miércoles, 4 de agosto de 2004

Johnson: "Odiar a los Estados Unidos es odiar a la humanidad".

Eso dice el titular del reportaje que le hacen al inglés Paul Johnson. Dicho así (y esto es culpa de La Nación que titula), parece una frase profética del conservador. No digo que no sea una estupidez, pero al menos parece una estupidez sonora.

En realidad, hablando de Francia, lo que dijo es esto (pero ahora sí ya es culpa de Paul Johnson):

-¿Y por qué detesta tanto a Chirac?


-Porque el antiamericanismo es la peor forma de racismo. En Estados Unidos uno encuentra gente de todo tipo, étnico, religioso o racial, así que odiar a Estados Unidos es odiar a la humanidad... (...) (Chirac y el establishment francés) Son una elite de intelectuales para quienes las ideas son más importantes que las personas. Y si bien dicen ser democráticos, en realidad no entienden que el voto de la gente común, el de los pequeños comerciantes, es tan valioso como el de ellos. Creen que saben lo que es mejor para los demás y no aguantan que los Estados Unidos sean una verdadera democracia, en la cual lo que la gente dice se hace...


Una verdadera gansada.

El reportaje está lleno de pavadas, de frivolidades de clubman, de parloteo de peluquería...femenina.

-Una última pregunta: los argentinos no le caímos demasiado bien durante la Guerra de las Malvinas, pero ¿qué piensa de nosotros ahora?

-Buenos Aires es tan linda como París. Tiene librerías mucho mejores que las de Gran Bretaña y una Feria del Libro como no hay en Europa. El país tiene todo tipo de materias primas y una población educada. Cada vez que voy me lleno de tristeza, porque soy el primero en sorprenderse de que no siga siendo una potencia como lo era antes de ese espantoso hombre, Perón. Hace unos años fui a conocer a Menem y me pareció bastante inteligente y con una idea clara de hacia dónde debía ir el país, pero ahora resulta que era un delincuente? Ya no sé qué creer. Supongo que gran parte de la culpa la tiene la elite política de su país, que no sirve para nada. Pero eso no puede ser lo único. Cuando pienso en la Argentina, me vuelvo loco. Es uno de los pocos casos para los que no encuentro una maldita explicación.