lunes, 10 de abril de 2023

Mañana


Un milagro de niebla en la ventana,
sortear la sombra y saborear futuro
de una tarde de mayo. Un cielo puro
y un sol de amor sobre la tierra llana.
Olvidar lo que ha sido y el oscuro
rumor que ha sido de una voz, lejana
de un tiempo nuevo que el futuro mana,
fragante en su dulzor y ya maduro.
Será mañana, cuando llegue mayo.
Será mañana. Y un fulgor de rayo
a un torbellino amante dará vida.
Será mañana y, en tu espera, espero
el filo amante de tu amor de acero
hasta que el gozo sangre por mi herida.



viernes, 7 de abril de 2023

Corazones rotos (III)


No solamente porque hoy es Viernes Santo. Principalmente por eso, pero no solamente.

Mi corazón va hacia aquellos lados, allí donde moran esos corazones tristes y rotos. Aquellos pocos corazones argentinos de los que ya hablé, sufridos por todas partes: su pobreza, su abandono, sus dolores amorosos, su tristeza de una vida desperdiciada en lágrimas y soledad, sus desvíos y desconsuelos, su fe escasa o nula, su rabia y sus discursos de comida enlatada.

Es Viernes Santo y hay a Quien pedirle por ellos, que están crucificados con Él. Y que Lo han crucificado, a la vez.

Pedir por ellos (para ellos y en su nombre) es pedir con ellos, también. Porque todos –casas más, casas menos– necesitamos a Jesús haciendo de Cireneo y de Verónica en nuestras vidas.

Y Jesús lo sabe. 



jueves, 6 de abril de 2023

Ella


Si fuera la mañana, se abriría
toda la luz azul del cielo entero
y ya no habría resplandor primero:
porque su luz en todo luciría.
Si fuera noche, sólo habría un Lucero
y el cielo oscuro ya no existiría:
de sola claridad lo vestiría,
de llama pura y fuego verdadero.
Ciego en el día y en la noche. Viene
y en mis ojos despierta la mirada,
que nada he visto si no fue por ella.
Presencia luminosa que sostiene
cada cosa que alumbra, enamorada,
y en destellos de amor se vuelve bella.


martes, 4 de abril de 2023

Voz


Llevo el sonido como una daga,
se envaina en mí.

El corazón silencia su latido, 
el ave calla, 
la misma luz enmudece,
no hay zumbidos ni abejas en la flor,
y rompe el mar 
contra las rocas sordas 
sin su estruendo y su salitre.

Sola quietud del viento, 
sola ingravidez del trigo y su rumor, 
sola soledad del manantial y el agua.

Y la daga de tu voz se envaina en mí.

Y traspasa la fibra de los truenos, 
apacigua el canto de la lluvia, 
deshace melodías, 
ahoga los murmullos de las noches. 

Y con cada herida que tú, la única,
abres en mí,
con cada son, 
con cada dulzura,
llega tú música y sangra la alegría
cuando envainas tu voz aquí en mi pecho.




lunes, 3 de abril de 2023

Viaje


Distancias en la sencillez de las lomas
y de la vera azul de los arroyos, 
distancias en la sencillez de las tardes
y luz de las mañanas
y dulce resplandor de cada noche tibia.

Caminos y veredas, 
polvos de un tiempo que atardece
bermellón al oeste, 
lunas de tiza y resplandor del firmamento 
en su negrura amable,
en su silencio
y en el rumor que rueda por el mundo
debajo de mis pies inmóviles.

Sierras de soledad entre la bruma;
y hay la fogosa intrepidez del río
que canta su agua entre los roquedales, 
púrpura pura en las cañadas, 
quietud en las laderas.

Se avecina el horizonte, 
traga mis pasos, 
empuja mi pecho hasta el linde del sol.

Y voy en andas de las horas mudas, 
silbando en vilo, 
al ritmo tornasol del caminante, 
y con mi carga de memorias y bienvenidas; 
de versos que no son
y son hebras de luz en la mirada
que los ve desgranarse, girasoles
de pura luz, 
de puro aroma ardido, 
un clamor somnoliento antes del alba fría, 
en la ruta infinita, en cada viaje, 
que cruza la frontera de los sueños fragantes.

Y llegó más allá.
Cada vez más allá, 
y voy más lejos.

Y vuelvo al punto cero 
de cada travesía, hacia el origen, 
hacia el fin; 
y voy hacia el principio 
de esta madeja que trama con mis días
una única página de historia.
 

domingo, 2 de abril de 2023

Secreto


No son los laberintos, 
ni los ignotos senderos grises entrecruzados,
ni jeroglíficos en estelas de algodón, 
en el basalto duro;
no es un cofre ricamente tachonado
candado de peltre, cerrajes de hierro,
ni imposible abertura.

Allí no hay criptogramas,
contraseñas, 
ni escrituras con tintas de limón
que reviven al fuego de una llama.

No hay rastros de palabras esotéricas.
No hay gematrías, 
ni metátesis.

Nada ha sido encriptado, 
ni hay una cifra áurea que abra los sentidos
de los gestos imperceptibles, 
de las voces mudas. 

No hay conjuros,
no hay la magia verbal que los magos dominan.

Todo está oculto al oído y la mirada
que ven y oyen todo el tiempo su epifanía.

Todo es recóndito, sin embargo.

Invisible y vivaz como el aire, 
potente e invisible como el viento, 
claro como la luz que es invisible,
fecundo como la vida invisible.

Lo guarda el corazón y a la vista de todos.

Secreto que los ojos no ven
y luce y enceguece.
Secreto que nadie oye 
y se proclama como un bando regio en las plazas, 
como la canción de un juglar, 
como el trino melodioso del ave, 
como la furia del mar, 
luminoso como millares y millares de estrellas 
en música interminable.

Murmullo del vuelo de una mariposa, 
respiración de una rosa y un geranio encarnado, 
tumulto de quietud, 
tempestad de silencios.

Así guarda el corazón su secreto. 




sábado, 1 de abril de 2023

Sueño



Recuerdo una caverna o una laguna
que era de piedra oscura; y un sendero, 
y una llama rojiza o un candelero
o un cielo azul o un resplandor de luna.

Recuerdo un sol ausente o un reverbero
como un rumor de amor... Y ya ninguna
otra cosa, si no es esa fortuna
extraña de ser libre y prisionero.

Hay en el aire y vi, sin la mirada,
un ave muerta que en el mar planea
y una figura gris, sin voz y ausente. 

El tiempo en su madeja desquiciada
–en los sueños, el tiempo se marea–,
es pasado y futuro en el presente.