martes, 18 de julio de 2006

Cuestiones bizantinas

El día, dicen, se presenta arduo.

Desde el 18 de julio uruguayo (del Uruguay de las papeleras) al 18 de julio español (tan por lo menos políticamente incorrecto...); desde el Líbano ahora de Hezbollah (aquel otrora enclave cristiano en medio oriente) hasta Israel (un mismo nombre para nombrar tantas cosas distintas, casi -aunque no tanto- a gusto del que lo nombre...)

Encima, me preguntan además por qué puse lo de San Martín y Bolívar. Pues, para empezar, porque eso dice el libro que estaba leyendo sobre San Martín. Y sobre Bolívar.

(Lo demás es cosa de Chávez y de Kirchner, qué tengo yo que ver, si acaso Chávez se pareciera a Bolívar y Kirchner no se pareciera a San Martín... No es culpa de San Martín, ni de Bolívar. Ni mía, claro...)

Y eso por nombrar cosas más bien sencillas de solventar.

Por eso.

Encontré este Aleluya de un tal Ensemble Sreteniye.

Recomiendo a los amantes de las sugestivas sonoridades del canto bizantino que se bajen algunos otros cantos de ese sitio, que algunas muestras tiene.

Por ejemplo, este Salmo 128 que lleva por título Felicidad del justo y dice:
Canción de las subidas.

Dichosos todos los que temen a Yahveh,
los que van por sus caminos.
Del trabajo de tus manos comerás, ¡dichoso tú, que todo te irá bien!
Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa.
Así será bendito el hombre que teme a Yahveh.
¡Bendígate Yahveh desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén todos los días de tu vida.


Ya sé que esto no tiene nada que ver con los nombres de las cosas que salen en los diarios: ni con Uruguay, ni con España, ni con Chávez, ni con Kirchner, ni con el Líbano, ni con Israel.

Ya lo sé.