jueves, 11 de julio de 2013

Cesare deve morire



Al noreste de Roma capital, en el V municipio, y como parte del quartiere XXIX, Ponte Mammolo, está un pequeño lugar llamado Rebibbia. Como tal, es relativamente nuevo en la ciudad, de principio del siglo XX, aunque la zona es por cierto mucho más antigua que ese rincón urbano de la Roma actual.

El nombre le viene de quien fuera el propietario de aquellas tierras, Escipión Rebiba, cardenal del siglo XVI, de vida y obra muy interesantes ambas, aunque no es el momento ahora de contarlas. Bastaría apuntar para saber de él que, según dicen los estudiosos de las genealogías episcopales, es uno de los obispos más antiguos del cual se conocen con certeza los datos de su ordenación episcopal. Dicen también que por eso mismo la inmensa mayoría de los actuales obispos -los papas, también, en cuanto obispos- "descienden" de él y remontan su línea sucesoria hasta él, cosa que un servidor no puede decir con autoridad, claro.



Ahora bien.

En ese rincón romano de Rebibbia hay una cárcel de máxima seguridad.

Desde hace algunos años, los presos hacen teatro por iniciativa de Fabio Cavalli, reconocido regista que conduce un proyecto de arte en la cárcel.

Cavalli trabajó en este caso con un grupo de teatro formado por presos -y en general presos peligrosos, la mayoría mafiosos- y adaptó una versión propia de Julio César, de Willliam Shakespeare.

En 2012, Paolo y Vittorio Taviani -ya octogenarios-, filmaron en Rebibbia -con guión de ellos mismos- todo el proceso de la puesta de ese clásico inglés por parte de Cavalli y sus presos. Y así salió esta obra.

Entre los especialistas y críticos, se usan los espantosos nombres de docudrama o docuficción para catalogar la obra de los hermanos Taviani. No les hagan mucho caso.

Cesare deve morire, así se llama la película, tuvo en este breve tiempo decenas de nominaciones y premios, entre ellos obtuvo un David di Donatello y un Oso de Oro en Berlín y fue la candidata italiana al Oscar 2013.


Hay que verla (y no por los premios y nominaciones, sino que los premios y nominaciones los tiene porque... hay que verla).

Por eso dejo aquí un enlace para Cesare deve morire (1).

Después, si cuadra, se puede hablar del asunto, porque harta materia hay.


Pero hay que verla antes.

Para hablar de ella, si hiciera falta.

Pero, sobre todo, porque hace falta verla porque... hace falta verla.






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(1) En la página del enlace que dejo más arriba hay varias opciones, como se verá. 

Si se quiere ver esta película, es imprescindible elegir la versión en italiano y subtitulada

Por ningún motivo hay que ceder a la tentación insana de verla en español. Estarían viendo cualquier otra cosa con el mismo nombre pero no esta película, que es la que digo que hay que ver.