiato le torte alla fragola che non ti piacciono
Ho fatto alcuni versi
L'albero del limone prepara il suo raccolto d'oro acido
Ho letto la tua lettera
Ho curato un piccione ferito sotto la finestra
Mi sono convinto che non saresti arrivata oggi
Il giornale che ho richiesto non è arrivato
Ho preparato un caffè dalla Colombia
Ho letto di nuovo la tua lettera
Ho riparato una sedia
Ho visto piovere
Ho comprato i funghi di pino
I cani ululano di tanto in tanto
Ti ho aspettato comunque
Ho fatto il pane
Non riesco a trovare i miei occhiali da lettura
Ho fatto delle piantine di menta e rosmarino
Ho del tabacco
Rileggo la tua lettera
Ho bevuto acqua
Ho preparato gli spaghetti al tonno
Ho ascoltato tre canzoni provenzali e una dalla Sicilia
Ho letto la tua lettera due volte
Ho dormito mezz'ora
Ho sentito l'umidità del pomeriggio ventoso
Ho preso un altro caffè
Ho guardato le tue fotografie
Ho mangiato il pane
Ho trovato gli occhiali
Ho pensato: può essere così bella?
Ho parlato con due amici
Ho raggiunto la piccola foresta di eucalipti
Ho mangiato uno stufato di agnello
Ho conservato la tua lettera nel libro di Dante
L'ho messa in Paradiso
Ho bevuto un lambrusco secco che ti avrei dato
Ho pensato di farti un ritratto a carboncino
Ho guardato le stelle quindici minuti
Ho preso un tè alla camomilla
Ho spento le luci
Mi sono ricordato delle tue mani
Ho pensato al colore dei tuoi occhi

Ho visto la notte tranquilla portare via il giorno

Ho sentito un gufo tra gli alberi
Ho ripetuto a memoria frammenti della tua lettera
Mi sono addormentato con Dante aperto sul petto.




jueves, 19 de marzo de 2020

Non omnis moriar (I)



Non omnis moriar multaque pars mei
vitabit Libitinam...

Cuando Quinto Horacio Flaco compuso estos versos de su Oda (la 30, del libro III de sus Carmina), no estaba pensando en otra cosa sino en la fama y la gloria. El concepto nos resulta un poco ácido hoy día, pero es un talante tradicional ofrecerle a los siglos venideros el cuidado de nuestro nombre y procurar que el eco temporal de nuestras acciones nos haga pervivir, en el tiempo, por lo pronto. Cicerón, en el discurso Pro Archia, dice algo parecido, aunque, en un rulo simpático de su vanidad, hace que esa fama que con tanto empeño y trabajos busca cimentar, no sea sino para la grandeza y gloria de Roma..., razón por la cual espera que se le dé un cargo, próximo como estaba Pompeyo a hacerse del poder. Político, al fin, en este caso, en el mal sentido, aunque el discurso es una obra de arte.

En esas nueve palabras que cito de Horacio, hay todo un asunto que podría interesarnos, si nos detenemos a mirar un poco a quién busca evitar (o burlar). Trabajo que le queda a los interesados. Pero, resumiendo, digamos que esa Libitina de la Oda es una divinidad que atiende las cuestiones del inframundo y de los funerales por extensión. Es sabido que, en el monte al sur de Roma donde el notable rey Servio Tulio le levantó un templo en el siglo V a.C. (la diosa se estima que viene de tiempos etruscos), habían hecho estación los funebreros romanos de los días de Horacio, cerca de la diosa que iba a ocuparse de los muertos.

Hay historias sobre ella, la antigua confusión con Venus-Afrodita, por ejemplo. Algunas otras son hasta bizarras, como gustan decir. Por ejemplo, la moneda que se pagaba al templo por cada muerto que allí llevaban, lo que con las pestes y epidemias a lo largo de los siglos -algunas de miles de víctimas- resultaban en una cifra considerable. El dictado venía de tiempos del mismo Servio Tulio, que lo había establecido en varios templos, dedicados a nacimientos y muertes, para contar las monedas que allí había y que del recuento surgiera un censo primitivo de romanos-

Claro que no es el punto, ahora. Claro que no.

No moriré del todo, y una gran parte de mí
evitará a Libitina...
En la Oda, que se conoce por las primeras palabras (Exegi monumentum aere perennius: levanté un monumento más duradero que el bronce), Horacio se gloría de una cosa en particular: haber logrado transferir al ritmo italico los versos eólicos (princeps Aeolium carmen ad Italos / deduxisse modos), haciendo con ello que su humilde origen de él se volviera alto. Y él pudiera ver así sus laureles rebotar en el tiempo.


Con los siglos y el uso, las tres primeras palabras que trae el título de esta entrada se usaron para decir varias cosas. Aun, y hasta cierto punto según algunos, contradictorias con el sentido del verso original.

Tal es el caso, dicen, de un sentido cristiano que se ha educido de ellas. Y no que no pueda hacerse, digo por mi parte, aunque para hacerlo hay que ser muy poético, es decir, muy preciso. Porque la fama de los antiguos es casi la intuición de la perdurabilidad de nuestras acciones, en un sentido que tal vez ellos mismos no entendieran del todo.

El orgullo y el apetito de honra, en particular el desordenado apetito de honra, pueden hacer estragos en esa ligazón entre fama y eternidad.

Pero, con todo y eso, algo sabían los antiguos, siquiera veladamente, respecto de esa ligazón.

Se levanta un monumento a nosotros mismos con nuestras acciones en nuestra vida temporal perecedera (así lo diría Jorge Manrique en el siglo XV), y que durará, de algún modo. Y hará que no muramos del todo, perviviendo nosotros en nuestro nombre y en los hechos que nos atribuyen o, mejor, de los que hemos sido de algún modo la causa.

Esto, mis queridos, quiere decir que en el término de esta entrada y la que sigue, hablaré de la muerte.

Que el tema se asocie tan ásperamente a nuestros días mundiales, no es inocente de mi parte, porque no hay motivo para no hablar de la muerte cuando todos hablan de la muerte sin querer hablar de la muerte.

Es verdad que en términos cristianos -tan siempre paradojales ellos- hablar de la muerte es hablar de la vida. Porque es sabido que quien estableció la medida del cristianismo, así lo dijo, más de una vez, como por ejemplo al decir: el quiera salvar su vida la perderá y quien pierda su vida por Mí, la encontrará.


Pero dejemos aquí y guardemos algo de esto para la segunda parte.


Y antes de terminar ésta, permítanme agregar un brevísimo excursus.


Esas palabras de Quinto Horacio son peligrosas.

Non omnis moriar.

Sólo tienen un sentido en el que dicen la verdad y es bueno que la digan. Sólo uno. Y en ese sentido la fama y la eternidad no tienen por qué ser contradictorias.

Pero sólo en un sentido eso es así.

Decirlas de otro modo, queriendo decir cualquier otra cosa, en otro sentido, por otra razón, significan algo que tal vez sea la muerte misma, y con eso la máxima contradicción a vivir y perdurar en el eón de este mundo, en la memoria del hombre que vive en este tiempo y aun, más importante todavía, más allá del tiempo.



Es decir que hay que tener cuidado con lo que se dice.




miércoles, 18 de marzo de 2020

Istante


Dovresti essere grato che c'è tempo.
Che puoi tornare indietro ad ogni passo,
che ogni parola che dici è nell'aria,
che ogni sguardo può essere orizzonte
così infinito che nessuno sembra.
Ma c'è qualcosa che è di più. L'eterno:
il passato che pesa non è più,
ciò che non è venuto non esiste,
è solo un sempre in tutto. E non c'è tempo
dove puoi piangere ciò che è perduto,
ciò che non vedrai più, ciò che hai lasciato,
quel naufragio nel mare della vita.
Dovresti risparmiare ogni secondo,
perché il istante sempre sarà sempre.




martes, 17 de marzo de 2020

Poiché


Il sud arriverà tra qualche tempo
e la terra dormirà sotto i miei piedi.

La stessa vita, nuovi luoghi.

Camminerò su zolle come pietre nere,
con il raccolto in atessa che aspetta dentro.

Le crepe nelle mie mani
si apriranno come scanalature grigie.
Sarò tutto il fuoco in quei giorni,
tutto legno e ceneri.

E vedrò l'erba
e sull'erba, la brina
e sulla brina, un'aria di aghi,
fili lucenti...

Sarò felice, ancora.
Poiché essere felice è così.

E basta.



Piccola canzone


Lo sai.

Amo una donna
come ami una terra
senza limiti;
amo la terra
come ami una donna
inebriante.

Per la terra, salvia e gelsomino.
Per la donna, un madrigale.


Per me, l
a sua tenerezza
e il suo aroma.



lunes, 16 de marzo de 2020

Impazzire


a volte
forse ogni notte stellate
il pomeriggio di ogni giorno
all'alba di ogni giorni di pioggia
chissà
nel clamore di una stanza vuota
su una strada perduta laggiù
con uno sguardo perso
i passi persi
l'anima nella nebbia
lunghe risate all'esterno
lungo vuoto dentro
rischiare il ridicolo
nessun dolore a soffrire
nessun ricordo certo
così parlando con chiunque
e non ascoltando nessuno
puoi impazzire.

un volo di rondini dal cuore
sgargianti, stridenti
passeri perduti
andando da nessuna parte
per arrivare dal nulla
senza nido tra gli alberi reali
del mondo degli uccelli reali
con un intero mondo nella mente
solo nella mente

puoi impazzire.


Nozze di fuoco


Come una fidanzata ribelle,
capitano di un clan di donne guerriere,
gli tuoi occhi comme fiamme
sfidando una foresta di sguardi.

Verso un altare nuziale,
anzi altare degli sacrifici,
colpiscono i tuoi passi come se fossi in battaglia.

Non reciti per nessuno
perché tra tutti non c'è nessuno.

Ci sono solo tutti quelli che ci sono.

Il tappeto
finisce nel mezzo sorriso da un fidanzato,
ironica figura che decora la mattina
tra alcuni fiori.


Quel giorno, forse,
un uomo,
un giovane,
altrove,
crede che questo inverno
sarà più freddo,
più grigio.

E prepara il fuoco.

Pocchi braci ardenti
di quel giorno nel mondo.



domingo, 15 de marzo de 2020

Tradimento


Qualcosa nell'aria o nel cuore mi tradisce.

Bagliori sull'acqua,
alcune prime foglie d'autunno,
quella melodia.

Il ricordo è come una visita improvvisa.

A volte fastidioso.
A volte triste.

Ho bisogno di tempo.

Non molto. Sarebbe un po 'di tempo.
Magari breve; istantaneo, forse.

Dimenticare ciò che ricordo.

Ecco quanto è fragile la nostra memoria:
non puoi dimenticare quello che vuoi.

Cosí fragile é la nostra memoria
senza l'aiuto del tempo.

Lui può fare quello che lei non può.

Ora devo ricordare
che non ho bisogno di ricordare qualcosa.


Puoi vivere senza alcune cose.

Devi vivere senza alcune cose.



sábado, 14 de marzo de 2020

Achtung, tovarischeye!




Con la autoridad que me han conferido los organismos internacionales como persona de riesgo, por mi edad entre otros defectos, digo, solamente por ahora, lo que sigue y a quien corresponda:


No me importa en lo más mínimo el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave y su secuela de la enfermedad del coronavirus 19.

No me interesa como noticia, no me interesa como histeria, no me interesa como tema de conversación, no me interesa particularmente como causal de muerte, no me interesa como terror pánico.

Dos cosas inmediatamente me interesan ahora:

1. Pase lo que pasare, incluyendo el valor simbólico que pueda tener el bicho y la situación que pueda generar en la salud, hay algo que ha pasado y está pasando de cierto. Si es intencional o no, me importa poco. Hay quienes pueden tomar nota del dato inédito y hacer con eso lo que peor les plazca: porque el dato está y es un hecho.

En muy poco tiempo se ha producido un fenómeno de disciplina social global como los hombres no vieron en toda su historia conocida. Disciplina social significa, ni más ni menos, una vía de una sola mano: órdenes y más órdenes de disciplina social, lo que todos tienen que hacer. Y crece cada día y no conozco, al menos un servidor, cuándo terminará si es que llega a terminar. De la otra parte, acoquinados por la histeria y el terror, los hombres se mueven como un cardumen, como una majada, al unísono. Han suspendido el juicio, la conciencia, el sentido común. Y lo están oblando en el altar de la disciplina global.

Esto terminará como fuere a terminar.

Pero el dato está. Un laboratorio cósmico, descomunal, de disciplina social como nunca se vio.

Los que pueden y quieren sacar conclusiones y más, datos muy precisos, de cómo se ha comportado la humanidad llamada a moverse al unísono al son de un silbato mundial, tienen ya y tendrán todavía más material de sobra. Plata no les falta, poder tampoco, ganas de poder, menos.

No hay conspiración alguna en lo que digo: el dato es el dato, el hecho es el hecho. Y he dicho que no me importa si esto que ocurre es a designio o salió de chiripa.

Pero el cardumen está. Sabrá quien se relama por manejar redes lo que podría hacer con eso.

2. Besos, abrazos, mates criollos y otros lazos entre las gentes son lo que son. Y hasta algunos de esos lazos pueden ser sobreactuados, modistos, estúpidos. Y cosas peores, como lijas de arquetipos, como en el caso del besuqueo masculino de estos últimos años en las pampas, a mi sabor.

Todos esos lazos y otros que no nombré, no son necesariamente signos del amor y menos de la caridad. Son lo que son. A veces un mismo signo puede significar significados distintos. Así son los signos.

Pero la disciplina de la que hablé ha llegado lo suficientemente lejos como para desabotonar a los hombres y a las mujeres, desabrocharlos a todos de todos, en una ablación de cuerpos o de cercanías, en una constante sospecha de lo que sea respecto del otro, separación, apartamiento, amputación, lejanías. Por edades, por procedencias, porque sí. Un estornudo espanta, una tos demuele el edificio de las amistades, un poco de fiebre condena al ostracismo.

Pero dicen los médicos que la cuarentena... Sí, claro.

¿Y los que no están enfermos ni contaminados, ni cerca de estarlo? (En algún momento habrá que hablar del "y si te toca, ¿qué?" y de alguito más serio todavía.)

Sobre más de 7 mil setecientos millones de humanos en el globo, hay, a la hora de este escrito (cambia segundo a segundo): 155.371 casos confirmados oficialmente, 5.802 muertos, 72.590 que sanaron.

Así las cosas, aunque el 0,0020% ha sido afectado directamente por la situación, el 99,9979% de los humanos del planeta, casas más casas menos, tiende a moverse en majada y cardumen, pero no juntos, sino separados, aislados, lejos uno del otro. Ni beso, ni abrazo, ni mano, ni cerca, ni mate, ni nada.

No es excatamente a esto a lo que se refiere ese pasaje del evangelio de san Mateo (24, 12). que dice aquello de que "al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará."

Pero tampoco me parece amañado suponer que este aislamiento cósmico no será despreciado, como antecedente, si alguna vez a algún pelafustán se le despierta el apetito de conducir a la majada, toda junta pero todos separados, no como un buen pastor precisamente.





Polvere


Quindi, dietro la finestra,
o se cammino tra loro,
eccoli:
i volti delusi,
lo sguardo cieco,
la fronte nella nebbia ruminando la fortuna degli altri,
la malattia degli amanti abbandonati,
il bambino da solo,
il feto morto,
la povera donna senza uomo,
e senza se stessa,
il vecchio in esilio,
la crudeltà dei pretoriani delle cose,
la fame degli affamati,
gli schiavi alle monete...

Una lunga catena di sfortunati,
una catena disperata di disperati..

Nel cielo
un angelo sembra piangere il triste destino degli uomini
e ricorda la bellezza del primo uomo
e l'amore del Padre per quella creatura,
debole e magnifica,
quello amore strazziante.


Adesso piove.

Qui, nella terra della polvere che respira,
la polvere che pensa, sente e ama.
Questa polvere che piange
e a chi manca qualcosa, e soffre,
con la malinconia di non sapere cosa manca.

Dove puoi andare?
Chi lo ama?
Perché il buio?
Perché la solitudine della intemperie?

Qual è il porto, la casa?

E dove è quella felice taverna alla fine del mondo?




Viaggio estivo


Campi di girasole,
fulgente viaggio estivo
come le sue corolle dorate e turgide.

Mi sono andato sotto il tuo cielo,
sotto il girasole ardente del tuo cielo,
sul bordo di un fiume di viole.

Con la memoria degli aromi dei tuoi capelli,
un profumo nostalgico di lino
mi racconta i segreti dei tuoi giorni.

Ed io ti ho visto.

Il pomeriggio mi è scivolato tra le dita,
uno accanto all'altro.

Eri così felice sui campi che camminiamo.


Ma quanto è breve il tempo felice ...


Più tardi, i nostri sentieri si sono allontanati.

Fino al giorno a venire.


Ora, da solo, dico sdraiato all'ombra di un olmo:
Quando parlerà di me la tua mano che ha accarezzato i covoni?
Quando sarai alla distanza di una farfalla?



viernes, 13 de marzo de 2020

Stringe


Non ho più alcune delle tue cose:
i tramonti sul fiume, tanti uccelli,
una canzone in greco, clementine,
la nota verde oliva nei tuoi occhi,
il tuo stupore e il tuo sorriso ironico,
le centinaia di silenzi oscuri,
la tua raccolta blu di foglie morte,
caramelle alla menta, i tuoi pensieri,
il brano di Gigliola, il vino rosso,
l'ultima notte di quel freddo viaggio,
quella mattina, l'ultima mattina,
il pane fatto in casa, la tua strada,
la tua tristezza, il tuo conforto, il mondo ...
Questo inventario ora mi stringe il cuore.



E tu sei


Non oso dirtelo,
ma ho visto le tue piccole tracce respirare tutta la notte.

La tua ansia ritmica.
Solchi del nulla, come ciocche di nebbia.
Questa tenerezza invisibile che strappa il buio
-come se strappa la vita coi denti-
e lo ferisce con un silenzio bruciante.

Non lontano da me
(oh cosa non è lontano da me...),
ci sono foglie di una vecchia quercia
borbottando le loro carezze verdi,
abbandonandomi al vento del nord,
che è come se fosse il tuo respiro.

Ah dolce ninna nanna che versi stanotte sulla mia scia,
tremante come un vento che fischia tra i sogni
sotto una luna di zucchero.

Prima che ti chiamassero gioia,
ti hanno chiamato sogno,
prima speranza dell'autunno,
un alberello amorevole,
beatitudine di chi aspetta,
rifugio di chi transumizza da solo...

Forse era così prima.

Non adesso
non qui.
Non oso dirtelo: ma non con te qui.

Non con te qui.

La gioia è.
E il tuo nome è gioia.

E tu sei.




miércoles, 11 de marzo de 2020

Dove la luce


Le luci di un giorno.

Giorni luminosi,
e l'aria splendida di un inizio,
sopra l'ombra di una fine oscura.

Chi può amare così tanto quella luce del giorno?

Nessuno.

Nessuno conosce l'eternità
della benedizione di un giorno di luce,
dall'abraccio dell'aria e della luce leggera del mattino,
della speranza di un altro giorno,
luminoso:
anche l'ultimo giorno,
forse l'ultimo giorno ...

Nessuno.
Solo tu.

L'ombra non ti raggiunge
e ignori le ombre sotto il cielo.

Perché sei tutta la luce che c'è.





Soledad


¡Qué aire de soledad tiene tu cielo
en tu celeste soledad tan bella!
La sola soledad con que tu estrella
me va rondando para mi consuelo.

Traza mi sombra con la sombra de ella
tibiamente tu estrella y, en el suelo,
me acaricia de aromas tu pañuelo.
Y así mi corazón sigue tu huella.

¿Adónde te encontré que no sabía?
¿Qué apenas resplandor tiñó lo oscuro?
¿Cómo esperé lo que no conocía?

Voy por tu campo en luna y de regreso
en andas de la noche; y me figuro 
la soledad sin tiempo de tu beso.


 

martes, 10 de marzo de 2020

Nacionalismo viral



Hay tantos modos y vías para hablar de esta peste.

Pero hay dos que importan más que los demás, aunque uno de los dos importa menos que el otro.

El primero, va por el camino de los hechos, puros y duros. Qué es, de dónde proviene, por qué existe, qué produce, qué consecuencias tiene.

Allí, las respuestas son de una asepsia que espanta. Debería ser así. Con exacta y totalmente todas las respuestas a cada pregunta. Sin subterfugios, sin disimulos o correcciones políticas. Y con todas las hebras de cada respuesta: desde la biología, hasta la política, la economía y la cultura.

Hay en ese camino el subproducto de una parva de especulaciones, hay recuas de comentarios y de interpretaciones. Pamplinas.

Nada más que lo puro y duro es lo que hay que contestar. Y nada más.

Es improbable. No imposible. Sólo es improbable que obtengamos la aséptica pureza de lo duro. Hasta pretenderlo suena a utopía o angelismo. Pero no es imposible.

El segundo camino importa más, así que de él diré menos. Es el del símbolo, el de los signos que la Fe nos pide escrutar en todo tiempo. Serena y agudamente.


Así las cosas y dicho lo cual, sólo me queda una breve reflexión.


Es claro que se trata de una amenaza global. Amenaza a todo y a todos. ¿Realmente? No lo sé. Amenazar, parece que amenaza. Cuánto, por el momento, importa poco. Es mucho. Es global. Así lo viven la OMS y la vecina de al lado, el fútbol y el turismo, los supermercados y las bolsas de valores.

Ahora bien.

El mundo viene tratando de ser mundial desde hace bastante. Una carrera global atropellada por la globalidad atropelladora.

Un recuento rápido de fenómenos. La producción masiva, la comunicación masiva, las guerras mundiales, las interconexiones planetarias, hasta la velocidad que reduce distancias, la ecología, los organismos internacionales. Sigan ustedes.

Pero.

Es claro también que ha habido, desde hace un siglo más o menos, amenazas globales que o han hecho parte de la globalidad o han sido las consecuencias de los esfuerzos mundialistas del mundo mundial. Todos padeceremos todo en todo.

Una caricatura patética (y perversa y pervertida) del Ut unum sint.

Sin embargo.

Y aquí me detengo.

Este bichito global ha producido un efecto curioso.

La respuesta global desesperada.

Cerrar las naciones a cal y canto. Meterse en casa. Restare in casa.

Darle la espalda a la aldea global y volverse a la propia.

¿Por buenas razones? No sé. Y más bien diría que no.

Pero.

Ahí está el asunto tal como está.

Extraña lógica desquiciada. Los males de la globalidad ¿no deberían curarse con más globalidad?

Qué remedio. Hay un sólo camino para que la expresión Ut unum sint sea viable y saludable. Para cada uno y para todos los que serán uno.

Cualquier otro está sembrado de paradojas irreductibles y patéticas.


El mismo mundo global que hasta hace media hora abría religiosamente las fronteras a las patadas para revolver un amasijo en el que la confusión hiciera de amalgama, ahora, no bien aparece un bichito global, como elefante que ha visto espantado a un ratón, se sube a su propia silla, se encierra con llave en su propia casa.

Y deja la llave adentro.

Papanatas.





domingo, 8 de marzo de 2020

Torcacita, luna blanca


(Coplas)


Pasó durmiendo el verano,
quietito, mi corazón.
Pero hay unos ojos negros
y unos labios de mistol.

Y yo me dormí sin verte
y en tus brazos desperté.
Y me volví yerbabuena
con el rumor de tu piel.

En tu aire llega el otoño,
que en mi pecho ha de brotar
en flor de tusca, espinita
que en amor me punzará.

De luna blanca naciste,
de olivo y de luna blanca;
tu talle, como de mimbre;
y tu voz como de plata.


Pasa el verano y la noche
con tu murmullo se va.
Y el día y todo es tan tuyo
que, allí adonde estoy, estás.

Se va el verano y llegaste,
ay, vuelo de torcacita,
del norte de mi esperanza
hasta el sur de mi alegría.

Quietito mi corazón,
ya no duerme. Está despierto.
Y apenas piensa tu nombre,
y apenas lo da el silencio.

De luna blanca naciste,
de olivo y de luna blanca;
tu talle, como de mimbre;
y tu voz como de plata.





jueves, 5 de marzo de 2020

Hay un verde que "garpa"



No sé si será vero, pero es creíble.

Dicen que alguna vez Néstor Kirchner dijo que "la izquierda, garpa...". Y así, si fue verdad, con una concisión encomiable, resumió su doctrina sobre los derechos humanos y, en esa misma consigna destilada en el alambique de lo que sirve o no, fundó sus acciones en ese campo.

En todos aquellos años, Alberto Fernández aprendió mucho al lado de Kirchner.

Hoy le toca a él emitir consignas punzantes como escarbadientes.

No creo que lo haga. No así como NK lo hizo.

NK no era un intelectual. Y Alberto F., sí, secundum quid al menos. Y la vanidad de los intelectuales puede ser inconmensurable. Si hay algo que habitualmente no toleran es verse a sí mismos "sin perros", como dice el criollo.

Son dados a fundamentar con argumentos espesos, en su caso de él también como líricos, diría, porque decir como dicen todos lo que todos dicen, les da urticaria intelectual.

Sin embargo, y sin dar demasiados motivos, postulo algo que me resulta evidente al olfato.

El "banco" ideológico que "garpaba" a NK fue, en aquellos días, ese recostarse suyo sobre el talismán de los derechos humanos y el talismán de la dizque verdad y la justicia. Con gestos que hasta incluso tenían algo de teatral, gestos (sobre)actuados con poca solvencia pero eficaces para lamber a los que "garpaban". Y para que los que "garpaban" lo lambieran a él. Con eso, el objetivo mayor estaba más que cumplido.

Hoy, las cosas son distintas. La mística de los derechos humanos y sus alrededores no tiene el glamour épico que solía. Hay esforzados remadores, es verdad. Pero de a ratos reman en cemento fresco. No es un producto cultural que se venda fácil -por instalado que esté en el imaginario colectivo como producto cultural construido... (no puedo creer con qué facilidad pude escribir lo que acabo de escribir...)-, no tiene la misma "salida" que supo tener.

Le asiste toda la razón a Mirtha Legrand: el público se renueva. Pero lo que no dice ella, lo dirá un servidor: los asuntos también.

De ese modo, lo que aquello fue para NK, es ahora para Alberto F. otra cosa, esto es: cualquier asunto que pase cerca del género y sus subproductos.

Sí, mis queridos: el género "garpa".

Es ahora lo que "garpa". Y Alberto está necesitado de financiamiento, como cualquiera sabe.

¿Que tiene motivos personales y familiares? ¿Que tiene convicciones de intelectual moderno y comprometido con los "derechos"?

Será. Cómo saberlo.

Pero no le hace.

Él, creo, aprendió de su maestro. Y así, creo, entendió que la bandera que en estos tiempos "garpa", es la del género y sus innumerablemente crecientes subproductos.


No cambia demasiado la batalla que hay que dar, por más que la razón del adversario sea al fin de cuentas de puro, mero y perverso cálculo.

A esas enormidades uno se opone igual. Y las combate igual.

Y no porque oponerse a esas enormidades y combatirlas "garpe".

En ningún sentido.




Es así porque es así.

Porque las hojas verdes de los árboles (adivinen qué...): son verdes.


Y claro que el verde de las hojas verdes, no "garpa".

Habrá quienes combatan a los que combatimos por el verde de las hojas verdes.


Tal vez, a Alberto F. hasta eso le "garpe".


Porque él seguro sabe que, hoy, el verde que "garpa" es el de los "pañuelos verdes".