lunes, 31 de julio de 2023

¿Somos Hombres o Hobbits?: ¿Qué quiso hacer Tolkien?


Hay muchas razones posibles que expliquen por qué escribió John Tolkien sus historias tal como las conocemos. Y entre todas hay una que es real y verdadera: si el profesor Tolkien no hubiera sido un docente relativamente pobre no sabemos si habría habido un Hobbit y todo lo demás. La historia es conocida: aunque los sueldos de Oxford eran mejores que los de otros centros de estudios, Tolkien tenía 4 hijos (cosa infrecuente) y bastantes gastos para criarlos. Tuvo que anotarse en distintas partes para corregir exámenes de ingreso que le dieran un complemento a sus ingresos ajustados. En uno de aquellos exámenes, dice, un estudiante tuvo la cortesía de dejar una hoja en blanco. (Créanme que es fatigoso corregir y es verdad que le da un cierto recreo a la mente encontrar de pronto una hoja apenas escrita o directamente en blanco.)

En esa hoja en blanco, el profesor dejó que su silenciosa creatividad se filtrara hasta la superficie y, descansando del tedio, escribió una frase, digamos, al azar y, en principio, completamente huérfana de padre o madre: en un agujero en la tierra vivía un Hobbit. Y nada más.

Hay dos cosas que apuntar sobre esa casualidad. 1. Tolkien nunca pudo explicar del todo de dónde surgió en su mente esa palabra. De eso trataron de encargarse críticos y urgadores y especuladores. Pero él no lo supo y lo dijo más de una vez. 2. Por otra parte, otra cosa que siempre dijo fue que si encontraba una palabra (o la inventaba, que etimológicamente es lo mismo) podía escribir una historia con ella: “dénme una palabra y le encontraré una historia”, decía.

¿Es verdad lo que dijo? Hay que creerle, por supuesto. Pero sólo hasta que llegamos a la fragua oculta en la que el arte alumbra y elabora sus obras, en una intimidad que es inalcanzable hasta para el propio autor. A ese caldero que hierve sobre el fuego de lo que llamamos la inspiración van a dar literalmente innumerables percepciones sensibles, muchas inconscientes o fragmentadas, pensamientos aparentemente perdidos, ideas que en un momento se consideran locas o que no llegan a formularse completas, soliloquios inconexos. Y más cosas. Tolkien sostenía que las historias iban escribiéndose a medida que él las plasmaba. Y hay que creerle también. Pero…: nadie da lo que no tiene. De modo que en algún lugar estaban todas esas cosas. El lenguaje, al ponerlas en signos, las estructuran, las completan, y les descubren su forma interior. Más que darles una sintaxis, el lenguaje revela su ilación y su sentido.

Canciones para C. (II)


En este derredor que ya es un cielo,
yo te vi en la paloma que volaba.
Y te vi en su silencio que arrullaba
delicias de tu vuelo.

Y vi, al mirar, tu mano que bordaba
la inicial de mi nombre en el pañuelo
que llevas como augurio, ese consuelo
que la noche te daba.

Paloma que en tu vilo y en tu celo
ibas amante al corazón que amaba 
verte llegar en vuelo. 

Paloma en el pañuelo y en el cielo,
la inicial de mi nombre te auguraba 
el canto que callaba.


 

sábado, 29 de julio de 2023

Canciones para C. (I)


Hay un rosal que ha dicho que nos parió el invierno:
que agosto es el orfebre que engarzó tu sonrisa,
que inauguró en el aire el viento en que naciste.

A mí, septiembre quiso sembrarme con trigales
y envolver en panales mis ojos de tormenta,
para seguirte como septiembre a agosto sigue.

Y nos parió el invierno, ya el sol resucitado,  
y era todo evangelio la primavera clara
que decía tu nombre al prado verdecido.

Acunados en vientos y en trigos en simiente,
llegamos a esta tierra en un alba sin niebla:
tú, en mis sueños soñada; yo, de tu amor, amante.


sábado, 22 de julio de 2023

Romancillo para C. (I)


Tu pelo negro,
la nieve blanca.
Brasas de fuego,
niña, en el alma.

¿Dónde está el cielo
que nos ampara?,
te está diciendo
la nieve blanca.

¿Dónde está el cuervo,
negras sus alas?,
me voy diciendo,
niña, en el alma.

Y estoy sintiendo
la nieve blanca
arder mi pecho,
tú, recostada,
tu pelo negro
que enciende brasas
que son el fuego,
niña, en el alma.

Tu pelo negro, 
la nieve blanca.
Brasas de fuego, 
niña, en el alma.



 

miércoles, 19 de julio de 2023

Sonata: III. Rondó: Allegro


Cuando ya no es la noche silenciosa
y el día la conjura,
tu gloria, tu frescura,
tu silencio, tu paso mariposa, 
tu presencia amorosa,
disuelven con fragancia
cada huella en el polvo y la distancia,
cada herida, la espina de la rosa...
Mi corazón escancia
el vino de tu voz. Y es apacible
despertar así amado,
y verse traspasado
por el gozo que das. Es invencible
el manantial de luz inconcebible
que tu voz ha sembrado:
todo amanece cuando soy nombrado.
Te llevo como un peso delicioso
en mi pecho, adornada
con flores, coronada
con la corona de mi amor, gracioso
por la gracia del aire rumoroso
que tiene tu mirada.
Libre en el lecho tibio de tu cielo,
tu reino soberano,
tomado de la albricia de tu mano
camino sin andar, me alzo en tu vuelo,
se acalla todo anhelo
innecesario, vano,
y rasgas mi nostalgia con su velo
y dejas que tu cálido y temprano
resplandor cotidiano
me ilumine de ti y de tu consuelo.


domingo, 9 de julio de 2023

Sonata: II. Adagio sostenuto


¿Qué será de ese día silencioso?
¿Qué soledad habrá?
¿Dónde estaré? ¿Qué cielo luminoso
en mí se apagará,
punzándome el dolor más doloroso?
¿Cómo será la tarde de ese día?
¿Por qué no habrá murmullos
de abejas, ni capullos,
ni el polen que atraía
enjambres en tumultos de alegría?
¿Ni zorzales? ¿Torcazas, sus arrullos?
¿Ya no veré tu sombra?
¿Mi voz desde esa hora será muda
porque ya no te nombra?
¿O al nombrarte la pena se desnuda
y se hace más aguda?
¿Sabré que ya es vacío
el mundo que a tu paso gobernaste
tan amorosamente? ¿Será frío
el viento de la ausencia que dejaste?
¿Quedará lo que amaste?
¿Quedaré si no quedas a mi lado?
¿Aún seré el amado?
¿Así será tu muerte?
¿Un mar opaco en este valle muerto?
¿Será todo lo oscuro ya no verte?
¿La nada en un desierto?
¿Púas de hielo en este mar sin puerto?
¿Tenerte en cada cosa sin tenerte?


sábado, 8 de julio de 2023

Sonata: I. Allegro cantabile


Y vi en el aire el vuelo de tu talle,
la sombra clara y breve de tu pecho...
Y el milagro que has hecho
con las horas de hierro de este valle
de lágrimas, sembrando
tan silenciosamente maravillas
en las cosas sencillas;
cuidando, y siempre amando,
estos fuegos, mi noche y mis astillas...
El trébol de la loma, 
una nube incendiada, el cielo gris,
tu voz como un arrullo de paloma;
entre todas las flores, flor de lis
de plata entre mis manos,
tu lirio en luz tan pura y la pureza
de tu boca que reza...
Los corazones quietos y cercanos, 
serenos de alegría, 
sinfónicos en todo, consonantes;
tú en los ojos amantes
naciendo cada día,
yo, en este gozo que no conocía,
del que somos oriundos y habitantes.


 

viernes, 7 de julio de 2023

Soneto

 



Los años pasan grises y enredados, 
vagan alrededor sin darse cuenta 
de que en su savia misma se alimenta
la verde luz de los enamorados. 
Y van entre el ramaje, enamorados, 
verdes en su esperanza que alimenta 
el mismo amor que son, sin darse cuenta 
de su luz, entre grises enredados. 
Somos el verde, amor, somos el verde. 
Tú, entre las ramas grises de este mundo 
y el gris de plata que en mi sangre anida.
Somos el verde, amor, somos el verde. 
Tú, pura vida en esta edad del mundo; 
yo, el puro verde que en tu pecho anida.



jueves, 6 de julio de 2023

Nosotros


En tu mano de lino, en tu mañana,
en tanto campanario de tu risa,
en tu llegar feliz, en tu precisa
manera de ser siempre cotidiana.
En ese modo torpe de mi prisa,
en este ser tan solo, en mi italiana
costumbre de mirar, en la artesana 
quietud de una belleza que improvisa.
En cada cosa somos. Y así estamos.
Tan cercanos, tan lejos, tan iguales;
tan una misma cosa y diferentes.
En cada cosa nuestra, en todo, amamos
esas mínimas huellas y señales
para sólo nosotros evidentes.



miércoles, 5 de julio de 2023

Romancillo de la niña de cielo y jazmín

 

Niña de cielo y jazmín, 
canción de plata en el aire, 
tu nombre brota en el río 
demorado de mi sangre 
y es un murmullo de abejas 
de pura miel que me late. 
Azahar de una huerta antigua, 
rama de un árbol que sabe 
qué raíz florece en ella, 
qué dulzura fue su madre, 
qué siglos de viento tiene, 
qué cerros, qué manantiales 
se levantan a tus pies 
que hasta mí en amor te traen. 
Niña de cielo y jazmín, 
 alondra que da su cante 
como aguijón de los días 
que llevas entre la carne 
y en los ojos y en el alma 
y en tu corazón rampante: 
¿qué tengo yo que me miras? 
¿qué, sin nada, puedo darte? 
¿qué riqueza es mi pobreza 
que a tus tesoros le baste? 
Niña de cielo y jazmín, 
flor nueva que no es de nadie, 
 ¿por qué el jazmín de tu aroma 
quiere en mis manos quedarse? 
Niña de cielo y jazmín, 
paloma blanca de nadie, 
 ¿por qué a mi pecho das cielo 
para que el pecho lo guarde?



martes, 4 de julio de 2023

Partida


Son silencios las horas, los espejos,
cenizas taciturnas son los días.
Y las distancias cada vez más lejos.

Son niebla gris las voces conocidas,
se disuelven los mapas, las faenas,
las mañanas de luces desvaídas.

Son lápidas sin lágrimas las penas,
hay recuerdos en túmulos vacíos
y olvidos como espinas y cadenas.

Son minutos ajados y sombríos,
nubes sin lluvia, lunas inquietantes,
agobio mudo en sordos griteríos.

                       * * *

Maduraron los pasos vacilantes:
no miran hacia atrás ni se detienen
en mil presentes insignificantes.

Sobre las aguas de otros ríos vienen,
en ondas dulces, cantos sin tristeza
que el corazón celebra que resuenen.

Cierro una puerta. Voy a tu certeza,
a tu flor que florece con fiereza.
Voy a tu encuentro. Y mi mundo empieza.