sábado, 31 de diciembre de 2022

Qué


También estos son de aquellos versos que sólo en un sentido uno pudo haber compuesto.

También de estos versos se diría que son versos propios que uno no hizo.

Y también que sí los hizo.

Y también que eso sólo lo sabe quien los hizo.

Y también que eso sólo lo sabe uno. 

¿Qué bien recordaré sin los caminos
apartados? ¿Qué verbo sin silencio?
¿Qué habrá que pueda erguir como una gloria?
¿Qué beso de la tarde vendrá vivo
sin la opacidad secreta? ¿Qué abrazos?
¿Qué bien entero de mi amor amante
podrá encender la noche con destellos?
¿De qué tristeza no podré abrigarme?
¿Qué labios? ¿Qué palabra? ¿Qué dulzura
se librará de lo que se lamente?
¿Cómo vendrá el amor desnudo al alba,
desanudado de mi pena muda?
¿Qué amor? ¿Qué bien me buscará sin mí,
a través de la herida que le diera?


 

viernes, 30 de diciembre de 2022

Si


Hay versos que sólo en un sentido uno pudo haber compuesto.

Se dirían versos propios que uno no hizo.

Aunque sí los hizo.

Y eso sólo lo sabe quien los hizo.

Y eso sólo lo sabe uno.

 

Si por buscarte vinieras al alma mía,
al viejo sauce dormido yo volvería.

Si el río fuera mis manos, piedra serías
que en esta danza llegara a la otra orilla,
como la espuma que anida voces del mar.

Si la luz de la tarde te hablara,
si la tarde en tu luz renaciera
por el verde clareando, amaneciera.

Si en el fulgor de la sombra te recobrara,
si en el paso del aire te enamoraras,
si danzando tu paso resplandeciera.

Si al mirar y no verte yo te encontrara,
si con sólo esperarte regresaras,
si danzando llegaras hasta mí.

Si el río fuera tus manos, piedra sería
que en esta danza llegara a la otra orilla,
como la espuma que anida voces del mar.



 

jueves, 29 de diciembre de 2022

Centinela y la mar


Amanezco a tu luz. Fui centinela
de tu noche en la mar. La noche fría
que ahuyenté del refugio en que dormía
tu mirada de mar. Pasé mi vela
bajo una luna llena que reía,
respirando tu aliento con su estela,
cielo infinito mar de lentejuela...
Y yo que te velaba y te veía.
Amanezco en un médano celeste,
campo de hierba gris acantilado,
bebo tu luz que llegará del este.
Centinela y la mar, sólo a tu lado:
allí estaré cuando la mar tempeste,
en el mismo lugar en que he velado.



La luz del día


Voy hacia ti. Voy a la luz del día,
sorteando los silencios y la sombra,
a caminar contigo las tormentas
hasta acallar los truenos y las olas.
Voy a la luz del día, al descubierto,
a sostener la flor de tu cintura
con mis manos, que dicen sin murmullos
que alcanzaron la fuente que perfuma.
Hoy, a la luz del día, los zorzales
enmudecieron su rumor y cantan
su cortejo a tus ojos que me miran
y que me ven llegar para mirarte
esa felicidad que ríe clara
porque voy hacia ti a la luz del día.



 

lunes, 26 de diciembre de 2022

Chesterton, el chestertoniano


La neosecta conservadora –por allá y por aquí– viene insistiendo desde hace un tiempo en apropiarse sin sutileza de Gilbert Keith Chesterton.

De veras que no me importa nada que cualquiera sea chestertoniano. Au contraire, Chesterton es bueno y hace bien, y cuantos más beneficios repartan su persona y su obra, al mayor número, mejor para los beneficiados. Y para todos.

Conservadores de un modo u otro hay hace siglos. Pero ya desde hace bastante hay una neosecta conservadora. Y los entiendo, no crean que no.

Desde que Pedro, Santiago y Juan quisieron levantar una tienda en el Monte Tabor para quedarse ahí, los cristianos de tanto en tanto buscan algún refugio. Especialmente en el Tabor de este mundo bajo la órbita de la luna, claro.

Este conservadurismo que han descubierto desde hace un tiempo y que difunden y empujan sectariamente como la adecuada encarnación de la tradición y el cristiansimo, creo que no es sino otra tienda más en el Tabor.

Y así es como Chesterton es víctima de apropiación indebida, hija de otra apropiación indebida, de una sustitución.

Y los entiendo, no crean que no. Aunque...

Ser diverso entre contrarios, como lo es Chesterton, no es para cualquiera.

Un comunista o un conservador pueden ser todo lo chestertonianos que quieran y puedan y sepan.

Lo que un comunista o un conservador no deberían ser es ser deshonestos.


En este caso, particularmente, con Chesterton.

Porque un conservador o un comunista pueden ser chestertonianos. Pero eso no quiere decir que Chesterton sea conservador o comunista.

Es una proposición sencilla, lo sé.

Pero un sectario no está en las condiciones espirituales necesarias para ser honesto con las proposiciones sencillas.




jueves, 1 de diciembre de 2022

Los abrazos del peronismo




Hace unos días, el Consejo de la Magistratura de la Nación, desestimó a través de una de sus comisiones y en votación dividida, una denuncia contra los jueces Javier Anzóategui y Luis Rizzi. Dejé aquí en su momento un Excursus de Anzoátegui que, en buena medida, lo puso en el ojo de esta tormenta, aunque a decir verdad sus fallos son homogéneos en materia de ideología de género. 

El peronismo fue derrotado en esa votación que, digámoslo también, tuvo más en cuenta la persona de los jueces que sus dichos y sus actos, porque, Ud. perdone, quienes con su voto los exoneraron de los cargos son, en algún caso, también peronistas y, en su mayoría, nada tienen en contra de las perspectivas de género, como se llama ese nuevo código moral universal. De modo que no se trató de discutir los criterios de fondo.

El peronismo anticipó –con la sangre en el ojo– que había y habría otras denuncias contra estos mismos jueces y que entonces allí tomarían revancha de esta derrota.

Ahora bien.

El gorilaje tiene en su diccionario básico la expresión "negros de mierda" para calificar a los adictos al General y a Eva Duarte. Allá ellos, pero creo que –por su conocida y típica ceguera partisana– se equivocan. 

El peronismo muestra más de una vez, cómo decirlo, una raíz que lo conecta al reconocido impulso de Roma por la organización del estado y la arquitectura legal y jurídica de la sociedad. Su raigal sentido práctico y su clara noción de lo que vale el poder en el gobierno de una sociedad le han permitido, a lo largo de ya vamos camino a un siglo, armar proteicamente con su voluntad política las fibras legales y jurídicas de la comunidad, así como ensamblar retóricamente lo oportuno para cada ocasión.

El juicio que esto me despierta ya lo dije más de una vez, pero ahora me limito a una descripción.

El peronismo puede abrazar, y abrazar con voluntad inquebrantable, lo que sea y por la razón que sea. 

También pasa que algunos militantes, refugiados en lo que atesoran como las 20 verdades peronistas, repudian lo que consideran desvíos a derecha o a izquierda. Si ese argumento libresco no prospera, aducen que el peronismo es un movimiento y que puede contener todos los colores del arco iris que haya menester. Si eso tampoco alcanza, elípticamente argumentan que para hacer política y gobernar hay que tener el poder y que para obtener el poder hay que tragar sapos, y así siguiendo.

Lo cierto es que, en materia de abrazos, en los últimos 20 años, el peronismo se abrazó a dos banderas, cada una como leit motiv tópico que signara el rumbo que había elegido por conveniencia o convicción, eso no lo sé. 

En tiempos de Néstor y Cristina Kirchner, el emblema fueron los derechos humanos y la defensa, en último término, de las guerrillas y la subversión, que derivaba en suculentas indemnizaciones que, hay que decirlo, habían sido planeadas en otros gobiernos peronistas de signo contrario. Como fuere, el giro a la izquierda se hizo con la misma aparente convicción (no puedo vislumbrar los fueros íntimos...) con la que se defendió carnalmente el capitalismo a ultranza de la época peronista de Carlos Menem una década antes.

En tiempos de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, el peronismo se abrazó esta vez a la ideología de género global y al feminismo revolucionario al uso en el planeta entero, con más la difusión (debe leerse aquí la imposición...) de una concepción ideológica que pretende un nuevo estatuto moral mundial para la consideración de las personas (nacidas o por nacer), la moral sexual, las familias, los usos sociales y así siguiendo. 

El peronismo puede ser al mismo tiempo rebelde y disciplinado. 

Como en este caso se ve, al mismo tiempo que parece que disputa con el poder global del dinero y las finanzas y promueve el multilateralismo, contra los que pretenden un mundo uno económico, así también es un chico obediente y hasta obsecuente en una materia más delicada, porque es más importante, como es el caso de la nueva moral planetaria.

Un ejemplo de esto mismo aparece en un proyecto de ley que ha impulsado en estos días el peronismo en el Senado para modificar dos artículos del Código Procesal Penal y un artículo de la ley 26.485, que se la conoce como Ley de protección integral a las mujeres. El objeto de estas modificaciones aparece en el breve articulado que propone el peronismo y más claramente en los fundamentos: disciplinar a los jueces que no adhieran a la ideología de género planetaria.

La iniciativa del peronismo ingresó en marzo de 2021, pero impulsada ahora, con el antecedente todavía tibio de la votación perdida en el Consejo de la Magistratura en la denuncia contra Anzoátegui y Rizzi, muestra el sentido de oportunidad del peronismo puesto a modificar la realidad y, a la vez, la férrea obediencia del peronismo a la substancia más negra del nuevo orden mundial, el discurso único y la ideología de género como nueva antropología, nueva filosofía y nueva pragmática política y cultural.

Y hasta nueva teología, que en el fondo es lo que cuenta cuando de rebeldía se trata.




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El texto original del proyecto de ley y sus fundamentos, ya aprobado en la Comisión de Justicia, puede leerse en esta página del Senado de la Nación