jueves, 30 de noviembre de 2006

El presente que ha pasado

Hoy puedo hacerme un regalo, aprovechando el regalo que me hizo Francisco, un amable portugués.

Lo recibí esta mañana. Muy a tiempo, sí. Para un festejo.
O' gente da minha terra

Letra: Amália Rodrigues (ah, Amália...)
Música: Tiago Machado

É meu e vosso este fado
destino que nos amarra
por mais que seja negado
ás cordas de uma guitarra

Sempre que se ouve o gemido
de uma guitarra a cantar
fica-se logo perdido
com vontade de chorar

Ó gente da minha terra
agora é que percebi
esta tristeza que trago
foi de vós que recebi

E pareceria ternura
se eu me deixasse embalar
era maior a amargura
menos triste o meu cantar

Ó gente da minha terra
agora é que eu percebi
esta tristeza que trago
foi de vós que a recebi.

Pero.

Otro más, claro.

¿Por qué no?

Sí. Es fiesta.

Alguna vez puse la letra de Porto de Mágoas. Ahora, que la cante Dulce Pontes.

¿Y nos vamos a ir sin oír a Amália...?

No, señor...

La tan bonita niña Amália, la gran Amália (pa' que vean que canta lo que sea...)

En la güeya del querer


Lo estaba debiendo.
(En realidad, no sé si lo estaba debiendo, ni por qué lo estaba debiendo, ni a quién...)
Los apuros de las idas, los apuros de las vueltas. Algo quedó inconcluso, es verdad.
Por las dudas, habrá que completarlo. No tanto porque valga más si agrego algo.
El asunto tiene su gravedad. Gravedad de peso y hondura, no tanto de urgencia y peligro (aunque, en esto, el peligro es siempre equivocar la senda, cosa posible porque es difícil acertar en aquello que más importa, por más que diga nuestro Martín Fierro que en la güeya del querer no hay animal que se pierda...)
Creo que de estas cosas está hecha la substancia de la vida.
Aquello en lo que no tenemos que fallar, al final: A la tarde te examinaran en el amor. Aprende a amar como Dios quiere ser amado, y deja tu condición, diría san Juan de la Cruz.
Como creo, al menos al principio, que hay que leer lo que Dante dice en italiano. Aunque no se entienda el italiano.
"O donna in cui la mia speranza vige,
e che soffristi per la mia salute
in inferno lasciar le tue vestige,

di tante cose quant'i' ho vedute,
dal tuo podere e da la tua bontate
riconosco la grazia e la virtute.

Tu m'hai di servo tratto a libertate
per tutte quelle vie, per tutt'i modi
che di ciò fare avei la potestate.

La tua magnificenza in me custodi,
sì che l'anima mia, che fatt'hai sana,
piacente a te dal corpo si disnodi".

Così orai; e quella, sì lontana
come parea, sorrise e riguardommi;
poi si tornò a l'etterna fontana.
Es aquel pasaje del Paraíso (XXXI, 79-93) de la Divina Comedia de Dante Alighieri que había mencionado vez pasada.
Señora, que das fuerza a mi esperanza
y por mi salvación has soportado
tu pisada dejar en el infierno,

de tantas cosas cuantas aquí he visto,
de tu poder y tu misericordia
la virtud y la gracia reconozco.

La libertad me has dado siendo siervo
por todas esas vías, y esos medios
que estaba permitido que siguieras.

En mí conserva tu magnificencia
y así mi alma, que por ti ha sanado,
te sea grata cuando deje el cuerpo.

Así recé; y aquélla, tan lejana
como la vi, me sonrió mirándome;
luego volvió hacia la fuente eterna.
El canto XXX, el anterior a éste, es un elogio de la belleza y del poder de Beatrice para purificar, por lo pronto, el amor de Dante y, con eso mismo -qué será primero-, purificar la mirada de su inteligencia y de su corazón. Para que el amor haga nueva todas las cosas y él vea y entienda. Y para que sea él más de lo que era. Y más que más, mejor. Para que el amor haga buenas todas las cosas. Y haga libres a los que bien aman, cosa difícil de entender y fácil de entender mal.

¿Primero fue el amor, la pureza, la mirada más lúcida para ver mejor la luz? ¿Cuál primero? ¿Finalmente el amor -un amor, no cualquier amor- pone luz, da luz, y la luz calor y más amor? ¿Amar lucidifica el alma? ¿La lucidez hace mejores amores?

Beatrice, dice Dante, ha ido antes, delante. Y ella ha sido el pie y la luz. Y el amor.

Los pies de Beatrice han precedido los pies del propio Dante en el Infierno, para que él llegara finalmente al Paraíso. Y con eso, Dante ha llegado al círculo de la Rosa -podría ser aquel círculo apretado de la rosa donde no hay pena, porque no hay dos, dijera el tan dantesco Marechal-, y con ello a la bienaventuranza. Mirada unitiva y propia unión. Una nota de las cosas que son. Y del que Es.

(Una antigua tradición esotérica diría cosas similares respecto de lo mismo, pero con un sentido diverso. Cualquier sentido superpuesto no desluce el primero. Aunque lo oscurezca.)

Cuando falta ese Unum no puede haber Amor ni Luz. De este modo, aquella tópica ceguedad del amor tiene que significar una cosa completamente distinta a lo que se cree.

Entonces, un amor tal que hace tal Unidad no puede ser cualquier amor. Ni en las cosas de dos ni en las de muchos, ni en la concordia de los amantes ni en la concordia social.

(Es verdad que existe la costumbre de nunca asociar las relaciones entre tipos de amores. Y lo mal que se hace...)

Decía Juan Álvarez Gato:
Gran belleza poderosa,
a do gracia no esquivó,
destreza no fallesció;
hermosa que tan hermosa
nunca en el mundo nasció...
O más todavía, después:
Los nudos que' en el cordón
distes vos alegre y leda,
como nudos de passión,
vos los distes en la seda,
yo los di en el corazón;
vos distes los nudos tales
por nombrar a Dios loores,
yo para nombrar d' amores;
vos para sanar de males,
yo para crescer dolores.
Nudos que unifican. Nudos que hacen una todas las cosas. Incluso a los que une el amor. No necesariamente al modo cómo lo pretende el amante apasionado y la pasión del amante pura pasión (o más que nada pasión...)

Igual que en el canto XXX, dice Dante de la luz de aquella que lo lleva a la Luz:
Forse semilia miglia di lontano
ci ferve l'ora sesta, e questo mondo
china già l'ombra quasi al letto piano,

quando 'l mezzo del cielo, a noi profondo,
comincia a farsi tal, ch'alcuna stella
perde il parere infino a questo fondo;

e come vien la chiarissima ancella
del sol più oltre, così 'l ciel si chiude
di vista in vista infino a la più bella.

Non altrimenti il triunfo che lude
sempre dintorno al punto che mi vinse,
parendo inchiuso da quel ch'elli 'nchiude,

a poco a poco al mio veder si stinse:
per che tornar con li occhi a Beatrice
nulla vedere e amor mi costrinse.

Se quanto infino a qui di lei si dice
fosse conchiuso tutto in una loda,
poca sarebbe a fornir questa vice.

La bellezza ch'io vidi si trasmoda
non pur di là da noi, ma certo io credo
che solo il suo fattor tutta la goda.

Da questo passo vinto mi concedo
più che già mai da punto di suo tema
soprato fosse comico o tragedo:

ché, come sole in viso che più trema,
così lo rimembrar del dolce riso
la mente mia da me medesmo scema.

Dal primo giorno ch'i' vidi il suo viso
in questa vita, infino a questa vista,
non m'è il seguire al mio cantar preciso;

ma or convien che mio seguir desista
più dietro a sua bellezza, poetando,
come a l'ultimo suo ciascuno artista.
Y también, sí: en todo la belleza. Poderosa belleza.

La belleza de la Beatriz de Álvarez Gato y la belleza de la Beatrice de Alighieri.

El misterio -otra vez- del misterio de la belleza al final de las cosas.


Creo que es de gran consuelo saber lo que un amor hace de nosotros. El amor.

El homenaje que Dante y Álvarez Gato le hacen a las damas de sus amores los pone en dirección al cielo. Porque amarlas los ha puesto en dirección al cielo.

Algo que el amor puede hacer. Debe hacer.

No solamente para que no se pierda uno el Cielo. Sino para que no pierda el amor.

martes, 28 de noviembre de 2006

Estel

El experimento social de Melkor-Sauron-Saruman (ellos mismos son una sociedad, también), dio toda suerte de monstruos y de seres espantosos. Y dichos ellos así, en ese orden vertical que no es casual ni caprichoso.

Cosas mayores y más graves y hondas que un experimento social, con la nota necesariamente horizontal que parece tener, había detrás de la furia de Melkor contra todo lo plantado en Arda. Pero era un experimento social, también.

El mal no se resigna a la soledad. Tiene pretensiones plurales. Yo, , él, nosotros: está en la naturaleza de los malos también.

El Mal pretende ser trinitario, social.


Orcos, trasgos, licántropos, diseños de bestias artificiales, temibles uruks, pestilentes arañas, espectros de reyes malditos, antiguos males ocultos en las profundidades de las simas, seres deformes, envilecidos, maleados, vencidos, desesperados.

Sin embargo, la intención y la acción espiritual, y moral , que los pusieron en existencia, sin duda eran peores que los resultados, por horribles que los resultados fueren a la vista, por peor que olieren, por atemorizantes que fueren sus silbidos, gruñidos, aullidos, siseos.

En el medio, los intentos de toda clase de seres -inteligentes o no- por enfrentar al enemigo parecieron -y a veces fueron- poco eficaces, aunque se salvara el empeño y la intención, la garra, el coraje, la generosidad. Y hasta la obediencia natural de ríos, bosques y piedras y animales por permanecer fieles al designio original y final de Ilúvatar.

También hubo quienes buscaron atajos. También hubo quienes quisieron usar el propio poder de Sauron contra Sauron, sirviendo a Sauron.

Y más y más se enmarañaba la historia y se enrarecía el aire. Y mayor era cada vez la oscuridad. Y más poder acumulaba el enemigo y más difícil era la esperanza. Porque la cara más mala del mal mostrada a todos tenía una intención antes que otras: desesperar.


Hasta que llegó el Rey.

A esta misma hora, en este mismo lugar

Las virtudes están tramadas de rutinas. Y los vicios, claro, que son la contraparte.

Hábitos, rutinas, costumbres.

Cosas que se hacen a horarios fijos. Cosas fijas a horarios fijos. Como los gestos repetidos, hasta palabras repetidas. Sonrisas, movimientos, ademanes, muecas, enojos. Y pensamientos, también. Y afectos, emociones, sentimientos. Caminar a un lugar, hacer lo mismo al llegar. No ir. Siempre evitar.

Rutinas. Que en general dejan de ser rutinas cuando dejan de ser cosas repetidas y son la cosa misma que se hace y se dice y se piensa y se siente. Cuando ya el valor de repetición, el andamiaje, no es necesario. Dichosas algunas, hasta en lo que tienen de rutinarias y por lo que tienen de rutinarias. Como débiles otras, porque su rodar suena más estridente que lo que rueda.

No siempre nos damos cuenta, creo, de lo mucho que hace con nosotros -y de nosotros- esa moliente rutina. Nos hace. Y tanto.

Tal vez, solamente cuando hay que desarraigar un gesto, cualquier cosa, aquello macerado en giros y giros repetidos, es cuando advertimos cuánto estamos hechos de vueltas y vueltas de lo mismo y por lo mismo.

Hay quienes sueñan con una especie de bendición de lo irrepetible, de lo nunca hecho, visto, dicho. De lo nunca pensado, sentido. Que hay quienes sueñan con lo inédito siempre, donde la rutina es que cada cosa tenga que ser distinta. Quieren el resultado, sin el procedimiento.

Y al revés.

Hay quienes se refugian en el procedimiento. Y esa ansiedad del refugio tibio de lo consabido, cuando refugio, tibio y consabido no son más que sinónimos bonitos de una penosa ansiedad.

Como hay el gozo de lo conocido, donde también una cosa es sinónimo de la otra, a Dios gracias.

¿Y esto a qué viene? ¿Por qué lo digo? Pues, por cuatro cosas. Que se alinearon en mi cabeza, de pronto, como pasa a veces que de las cuatro puntas de la vida aparecen cosas distintas en un mismo punto, y al mismo tiempo.

En realidad, dos no tienen gracia (habría que hacer muy cortos dos cuentos muy largos); y las otras dos... no tienen importancia.

Vale lo mismo.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Venga a nosotros tu Reino...

-¿Usted no tiene miedo de morir?

-Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva "especie", ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja?! Yo leo mucho; leí 3000 libros y leo al Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas "con autorización" de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.
Pertenece a un texto que me llegó ayer.

El reportaje tiene su interés. Y vaya si no (aunque es cierto que esta clase de entrevistas ha sido negada por las autoridades brasileñas y por varios medios); en particular por el lenguaje. No solamente por las cosas de las que habla. El modo de preguntar del entrevistador (¿/a?), el modo de responder del entrevistado. La relación entre ambos. Lo que ambos parecen representar (aunque haya mucho de 'terrorismo verbal' en el entrevistado...)

Pero hay una cantidad de asuntos allí, además, bastante más importantes que eso. Incluso en el caso de que todo sea falso.

Porque falso o verdadero, está el telón de fondo que hace posible la representación.

Tiene su interés también la figura del entrevistado, lo que se mueve en torno a él, lo que se piensa y dice de él y de la propia entrevista.

La respuesta por izquierda más fácil es enfocar las secuelas de la explotación y la opresión, el modo cómo las estructuras de pecado (social, claro...) se cobran sus víctimas, o la tergiversación interesada de la revolución, de las luchas populares en beneficio de las multinacionales del crimen. La respuesta por derecha más fácil es enfocar la disolución del orden, del contrato social, la corrupción de las instituciones, el capitalismo mal aplicado (¡je!).

Pero no hay nada fácil en esta cuestión, creo. Así que descartemos las facilidades.

Rex

El curita trató de explicar la realeza de Cristo. Nos dijo que Jesús se presentó a los suyos en su tiempo hablando de figuras -y en figuras- para todos reconocibles. El buen pastor le habla a los pastores; como a los pescadores les habla de pescas y barcas.

Así, a los que viven bajo reyes les habla del reino y de su realeza.

A nosotros, decía, esta figura no nos dice nada, pero en aquellos tiempos no había democracia. Con todo, como al pasar y sin darnos cuenta -dijo, y sin poder resolver la evidente aporía- en el Padre Nuestro volvemos a toparnos con imágenes regias: 'venga a nosotros tu Reino'.

Total que el curita se metió en un matete, no mal fraseado, políticamente correcto (porque así tiene que ser), pero completamente inconsistente. En parte porque para poder decir lo que él quería decir tenía forzosamente que decapitar -además del Reino y el Rey- el texto. Y el Libro entero, si vamos al caso.

Para que fuera enteramente sólida su mirada sobre el sentido de las cosas, no solamente tendría que redefinir, reemplazar o explicar cada referencia regia en las escrituras. Eso no sería nada. El asunto es que expresiones como 'el palacio de la papa frita', 'el imperio del calzado', 'el rey de la goma' deberían dejar paso a otras más acorde con la 'construcción democrática' en el imaginario colectivo.

Y no. No hay caso. No se logra reemplazar la figuras y las metáforas regias con otras más horizontales.

Será que la monarquía, además de ser lo que es, es signo y cifra de algo de lo que no puede ser signo y cifra la democracia, tal vez por ser lo que es.

Hay una carnalidad monárquica que seguramente celebrará el que no se pueda. Y en cuanto carnalidad y autocomplacencia carnal, me parece patética. También los judíos esperaban un rey y no tenían mucha idea del sentido de su monarquía.

Como hay una carnalidad popular que se resentirá no de la carnalidad monárquica -que puede hacer resentir incluso a un monárquico no meramente carnal-, sino del sentido mismo de la monarquía.

Puede ser. Y más bien, es.

Pero eso no tiene nada que ver, en realidad.

Si no lo dije ya (que ya lo dije), lo digo ahora: los símbolos bajan, no suben.

Nuestra inventiva, nuestra creatividad simbólica no es ni mayor ni mejor que la divina.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Hommage pour le tombeau

Cuando estaban por dar las 2 de la tarde (la hora del match), allí estaba.

No fue el primero en llegar, pese a la puntualidad.

Ya estaban peloteando Julián y Segundo. Se les sumó. Pateaban al arco, como suelen: jueguitos y a patear, penales.

Eran tres, hasta ahí. Tres de 12, claro. Hay diez minutos de tolerancia para empezar. Se juega con hasta 7 jugadores, es lo mínimo.

Los chicos del otro equipo tenían el equipo completo: 12. Igual, están autorizados a poner 9 en la cancha, si el rival juntó los 7 canónicos mínimos.

Sobre el filo de la tolerancia apareció primero Felipe, después Marcos y al final Manuel y Jaime.

Listo: eran siete.

Y se salían de la vaina por jugar. Los otros irían 'refrescando' el team con cambios cada 4 ó 5 minutos. Para que jugaran todos. Y para que Catedral se jugara todo.

Siete contra nueve.

Bautista, Lorenzo, Máximo, Ramiro y -sobre todo- Nicolás, el capitán -cuyo padre, por ser el hijo capitán, es el entrenador-: ausentes sin aviso.

¡Qué partido!

Son increíbles los chicos. Ya lo dije. Pero son increíbles.

No hay cómo entender las ganas de correr y correr y correr, estar en toda la cancha, subir, bajar, marcar, de 'meter pata', de 'sacar pelotas'.

La clave de bóveda de esta epopeya es el antecedente: habían perdido ya dos partidos de la rueda de ganadores. Tenían un gol a favor y 7 en contra.

Y ahora eran siete, nada más. Y nada menos.

No hay por qué pensar que los cinco faltantes habían 'tirado la toalla'.

Podría pensarse -mal- y esperarse eso de los padres -y de algunos más que de otros, tal vez-, acostumbrados al regateo de cojones en la rueda imparable del costo-beneficio.

Pero no debe pensarse eso de los chicos.

Salvo que ellos fueran más sus padres que ellos mismos. Y sería penoso y triste. A los 8 años.

No.

Mejor que luzca la garra de los siete bravos, de estos siete Macabeos del balón. Y que no se desluzca en nada ni con nada de la mezquindad posible pero indeseable e impensable.

No.

Los chicos que no fueron, no fueron. Tenían gripe, se quedaron dormidos, se tuvieron que ir a un viaje con la familia, les cayó mal el almuerzo apurado (¡pobres, también...: hacerlos jugar a las 2 de la tarde, con las milanesas de los sábados a media altura y salir a correr y sudar...! Realmente...)



¿Nombré ya a Enrique V, la vida que Shakespeare le compuso? ¿Hablé de aquella extraordinaria arenga de la escena III del acto IV, antes de Agincourt?

¿No?

Pues me gustaría haber sido Gregorio hoy.

Otra vez hoy, sí. Y cómo me habría gustado saber lo tanto que me la merecía.

Y cómo me gustaría que me la hubieran recitado antes de una batalla como la de hoy:
Este es el día de la fiesta de san Crispín. El que sobreviva a este día volverá sano y salvo a sus lares, se empinará sobre las puntas de sus pies cuando se mencione esta fecha, y se alzará por encima de sí mismo ante el nombre de San Crispín. El que sobreviva a este día y llegue a la vejez, cada año, en la víspera de esta fiesta, invitará a sus amigos y les dirá: 'Mañana es San Crispín'. Entonces se subirá las mangas, y, al mostrar sus cicatrices, dirá: 'He recibido estas heridas el día de San Crispín'. Los ancianos olvidan; pero el que lo haya olvidado todo, se acordará todavía con satisfacción de las proezas que llevó a cabo en aquel día... Esta historia la enseñará el buen hombre a su hijo, y desde este día hasta el fin del mundo la fiesta de san Crispín y Crispiniano nunca llegará sin que a ella vaya asociado nuestro recuerdo, el recuerdo de nuestro pequeño ejército, de nuestro bando de hermanos; porque el que vierte hoy su sangre conmigo será mi hermano; por muy vil que sea, esta jornada ennoblecerá su condición y los caballeros que permanecen ahora en su lecho... se considerarán como malditos por no haberse hallado aquí, y tendrán su nobleza en bajo precio cuando escuchen hablar a uno de los que han combatido con nosotros el día de San Crispín.


¿El resultado del partido?

Perdimos.

9 a 0.

Poca cosa

Parece sentencia común que san Isidro Labrador no hizo nada.

Modo de decir no muy feliz, creo, que supone decir que no mató ningún dragón, ni hizo desaparecer una montaña o abrió el mar en dos...

Suelen decir 'que no hizo nada' como un elogio a su sencillez asordinada y, podría ser, como un aliciente piadoso a la posible santidad de los hombres comunes y corrientes. No sé si me gusta mucho el giro y más bien no.

El caso es que leía esta mañana en una colección famosa (el Año Cristiano, en 4 tomos, del benedictino Fray Justo Pérez de Urbel) la vida de san Isidro el labriego, con fiesta el 15 de mayo, y patrono de Madrid.

Suelo tomar la colección de tanto en vez y abrirla, como se debe, al azar. Me puse a ver, entonces, cosas de san Isidro, y busqué otras 'vidas'. Hay varias y dicen más o menos lo mismo, obviamente, como esta bastante simpática relación.

Entre otras, veo una que me hace acordar a lo que leía en Pérez de Urbel, y, efectivamente, se parecen mucho en muchos párrafos.

Ahora bien, el texto de Pérez de Urbel tiene un Imprimatur en Madrid, en 1939 y fecha de colofón para la edición 'suramericana' de 1944. Me fijo en Tomás Morales y encuentro que murió en 1994, es siervo de Dios y tiene causa de canonización abierta hace unos 6 años.

A juzgar por la bibliografía que hay en el artículo tomado de sus "Semblanzas" (que no sé cuándo escribió, pero seguramente después de su ordenación en 1942), podría ser que Pérez de Urbel y Tomás Morales tuvieran fuentes similares.

Pequeños misterios curiosos.

Ahora bien.

Tal vez llevado por esa cuestión de que san Isidro 'no hizo nada', Pérez de Urbel dice algo que Morales no dice, y que fue el rabo por donde agarré este asunto:
Y sin embargo, Isidro no hizo nada extraordinario en su vida. Lope de Vega quiso dedicarle un poema, pero después de haber agotado toda su erudición mitológica y los recursos maravillosos de su opulenta imaginación, tuvo que interrumpir el raudal de su vena poética.
No sé a qué se refiere en este caso Pérez de Urbel, porque veo que hay al menos 3 obras famosas de Lope de Vega sobre el santo. El Isidro, con la que ganó unos juegos poéticos en homenaje al por entonces beato, en 1599. Una comedia religiosa de 1604-1606, San Isidro de Madrid y un poema presentado a una justa poética en ocasión de la canonización de san Isidro en 1620. No ganó entonces, sino Calderón de la Barca con su Canción a san Isidro, publicada dos años después (el propio Calderón tiene unas 4 composiciones además de la Canción, dedicadas al patrono de Madrid), cosa que no llama la atención en el Siglo de Oro español.

Más allá de la 'humorada' de la santidad pasmante de un labriego, está la cuestión de mirarle la aterrada mirada a quien mira la santidad del santo sin ver ninguna santidad 'escribible'...

Verdadera o falsa -y mejor todavía si es falsa-, me gustó la imagen 'poética' del fénix de los ingenios, naufragando ante el 'anodino' Isidro, no sabiendo cómo hacer para terminar sus versos, no sabiendo qué más decir.

La angustia del escritor que tiene adelante un asunto demasiado grande del que apenas puede decir algo y no sabe qué decir.

jueves, 23 de noviembre de 2006

Non nobis (*)

Se armó y se desarmó la tormenta, justo cuando estaba escribiendo algo relacionado con la música, la Música y -por una asociación que se ve tenía presente sin saber- con el Ainulindalë, de Tolkien.

Los chicos, que andaban en esto y aquello por todo el jardín, dejaron corridas y manchas, guitarras y cantos, y se fueron a la parte abierta, a ver cómo caía el arco iris por detrás del ciprés calvo de la gloria y la gran madre que lo parió...

Había que salir y mirar. Y ver. Y oír al arco iris y al ciprés y a los chicos -y no tanto-, la vista arriba al noreste y la boca entreabierta, exaltados y alegres...

Hijos de Eru. Seres de la Cuarta Edad, medio hombres, medio hobbits. Ajenos a la Música, tal vez, pero disfrutándola.

Volvieron a los juegos y a los cantos con guitarra. Y yo a lo mío (previa fotografía, es verdad...)

Tiempo atrás, me acordé al volver, había mirado el Anulindalë con la misma mirada que ahora pero aplicada a cuestiones más inmediatas.

Y ahora, básicamente, lo que veía era que la Música del Comienzo, la que comenzó en el Comienzo, es la Música del Fin.

La misma, pero distinta. Donde Fin significa lo que Ilúvatar quiso que fuera desde el Comienzo y lo que llegará a ser al Fin.

Puede haber otras interpretaciones del sentido del cristianismo, eso cualquiera lo sabe.

Pero no lo desmerece en absoluto el que se lo considere como un inmenso -y divino- intento por hacer que la creación entone la partitura original, terriblemente mejorada.

La Música del Comienzo, pero infinitamente mejor, al Fin.

Así, lateralmente, llegué a tener, con sorpresa y felicidad, este simpático pasaje a mano (porque en cualquier parte hay cualquier cosa...):
After a time of Music, Ilúvatar proposes a first 'great' design/theme/plan to all the Ainur at once: a symphony for His pleasure. He then charges them with the collective elaboration of this great design/plan/theme. They are to play themselves at composition.

While it is true that the Ainur are Ilúvatar's thoughts embodied, they each have a life of their own, and are expected to utilize their 'freedom' by cultivating the grand theme. Only in the future, at the 'end of days', will all the created beings of Ilúvatar fully understand not only the divinely provided concepts and themes they each personally embody, but how each relates to all the others and fits (as per Ilúvatar's intentions) in the entire greater scheme.
Esto no es el Agincourt de William Shakespeare pero, como Henry dijo entonces, cuando la jornada ya era suya, habrá que decir: que se cante un Non nobis y un Te Deum.

Sobre todo un Non nobis, diría.

Por el día de hoy. Y por el día del Fin.


(*) El Salmo 115, dice, precisamente en la Vulgata (113B):
Non nobis, Domine, non nobis;
Sed nomini tuo da gloriam.

Philippe Noiret (1930-2006)

Lo voy a extrañar. Como se extrañaría a un amigo. Y nunca me ocupé de saber mucho de su vida, sin embargo.

Es que era un actor. Un actorazo.

Un fuera de serie. No de los actúan actuando.

Un verdadero artista de la actuación. Vivía.

No me acuerdo de ninguna película en la que actuara que no me haya gustado.

Y Un taxi color malva, tan rara, tan poco frecuentada, no es la menor.

Una joya.

Y él también.

Pintadas

Creo que es en la Plaza de Mayo, cerca del Cabildo, si no es en la misma pared del Cabildo, para el lado de H. Yrigoyen.

Allí, el martes, vi una 'pintada':
Ni pueblos en guerra
Ni clases en paz
Está todo allí, creo. Brillante concisión.

Tal vez sean tiempos para pintadas y para pensar en ahorrarse millones de kilos de papel y de palabras. Podría ser un signo de estos tiempos. Y no digo que sea por sí un signo auspicioso. A veces parecería que vivimos en un mundo que empeña sus galas intelectuales en los titulares y en las paredes. Conmoción, antes que nada. Y breve.

Es cierto que una ideología por compleja y aburrida que resultare, siempre es una simplificación más o menos brutal. Como las pintadas son simplificaciones habitualmente creativas de simplificaciones habitualmente aburridas. Pero tienen la propiedad de decir en pocas palabras lo que no siempre es tolerable en muchas.

Me acordé de otra, que todavía sobrevive en una pared de Hurlingham, cabe la vía:
Guarda, fachos, Maradona es zurdo...
Y otra que estaba en Bellas Artes, dicen, en el París del '68:
Dejemos el miedo
a lo rojo para los
animales con cuernos.
O aquella otra espléndida, que dicen que estaba en la Escuela de Lenguas Orientales:
La muerte es necesariamente una contra-revolución.
Y de otra más que estaba por varias partes en el Buenos Aires de los '80:
Plebiscito, las pelotas...

miércoles, 22 de noviembre de 2006

La Música que suena

Creo que si en la fiesta de santa Cecilia uno presta atención al Salmo 150 (1-6)
¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,
alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,
alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,
alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.
¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!
puede pensar que es muy a propósito para la fiesta de la patrona de la música (no, lástima: el patrón de la música no es Telerman, como cualquiera sabe...)

Pero.

Si al rato nomás oye el fragmento de san Lucas (19, 11-28) (*)
Estando la gente escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro.
Dijo pues: "Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse.
Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva."
"Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros."
Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas."
Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades."
Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas."
Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades."
"Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo;
pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste."
Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré;
pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."
Y dijo a los presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas."
Dijéronle: "Señor, tiene ya diez minas."
-"Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará."
""Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí."

Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.
puede llegar a pensar que no pega mucho con el Salmo, ni con la celebración de santa Cecilia y la música; aunque podría parecerle que sí pega con la lectura del Apocalipsis (4, 1-11), que oyó al principio:
Después tuve una visión. He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo, me decía: "Sube acá, que te voy a enseñar lo que ha de suceder después".
Al instante caí en éxtasis. Vi que un trono estaba erigido en el cielo, y Uno sentado en el trono.
El que estaba sentado era de aspecto semejante al jaspe y a la cornalina; y un arcoiris alrededor del trono, de aspecto semejante a la esmeralda.
Vi veinticuatro tronos alrededor del trono, y sentados en los tronos, a veinticuatro Ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro sobre sus cabezas.
Del trono salen relámpagos y fragor y truenos; delante del trono arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios.
Delante del trono como un mar transparente semejante al cristal. En medio del trono, y en torno al trono, cuatro Vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.
El primer Viviente, como un león; el segundo Viviente, como un novillo; el tercer Viviente tiene un rostro como de hombre; el cuarto viviente es como un águila en vuelo.
Los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, están llenos de ojos todo alrededor y por dentro, y repiten sin descanso día y noche: "Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, "Aquel que era, que es y que va a venir"."
Y cada vez que los Vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y vive por los siglos de los siglos,
los veinticuatro Ancianos se postran ante el que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas delante del trono diciendo:
"Eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; por tu voluntad, no existía y fue creado."

Y a mí me parece que sí. Que es más o menos evidente que todo pega. Y no menos, sino más, con santa Cecilia. Y con la música entonces.

Porque hay músicas y músicas...

Y hay una Música. Y un día sonará de veras.


(Y uno espera que, cuando suene la Música, Al que suena la Música nuestro nombre le suene y no nos hagan sonar...)




(*)
La edición de la Biblia de Jerusalén, por ejemplo, dice al respecto:
Considerables divergencias separan la parábola de las minas de la de los talentos, Mt 25 14-30. Parece además que se deben distinguir en Lucas dos parábolas fundidas en una sola, la de las minas, vv. 12-13, 15-26, y la del pretendiente a la realeza, vv. 12, 14, 17, 19, 27.

Sir Chucuchú of Wales

Lo que son las cosas...

Propiamente almas gemelas.

Yo también dejé el Jaguar y el Rolls, abandoné el jet y el helicóptero y hasta la bici, dejé; y ya ni siquiera me dan ganas de caminar...

Cómo no: ¡Everybody al tren!

Es más, y para que vean: ayer mismo volví al pueblo subido al techo del vagón; ahí nomás saqué mi vianda Duchy (siempre va conmigo: pan, embutidos, comidas preparadas, galletas y mermeladas) y, leyendo además la vida del Avispón Verde, llegué de lo más pancho...

Carta abierta a Alejandro Rozitchner sobre sus nociones de educación, moral, historia, buenavida, periodismo, cultura, deseo, et cætera

Estimado señor:

O el papel de revistas devino gratuito o filosofía se volvió sinónimo de demagogia o usted me está tomando el pelo.

Atentamente,

Su seguro servidor.

Es claro

No es tan difícil de entender, me parece.

Es algo que hasta el cristianismo podría entender, si no fuera esa falsificación de cristianismo que el cristianismo que es el cristianismo que no es ha hecho del cristianismo que es pero no es, siendo el que es sin serlo.

A ver.

Por última vez, y bien sencillo y que ya no haya que decirlo más:
El cristianismo no es el cristianismo sino que el cristianismo ha hecho un cristianismo que no es el cristianismo que el cristianismo es, sino un cristianismo que el cristianismo no es, por culpa del cristianismo que ha ocultado el cristianismo para que el cristianismo sea el cristianismo que no es, siendo el cristiansimo que es cristianismo pero distinto del cristianismo que no es el cristianismo que no es cristianismo, de modo que hay un cristianismo y dos cristianismos pero uno es un cristianismo que es cristianismo distinto del cristianismo y otro es cristianismo distinto del cristianismo que es cristianismo. Y todo eso pasa porque Judas no es Judas, sino que es Judas que no es el Judas que es Judas, sino un Judas que es Judas distinto del Judas que es Judas, pero no es. Y porque la sexualidad de María Magdalena no es de María Magdalena, sino que es la sexualidad de una María Magdalena que no es la María Magdalena de la sexualidad que no es sino la de la que es más allá de que sea la que es y porque no es ni sexualidad ni de María Magdalena, porque la sexualidad no es sexualidad en el sentido en que se dice que la sexualidad es la sexualidad de María Magdalena. Y tampoco hay que decir que María Magdalena es la María Magdalena de la sexualidad que no es, porque es otra María Magdalena que no es y es.

Está claro.

martes, 21 de noviembre de 2006

Julia Flyte

Charles Ryder -en medio de un capítulo dedicado completamente a ella- recuerda el relato de Julia Flyte sobre su fallido matrimonio con Rex Mottram, una conversación de casi todo un día, a los bandazos a bordo del barco que los lleva de América a Inglaterra. Bandazos del barco sobre el mar y de las vidas sobre el mundo.

Una escena memorable en Retorno a Brideshead, sin duda de las que más me gusta de la novela.

Un fragmento apenas para mostrar cuántos temas hay en pocas líneas y cuántas líneas se cruzan en un solo tema.
Fue una boda muy, muy impopular ¿sabes? Todo el mundo simpatizaba con mamá, como siempre, aunque eso no le sirviera de nada. Durante toda su vida mamá ha despertado la simpatía de todos, menos de aquellos a quienes ama. Todo el mundo decía que yo me había portado de una manera abominable con ella. Total, que el pobre Rex descubrió que se había casado con una paria, exactamente lo contrario de lo que se había propuesto.

Así que, ya ves, desde el mismo principio las cosas no empezaron con buena estrella. Empezamos con un mal de ojo pesando sobre nuestras cabezas. Pero yo seguía loca por Rex.

-Cuesta creerlo, ¿verdad?

-El padre Mowbray acertó en seguida con respecto a Rex; a mí me costó un año de matrimonio comprenderlo. Pura y simplemente le faltaba algo. No era en absoluto un ser humano completo sino un trocito de ser humano, que se había desarrollado de una manera extraña, poco natural; como dentro de una botella, como un órgano mantenido vivo en un laboratorio. Yo creía que era algo así como un salvaje bueno pero me equivoqué; era algo absolutamente moderno y al día, que sólo esta época espantosa podía producir. Un trocito muy pequeño de hombre que juega a ser un hombre entero.

Bueno, todo eso ha terminado.


Me contó todo esto diez años más tarde, durante una tempestad en medio del Atlántico.

Está en el capítulo segundo del libro segundo.

lunes, 20 de noviembre de 2006

Pilósofo (*)

Como en el texto dice el propio autor, Alejandro Rozitchner, que él es filósofo, habrá que tratarlo como propone que se lo trate, es decir filosóficamente. En el sentido vulgar, digo, al menos. 'Tomátelo filosóficamente', digamos.

Vayamos por partes, entonces.

Primero leer atentamente, con calma.

No todos los modernos o posmodernos piensan exactamente lo mismo respecto del asunto. En realidad, el asunto parece ser primero la educación. Sin embargo, es el disparador para poner en cuestión el cielo y la tierra. Lo cual no me parece del todo mal. Si estuviera bien.

Pero.

Con calma, filosóficamente.

Por lo pronto, y mientras vamos leyendo, creo que debería abordarse este ensayo con dos coordenadas hermenéuticas a la mano.

La primera, el obsesivo peso que parece tener el paso del tiempo en la concepción rozitchneriana.

La segunda, la probable confusión -indigna de un filósofo, creo- entre lo que pasa y lo que es. Y cuánto de lo que es hay en lo que pasa. O no. Y así.


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(*) 'Pilósofo', sí. Con 'p'.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Rap de Rep

Esto que dice -sugiere, insinúa, alude- Rep ya estaba -si no leí mal-, y entre otros lugares, en aquel libro sobre Rodolfo Galimberti. Y en la historia, seguramente. En la historia como fue.

Después de todo, por qué no, hay mitologías cómplices. Y ya que viene a cuento, tal vez cosas como la Revista Humor pueden ser una de ellas.

Habrá que revisar la historia alguna vez, otra vez, mal que le pese a los revisionistas de los revisionismos. Y revisarla mejor. No al modo de la quisquillosa rayuela de stalinistas vs. troscos, o de moscovitas vs. pekineses, o de titoístas vs. albaneses, o al modo de la reivindicación de la escisión de la escisión del ejército popular de los verdaderos populares...

Para lo cual se necesitará mayor agudeza -y coraje- que la agudeza de los agudos y el coraje de los corajudos. Si eso se puede. Si acaso. Y me da que no les hace falta a los deudos.

Hay un pasaje allí, en la recensión del libro de Andrés Cascioli, que debe ser un chiste más de los patrones de la revista-nave insignia de la 'resistencia':
Y si resistió, fue en gran medida porque se sintió, antes que nada, protegida por sus propios lectores y comprometida a seguir ante ellos.
Pues una de cuatro: o fue un milagro que sobreviviera (cosa que no sé si es palabra y cosa canónica en esos parajes...); o los milicos comechicos y omnipotentes eran unos mantequita que no podían por un cagueloso temblor de rodillas cerrar esa revista (y hubiera sido, después de todo, una más de todas las que cerraron en aquellos años, a derecha e izquierda, por derecha y por izquierda, y eso por hablar solamente de las revistas...); o la revista gozaba de un apoyo popular tal que hacía imposible cerrar semejante faro valiente (claro que apoyo semejante se ve que no alcanzaba para frenar más que un decreto de cierre de la revista Humor, cosa por lo menos curiosa, si vamos a ver...); o, también posible, se les pasó a los perspicaces y suspicaces guardianes de la antisubversión semejante cosa tan importante y grande, como esta muralla china de la cultura alternativa.

Habrá que ver qué mitología es la más conveniente, la más funcional al mito de la resistencia. Y habrá que mirarla bien. Para entenderla primero.

Y habrá que ver la resistencia de qué a qué. Y de quiénes a quiénes y por qué.

No es tan sencillo como los dos demonios. Ni tan sencillo como la pureza de sangre del anticomunismo de los anticomunistas. Ni tan sencillo como el patriotismo o la filantropía de unos y de otros. Ni es tan sencillo como el mito de la generosidad del militante heroico.

No es Boca-River.

Ni River-Boca es limpia pasión y camiseta.

En aquellos años, dicho esto rápidamente y a modo de simple ejemplo, los militares argentinos, pedisecuos de Mc Namara y la seguridad nacional de las multinacionales de la inteligencia macartysta, le decían dos veces que no a los EE. UU.: ante la invasión a Afganistán, en el '79, desconocieron los embargos y aumentaron sus exportaciones a la URSS y a los países del Pacto de Varsovia y sus alrededores. Durante la larga crisis de los rehenes en Irán, entretanto, tampoco 'obedecieron' el embargo de Carter y le vendieron granos a la revolución islámica de Khomeini.

Seguramente, Martínez de Hoz temía la resistencia popular argentina, o la presencia de la revista Humor. O había estado cambiando de bando y nadie se dio cuenta. O tal vez la militancia que resistía en la revista Humor salió indignada a arruinarles los negocios. O a sugerirles un negocio. O no les arruinó nada. O el negocio es el negocio. O quién sabe qué.

En fin, de todas esas cosas debe saber Rep más que yo, porque, además, el que está hablando de lo que él llamaría la sangre de sus muertos es él... Aunque no se dé cuenta.

Gregorio 0 - 3 (Lesson two: the defeat)

El caso es que Gregorio pasó de ronda, a la serie de ganadores. En el primer partido se comieron 3 goles.

Probablemente, se trata de un equipo de 'primera fase'. Probablemente, jugaron hoy contra el preferido de Grondona (je, je...)

Habrá que ver. Lo interesante, con todo, fue el segundo tiempo. Y la espantable tenacidad de Catedral -así se llama 'nuestro' equipo-, que más perdía, mejor jugaba. Una ecuación que difícilmente vuelva a darse en la vida, me parece, salvo que a uno se le hiciera hábito la siembra, sin desorden en el apetito de cosecha, cosa que ni el capitalismo ni la revolución pueden hacer (lo que prueba que lo que le hace mal al fútbol es que Maradona hable del Che y que la AFA exista...)

Esta vez solamente hubo alfajor, porque no había el puesto de los helados. Gregorio, imperturbable y ajeno al resultado, casi diría ajeno al fútbol mismo, jugó su mejor partido hasta ahora. La tribuna lo aclamaba y creo que estamos todos de acuerdo en que se le aplaude 'su permanente búsqueda y contacto con la pelota', me sentenció solemnemente un padre 'hipertecnificado'. La calidad del contacto, es otro asunto, pensaba yo. Los padres dicen que juega bien. Yo sé la verdad. Quieren decir que se mata jugando. Aunque ellos no lo sepan o no tengan ese concepto en su diccionario.

Mientras saludaban a los contrarios y mordisqueaba su pitanza, le 'pesqué' un fragmento de diálogo con un 'colega':
- Qué partido, qué lástima. Vos jugaste bien..., le dice su compagno que tiene muy buen dominio del balón.

- Parecía que iba a llover esta mañana, ¿no?
, contesta Gregorio, ¿mirá si llovía? Si llueve lo suspenden, ¿no?
Al final, caminábamos hacia la salida mientras miraba los colores de las camisetas de otros equipos y hacía sus comentarios estético-deportivos. Entonces, me preguntó a repetición:
-¿A qué hora es la comunión de Ana (su hermana inmediata mayor)? ¿De ahí nos vamos al casamiento (de una de sus primas y madrina de Ana...)? ¿A qué hora juegan los chicos (por dos de sus hermanos mayores, que jugaban al rato)? ¿Puedo ir a ver el partido de los chicos (en la otra punta del pueblo...)? ¿A qué hora jugamos mañana (por suerte a la tarde..., bien tarde, Gregorio, después de una siesta reparadora, que está claro que él parece no necesitar)?

Y listo.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Versos de sombra y silencio

Estaba quieta, fría y soleada la tarde. Muy bonita, la tarde.

Para poesía, por ejemplo. Y encontré en unas antologías dos poemas gallegos.

Las traducciones no son buenas. No valen la pena. Y en galego van muy bien.

No se conocieron los poetas.

Ella no llegó a los 50, él no llegó a los treinta.

Parecen vidas llenas de sombras y silencios, las dos.

Versos do meu silenzo

Ollos na noite pensantes
os das estrelas lonxanas,
que ennovelados nas tebras
tráenme a túa lembranza.

Antr' o agarimo da lua
salouca o meu corazón
que añora a surrisa túa.

Por camiños de luceiros
enfondados na distancia,
a túa voz sinfoniza
os ecos da miña alma.

Estou a pensar en tí
e nas miñas mans saudosas
ate o mesmo delor rí.

Baixo a pregaria oxival
do zarco mar dos teus ollos,
afóganse as miñas verbas
que van pousar no teu colo.

Tan outo cal un luceiro,
porei o meu corazón
pra que alume o teu vieiro.

Luís Amado Carballo


Negra sombra

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro

Shershelafam

Para el desfile de modelos, Francia.

Mujeres al poder, oui..., y van...

Señoras y señores: Ségolène Royal (je, el verdadero nombre, que usó hasta los 25 años, era Marie Ségolène Royal... ah, pícara...), nunca taxi, flamante candidata por el socialismo francés a las elecciones 2007 (*).

Ingenioso eso de que se opuso al matrimonio homosexual... porque está en contra del matrimonio.

Déme dos, silvuplé.


(*) La versión française trae suculentos entremeses.

King Lion

Por lo pronto, llamar a un gurú revolucionario 'el rey León', merece tal vez algunas horas de diván y la visita obligada -para un examen de lenguaje- al comisariato político sinistro...

Qué cosa.

En fin, es lo que pasa cuando, iconoclastas y todo como son, y en reemplazo de otros santos, los revolú levantan altares a sus propias entidades: hay que bancar..., no importa cómo, hay que bancar...

Aunque su valoración de Bob Dylan es un bocadito de dulce de leche, lo que me impresionó de veras es la disciplina racional económica de este muchacho.

La piratería burla el capitalismo discográfico. Una especie de guerra de guerrillas, digamos, con una luciérnaga en una lamparita de papel de arroz en la espalda, digamos. Bien. La piratería se industrializa y se hace empresa discográfica pirato-capitalista. ¡Ups! Se industrializa la guerra de guerrillas. La internacional pirata capitalista. Qué problema.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Jacarandá

Está bien que hoy llueva, mucho.

Que el cielo esté gris. Acero. Plomo. Hierro.

Está bien.

Y que en medio del cielo gris de la historia (y de las historias), del mismo color de las historias grises, y de la historia gris mirando corto, está bien que haya un jacarandá, dos.

Cientos.

Con la historia gris, acero, plomo, hierro, de fondo.

Aunque sea el gris del alma y de la tristeza del alma.

No importa.

Porque el gris le queda bien al jacarandá. Y hace que las dos cosas tengan un sabor mejor. El gris. El jacarandá. Los grises. La historia. Las historias. El jacarandá.

Todas las historias (toda historia) tendrían que tener hoy un jacarandá en contraste.

Como la miseria y el sol de Albert Camus.

Cero a la izquierda

Tiene que haber gente que sepa de filosofía, no dije más que yo. Sino que sepa de veras. Como hay peritos en ucacidades y asuntos eclesiásticos. Como tiene que haber gente que sepa de política nacional e internacional.

Como que seguro hay sabios de matemáticas y proporcionalidades y esas cosas importantes.

Lo que es yo, me las arreglo bastante mal en todo esto. Lástima.

Ahora bien.

Si me preguntaran -y nadie quiere saber qué pienso, claro, siendo tan bruto...- yo diría que Néstor Corona es a Jorge Bergoglio (vía Alfredo Zecca), lo que Luis D'Elía es como si dijéramos a Hugo Chávez (vía Néstor Kirchner).


No tanta risa: ya dije que soy muy bruto para las matemáticas...

lunes, 13 de noviembre de 2006

Sta Cunfraterna indispensevule...

Hay felicidades, no crean.

Por ejemplo.

Gregorio -con la alegría inarrugada- empató el domingo un partido 'chivo' y ganó otro el sábado, con holgura. Su desempeño es idéntico a sí mismo: sudor y garra.

¡Bravo, chico!

Ya el viernes, por otra parte, había entrado con música. O salido, por mejor decir.

La hija mayor me invitaba a un concierto donde cantaba con su coro y otros muchos, todos factura del mismo director local, a quien se le homenajeaban sus 30 años de música con ese concierto.

El domingo, mientras, llegó con su canasta llena de misterios.

(Todo domingo hace lo mismo, después de todo... Pasa que a veces se nota de un modo que no podemos esquivar...)

Entre otras mirabilia, bien que menos tangibles, como hilo de agua fresca en la montaña bajaron a mis manos al anochecer unos 11 discos todos grabados en un solo compacto.

Lo común a todos ellos es que Marcel Pérès está detrás de cada uno, de un modo u otro, dirigiendo, asesorando. Admiro la obra de este hombre, la paciencia para recopilar y armar ensambles -como Organum, por caso, el intérprete de casi todo en el regalo-y grupos corales para rescatar la música antigua. Muy antigua, vieran si no.

Al final, la sorpresa mayor llegó como con sordina. Entre las horas y horas de cantos, de pronto aparecieron mis preferidos: los extraordinarios corsos de la Cunfraterna di a pieve di a Serra.

Hay allí en el regalo un album completo de estos chantres: Laude.

Hay felicidades, sí. Laudemus.

Esta vez se lo debo a Patricio. Y me lo dio como de paso...

¡Bravo por ti, chico, anche...!

Listo.


No, momento...

Antes de irse, oigan un poco de esta voz di Corsica, hablando -en dialecto- sobre la Cunfraterna:
L'attaccamentu prufondu di i corsi pè e tradizioni religiose è l'azzioni di pietà ch'elli intraprendenu sò cunnusciuti. I canti sacri interpretati da e differente cunfraterne di a nostra isula sò tante testimunianze chì si perpetueghjanu dipoi seculi è seculi. A Cunfraterna di a Serra accumpagna a maiò parte di e manifestazioni religiose. Grazia à a vuluntà di certi cantori paisani, st'associu ci permette di riscopre i canti di a Pieve di a Serra. Sta cunfraterna privilegeghja un scambiu di riflessioni duve, per via di a fede, parechji temi in lea cù a sucietà sò sviluppati. In fatti, al di là di a sperienza musicale, st'intrapresa hà una dimensione umana indispensevule à ogni dimarchja spirituale.

domingo, 12 de noviembre de 2006

Amigos y vasallos del Dios omnipotente

El santoral, para hoy, pone en primer término a un mártir de la iglesia católica en Lituania, allá por el siglo XVII: san Josafat.

Pero inmediatamente después está san Millán y su fiesta. Emiliano vivió más de 100 años a caballo de los siglos V y VI. Ermitaño cenobita, párroco fallido de Berceo -fallido por 'demasiado' caritativo, dicen-, anacoreta, piadoso, milagroso. Y pensar que su maestro, Félix, quiso enseñarle el Salterio y apenas si llegó al Salmo VIII...

Alrededor de sus lugares crecieron siglos más tarde algunos monasterios. El más notable fue el más antiguo y famoso San Millán de la Cogolla de Suso (es decir, de arriba); el otro, de Yuso (o de abajo), es posterior.

En el primero, inmenso lugar de monjes benedictinos, es donde se encontraron las famosas glosas a un texto latino, del siglo X, con las cuales da inicio oficial una serie de formas de hablar entre las que se cuentan el navarroaragonés, el paleocastellano y hasta el euskera.

Allí vivió en el siglo XIII el simpático monje Gonzalo de Berceo, aquel de los Loores y los Milagros de Nuestra Señora (también escribió una vida de su patrono monástico), aquel poeta de los versos alejandrinos como surcos vistos desde un tren a la carrera...

Hasta no hace muchos años, San Millán compartía -no sin debates y protestas, de un lado u otro- el patronazgo de España con el señor Santiago. Nada menos.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Cristina con 'C' de Clinton

En medio de la guerra fría, y después del grito insurgente de los '60, en los '70 -ventajas de acordarse, ¿vio...?-, había una frase: El mundo gira hacia el socialismo.

En el seminario menor, un converso de no me acuerdo qué a qué -creo que se llamaba Speron- mostraba, con una pastosa mediosonrisa satisfecha, un mapamundi en las clases de 'Educación Democrática' con el que exhibía la 'marea roja' como reguero por los continentes. En aquellos años, no había remeras guevarinas, y Ho Chi Minh era el santo patrono de la derrota del capitalismo...

Thatcher y Reagan, en los '80, no oyeron la frase, se ve. O eran tan brutos que ni se dieron cuenta. Y el mundo viró más bien hacia el neoliberalismo salvajón y petulante; se cayó el muro, por ejemplo, y Menem privatizó como si estuviera drogado, a troche y moche. La izquierda guapa y corajuda comme d'habitude se mandó a guardar; mariconazos, aunque dicen que aplican las enseñanzas de Mao Zedong (eso de los pasos pa'atrás...); y en un acto de valentía doctrinaria le dejaron la economía a los poderosos y usaron una vez más a los damnificados como materia prima (como suelen, porque son esa clase de maricones que necesitan munición humana para hacer la revolución...)

Muy bien.

Todo esto, simplificando, digo, que para lo demás están los sociólogos, teólogos y demás 'ogos', con sus reivindicaciones y martirologios de poster de casa de retiros, esos que ponen caras beatíficas y voces melífluas para decir que quieren justicia social para construir el reino (con minúsculas, no los vayan a confundir con el catecismo a secas...)

Total que pasaron cardúmenes de cosas, en un sentido y en otro, mientras tanto.

Y pasarán. Años para verlo y paciencia para mirarlo...

Summa brevis actualis: Blair (sí, Blair, el socio del gendarme Bush, ¿qué pasa? ¿o no recuerdan el sonsonete de triunfo laborista cuando los tories perdieron...?), y Chávez, y Lula, y Kirchner y Tabaré, y Lagos-Bachelet, y Prodi-D'Alemademocraticodisinistra, y Rodríguez Zapatero, y la socialdemocracia alemana, y López Obrador, y Ollanta Humala, y Daniel Ortega, y el Evo Morales y... siguen las firmas, le han hecho a algunos desempolvar las viejas glorias de que 'el mundo vira a la izquierda...'

No va Hilaria Clinton y arrasa en Wall Street y entonces un aire progresista sopla el viento en las viejas banderas...

Tanto que llegó incluso a levantarle coquetamente la pollera a Cristina Circhner-Klinton que se mira en el espejo y se ve rubia y de Arkansas. Tal vez incluso cornuda, como para empatar del todo, pienso. Hay, claro, una corte de chupamedias que le gritan al oído (traspasando las capas de botox...): 'es tu hora, Américalatina...'; o 'sos la piba Hilaria de La Plata...'

No.

Ni borracho (de cocteles) que estuviera me lo pienso tomar tan en serio.

Ni a siliconvaley, ni a la granmanzana, ni a camilotorreslandia.

No, señores míos. No.

No importa mucho si antes la nave escora un cachito a babor y otro poquitín a estribor. Son huevas y pijadillas históricas. Importan lo que importan, ni un miligramo más que eso.

Porque el mundo va hacia la Parusía, nabos.

Nociones unidas

En esto hay miga. Un festín para hermeneutas. Si puede mantener la vertical, atrévase. Si es un loquito, absténgase. Esto es para hombres...

La legislatura de la ciudad de Buenos Aires apela a la ONU y declara un (¿¿¡¡!!??) día para celebrar-conmemorar-imponer-sugerir la libertad religiosa.

Ándele, pues.

Celo espiritual de la ONU y de la humanidad (de cocteles). Y ahora de los porteños.

La legislatura fundamenta sus legislaciones cívicoreligiosas cósmico-citadinas, entre otras fuentes, con la siempre discutida declaración sobre libertad religiosa del Concilio Vaticano II.

Y dicen que dice que:
...la Declaración de la ONU es heredera de la mejor doctrina pastoral en la materia, como es la 'Declaración sobre la Libertad Religiosa' del Concilio Vaticano II, promulgada el 7 de diciembre de 1965 bajo el nombre 'Dignitatis Humanae'".
Órale, mano...

Pero, digo yo: ¿qué parte exactamente de la declaración Dignitatis humanae suscriben? ¿Cuál parte inspira a la ONU? ¿Toda la doctrina de la declaración? ¿La leyeron toda?

Dice Miguel Hernández...

A María Santísima

(En el misterio de la Encarnación)

Hecho de palma, soledad de huerta
afirmada por tapia y cerradura,
amaneció la Flor de la criatura
¡qué mucho virginal!, ¡qué nada tuerta!
Ventana para el Sol ¡qué sol! abierta:
sin alterar a la vidriera pura,
la Luz pasó el umbral de la clausura
y no forzó ni el sello ni la puerta.
Justo anillo su vientre de Lo Justo,
quedó, como antes, virgen retraimiento,
abultándole Dios seno y ombligo.
No se abrió para abrirse: dio en un susto
(nueve meses sustento del Sustento)
honor al barro y a la paja trigo.

(En el día de la Asunción)

¡Tú!, que eras ya subida soberana,
de subir acabaste. Ave sin pío
nacida para el vuelo y luz, ya río,
ya nube, ya palmera, ya campana.
La pureza del lilio sintió frío;
y aquel preliminar de la mañana
aire ¡tan encelado! en tu ventana,
sin tu aliento y olor quedó vacío.
¡Todo te echa de menos! ¿Qué azucena
no ve su soledad sin tu compaña,
ve su comparación sin Ti en el huerto?...
Quedó la nieve, sin candor, con pena,
mustiándole el perfil a la montaña;
subiste más, y viste el cielo abierto.

(En toda su hermosura)

¡Oh Elegida por Dios antes que nada;
Reina del Ala; Propia del zafiro,
Nieta de Adán, creada en el retiro
de la Virginidad siempre increada!
Tienes el ojo tierno de preñada;
y ante el sabroso origen del suspiro
donde la leche mana miera, miro
tu cintura, de no parir, delgada.
Trillo es tu pie de la serpiente lista,
tu parva el mundo, el ángel tu siguiente,
Gloria del Greco y del Cristal Orgullo.
Privilegió Judea con tu vista
Dios, y elegió la brisa y el ambiente
en que debía abrirse tu capullo.



Y yo no tengo nada que agregar. Ni me atrevo. Salvo decir que ni me atrevo...

jueves, 9 de noviembre de 2006

Cobardías y astringencias

La culpa la tiene fin de año, en parte, con su agenda estúpida de agasajos y festivales de los buenos propósitos venideros (que muchas veces significan: "este año, definitivamente, no...")

También el hecho de que cuestiones mundanas y sociales, y hasta dizque laborales, me zamarrean y me arrojan a salones y perfumes, canapés y mesas floridas, champanes y aperitivos.

Por eso.

Hay un texto que siempre me es de mucha ayuda, como una jaculatoria, casi. Es uno de Chesterton en Aspectos del nuevo Londres y la más Nueva York, de 1932, que son el acopio de reflexiones después de su segundo viaje.
La cobardía de los cocteles

...Esto es indigno de una generación que se envanece de ser sincera y valerosa. En el segundo aspecto, es indigno de una generación que se envanece de mantenerse en forma mediante el tennis, el golf y toda suerte de atletismos. ¿Qué valen estos atletas, con todo su atletismo, si no pueden procurarse una cosa tan corriente como el apetito natural? La mayor parte de mi trabajo es, no me atreveré a decir literario, pero por lo menos sedentario. No hago nunca otro ejercicio que pasearme y arrojar estacas y jabalinas en el jardín. Pero nunca necesito nada que me abra el apetito. Nunca he necesitado un vasito de ron para decidirme a salir de la trinchera para arrostrar los mortales peligros del almuerzo.

Considerándolo harto racionalmente, ha habido una decadencia y degradación de estas cosas. Primero fueron los viejos tiempos en que se bebía, que son siempre descriptos como más sanos. En esos días los hombres trabajaban o jugaban, cazaban o apacentaban, araban o pescaban, y aun, a su ruda manera, escribían o hablaban, aunque sólo fuera por expresar los simples espíritus de Sócrates o de Shakespeare, y luego se embriagaban razonablemente en la tarde cuando su trabajo estaba hecho.

Hallamos el primer paso de la degradación al ver a hombres que no beben cuando está hecho su trabajo, sino que beben para hacer su trabajo. Los obreros solían hacer cola ante las fábricas de cuarenta años atrás y tomar sorbos de whisky puro para poder arrostrar la vida en la fábrica progresiva y científica. Pero, por lo menos, puede admitirse que la vida en la fábrica era algo que exigía algún valor en el que había de arrostrarlo. Estos hombres sentían la necesidad de un anestésico antes de arrostrar el dolor. ¿Qué diremos de los que tienen que tomar un anestésico para poder arrostrar el placer? ¿Qué diremos de los que, ante los terrores de huevos o sardinas con mayonesa, sólo son capaces de gemir débilmente pidiendo aguardiente? ¿Qué diremos de los que han de ser drogados, enloquecidos, inspirados y embriagados para poder comer, como los asesinos para poder asesinar? Si, como dicen, el uso de la droga implica el aumento de la dosis, ¿dónde terminará y en qué punto preciso de frenesí y engaño estará dispuesto un hombre crecido y sano a precipitarse sobre una chuleta y dar su embestida de muerte o gloria contra un emparedado de jamón?

Esta es indudablemente la más abyecta de todas las etapas; peor que la del hombre que bebe por trabajar y mucho peor que la del hombre que bebe por divertirse.

La otra parte de esta misma cuestión es que, mirando y padeciendo estas cosas, se me impone la orilla opuesta y remota: la de cierta astringencia.

Un otro modelo combativo y frívolo, también, porque la frivolidad es antes que nada superficialidad, no sonrisa boba. Y hay superficialidad también en todo determinismo o reduccionismo. Una instancia épica suprema, que no conoce la eutrapelia. Es todo un asunto al que hay que dedicarle más tiempo.

Y mientras voy de mi corazón a mis asuntos, me digo que entre un filantrópico borrachín de salón de luces de hotelucho 5 estrellas y un santón tronante que lanza solamente fulminantes rayos de catástrofe por salva sea la parte, tiene que haber algo en el medio.

Una caricatura de hombre feliz. Una caricatura de hombre virtuoso. Caricaturas. Imposturas de alegría, imposturas de seriedad. Imposturas.

martes, 7 de noviembre de 2006

Alegres penas felices

Casi es un lugar común. O dos lugares comunes.

Uno, el hacer de Chesterton una especie de agente oficial de la alegría frente a toda cosa. Y el sentido de esta percepción la mayor parte de las veces es ambiguo e impreciso. Como si alguien dijera que Chesterton no lloró ni se entristeció jamás por nada y pese a todo. Falso es. Y sin embargo, es verdad que una alegría profunda es algo que no se distingue fácilmente. Resulta más sencillo identificar y enmarcar una alegría superficial, que es la que solemos entender inmediata y cómodamente. Habitualmente con Chesterton se hace esto mismo. El asunto merecería algunos comentarios. Recuerdo ahora un trabajo de un amigo, que alistaba eficazmente los tópicos dolientes del juglar gordo, en esta misma línea que digo ahora, mostrando el valor de la pena en un alegre.

El otro lugar común, y que veo ahora que tiene relación con el anterior, es el de la alegría de Jesús.

Me topé con este texto en México. Es del conocido final de Ortodoxia:
Joy, which was the small publicity of the pagan, is the gigantic secret of the Christian. And as I close this chaotic volume I open again the strange small book from which all Christianity came; and I am again haunted by a kind of confirmation. The tremendous figure which fills the Gospels towers in this respect, as in every other, above all the thinkers who ever thought themselves tall. His pathos was natural, almost casual. The Stoics, ancient and modern, were proud of concealing their tears. He never concealed His tears; He showed them plainly on His open face at any daily sight, such as the far sight of His native city. Yet He concealed something. Solemn supermen and imperial diplomatists are proud of restraining their anger. He never restrained His anger. He flung furniture down the front steps of the Temple, and asked men how they expected to escape the damnation of Hell. Yet He restrained something. I say it with reverence; there was in that shattering personality a thread that must be called shyness. There was something that He hid from all men when He went up a mountain to pray. There was something that He covered constantly by abrupt silence or impetuous isolation. There was some one thing that was too great for God to show us when He walked upon our earth; and I have sometimes fancied that it was His mirth.

La alegría, que era la pequeña publicidad del pagano, se convierte en el gigantesco secreto del cristiano. Y al cerrar este volumen caótico, abro de nuevo el libro, breve y asombroso, de donde ha brotado todo el Cristianismo; y la convicción me deslumbra. La tremenda imagen que alienta en las frases del Evangelio, se alza, en esto como en todo, más allá de todos los sabios tenidos por mayores. Su patetismo era siempre natural, casi casual. Los estoicos antiguos y modernos se jactan de esconder sus lágrimas. Pero Él nunca las ocultó; antes las descubrió a plena cara a todas las miradas próximas, y a las más distantes de su ciudad natal. Algo ocultaba, sin embargo.

Los solemnes superhombres y los diplomáticos imperiales se jactan de disimular sus indignaciones. Él no disimulaba las suyas: arrojaba los objetos por la escalinata del Templo, y preguntaba a los hombres cómo esperaban salvarse de la condenación del infierno. Algo ocultaba, sin embargo. Lo digo con reverencia: esa personalidad arrebatadora escondía una especie de timidez. Algo había que escondía de los hombres, cuando iba a rezar a las montañas: algo que Él encubría constantemente con silencios intempestivos o con impetuosos raptos de aislamiento. Y ese algo era algo que, siendo muy grande para Dios, no nos lo mostró durante su viaje por la tierra: a veces discurro que ese algo era su alegría.
Aunque la traducción use la misma palabra, tal vez no sea casual que Chesterton se refiera a Mirth (de la misma raíz que merry) y no a Joy, como al comienzo del párrafo. Joy es más que Mirth, significativamente, es como la causa respecto de la manifestación. Y se ve que Chesterton no piensa que Jesús ocultara Joy, sino que velaba Mirth. Dice también, al principio de este final, que Joy es el gran secreto del cristianismo y, de ser así, ese secreto no puede haberse heredado sino de Cristo.

Como si dijera uno que Jesús dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. And the Joy. Y yo sé por qué no siempre exhibo Mirth, y más bien pocas veces, si acaso alguna.

Hay que volver a pensar.

domingo, 5 de noviembre de 2006

Gregorio: 1 - 0

La historia podría llamarse Gregorio, después de todo. A secas.

El asunto es que el sujeto tiene 8 años, nacido un 1º de noviembre. Recibió hace unos días una magnífica pelota de fútbol, regalo de su padrino y a la vez hermano mayor. El presente, con todo, era parte del paisaje que rodea a la fecha de su cumpleaños.

Espléndido.

Hace ya un tiempo, y como además el sujeto está rodeado de hermanas -unas verdaderas brujas, a las que sobrelleva por su bonhomía y ductilidad-, se decidió anotarlo en el campeonato de fútbol del club, que se juega cada año para estas fechas, precisamente. Y eso pese a todos los reparos que hay al respecto, que no son ahora del caso.

Entonces, el sujeto entra en estado de éxtasis social y deportivo algunas semanas antes y su cumpleaños termina durando más o menos un mes, y más, que es lo que dura el campeonato de marras, con sus largas vísperas de acecho gregoriano.

Hay rituales que cumplir, el menos gravoso de los cuales es hacerse de una ficha impresa (o bajarla del sitio del club e imprimirla, tanto da) ; tras ello, debe uno anotarse los compromisos deportivos del sujeto cada sábado y domingo de noviembre (bajándolos también del sitio referido) y llevar un fixture insalvable, hipotecando con la vertical intacta mañanas o tardes de cada día del fin de semana de este mes. No es para tanto, bien mirado. Ahora bien: arrastrar hermanos/as del sujeto al borde mismo del campo de juego no es cosa menor y constituir a la madre del interfecto sobre la raya blanca del outgoal, tampoco es baladí. Una vez allí, todos se entusiasman o hacen que, para cobrar al fin -o intentar cobrar- su esfuerzo en una pitanza de caramelos, alfajores, jugos o sandwiches... Una verdadera peste de interesados y logreros..., que se quedan con las ganas dos de cada tres veces. Menos Gregorio, claro.

El sujeto se levantó ayer sábado circa horas 0630 antemeridianas. Jugaba a las 0930 y debía estar 0915. Su excitación flageló a los últimos rezagados de la noche y a los primeros desvelados de la mañana; entre estos últimos: un servidor.

Un salto temporal nos pone en la soleada mañana del sábado. Hermano del sujeto allí presente: José. Padre y madre, claro.

Sociabilidad de club (hmmmm...), sociabilidad de padres mayoritariamente cofrades ocasionales de team de ocasión -y anual-, también (hmmm... x 2); y algunas otras pocas sociabilidades más genuinas, sí.

Ya calzada su camiseta a estrenar -a cuadros, con los colores nacionales- y el sujeto sale al campo.

Aquí la historia se divide en dos. Aunque puede seguir llamándose 'Gregorio'.

Como pasa en estos casos, uno no puede dejar de ver superpuestas y en perspectiva, dos cosas a la vez. Y una cosa en la otra. Lo visible y significante, y lo invisible y significado.

Una variante sería titular: ¿en lo propio es menester acertar siempre? Y la respuesta en este caso podría ser no, a la vista de las esforzadas dotes del sujeto con balón al pie...

Sin embargo.

No tan rápido, que para medir con tasa de implacable rigor, ya están las policías morales, culturales. Y deportivas. Los que quieren el procedimiento impecable con el triunfo asegurado. Los que siempre nos dicen lo que tenemos que hacer, incluso hasta cuando nos dicen que tenemos que hacer una cosa distinta de lo que estamos haciendo. Que policías hay en todas las veredas, amigos míos... Incluso al conjuro de la consigna: ¡sea libre o muerte!

De modo que Gregorio jugó un partido técnicamente mediano. Bien es verdad que, de un año al otro, los progresos brillan como doblones de oro en un cofre tachonado...

Hasta que aparece la otra historia.

Miraba yo sus infatigables corridas por la cancha número dos, sus imprecisas maniobras tesoneras, su garra y corazón, sus coyundas de caucho que le permiten volar, caer y levantarse como una pelota de frontón. Miraba -entre desesperado y divertido- sus súbitas distracciones eutrapélicas, en medio de un avance contrario, departiendo animadamente con su 'amigo' reciente, conmilitón eventualmente zaguero, tan despistado como él, quién sabe qué cosas intercambiando entre dos que no se saben sino desde hace 20 minutos...

Miraba su ánimo invariable, su frente sudada, sus arrestos de resorte, su felicidad inmarcesible.

Y admiraba y envidiaba esa alegre apostura de dueño de casa del mundo y de las cosas que tiene un sujeto de ocho años.Como admiraba, envidiaba y pensaba, lo que es la vida de aquel hombre sobre la tierra. Que es la vida del hombre.

Muy animado era el partido, de modo que no había modo de no prestar atención. Pero, a la vez, no podía dejar de ver en esas justas, otras.

Me decía, mirando, que la vida se parece a eso, exactamente. Y especialmente la vida del alma. La dura y fatigosa vida del alma. La más bien dura y fatigosa nuestra vida del alma. La vida del alma que busca no solamente acertar en lo propio, sino jugarse la vida del alma en cada trance, en cada avance, en cada ataque y defensa, en cada zaga o delantera. Sin certeza del resultado. Casi sin pensar sino en lo que debe hacerse, no en cómo habrá de resultar.

De pronto, ya no veía solamente el partido. De pronto, cada paso, cada cosa, cada corrida ahogada, cada caída doliente, y cada casi inmediata incorporación sonriente, cada cosa y más, todas eran el emblema de la vida del alma. Y viendo todas aquellas alternativas futbolísticas del partido inaugural de Gregorio, ya no veía sólo aquello, sino que no podía dejar de ver lo otro en su fantástica similitud.

Veía lo que es para él. Y lo que debería ser para mí, que no tengo 8 años, ni juego partidos tan importantes como aquel suyo.

Terminó 1 - 0. Gregorio había ganado. Su cielo inmediato era una felicidad casi completa. Completa del todo que fue al rato, con su pequeño cielo del helado bien ganado.

Hoy llovió. No se jugó. Su semblante apenas se turbó. La expectativa sigue inarrugable.

Y la mía, además. Que espero el próximo partido para disfrutar de la limpidez con la que el sujeto combate por su alma. Termina. Gana. Pierde. Se pide un helado y se sacude el polvo y el barro de la batalla, impecable el ánimo para la próxima.

¡Ah, sí...! Tiene la mejor parte. La garra, la frescura, el gozo. Y el helado.

Y yo, verlo. Y verme. Y ver.

viernes, 3 de noviembre de 2006

Pura Schiuma

Musica musicam invocat...

Y como me había zambullido en el tango, tras el tequila, la amable y consecuente lectora me hace llegar una rareza. Nueva para mí, que no la conocía. Muchas gracias.

Ahora bien.

Diré que Alejandra Schiuma debe cantar. Porque canta. Y diré que me atrevo a vaticinar que debería cantar fado, por ejemplo. Y creo que hay blues y algo de jazz que no le irían nada mal, porque de allí venga probablemente.

Y aún más diré: mi querido Nada lo hace con una sonoridad que nunca había oído en este tango.