miércoles, 24 de julio de 2013

No volveré (II)

Es una cuestión bastante difícil.

No se arregla con desplantes o con elegancias ingeniosas. Porque es la vida propia y bastante más que eso. Aunque eso que es bastante más que la vida propia, está en la raíz misma de la propia vida.

No es cuestión de trebejos sobre un tablero. Ni de recetas de cocina intelectual.

Quiero decir que no se va por esos rumbos pensando a secas. No es un parto de la mente. No es atletismo en las ideas y las palabras.

Es luz.

Pero no una luz alimentada por uno mismo, gran tentación en estas materias, como si fuéramos iluminados.

Es luz.

Y eso nunca es fácil.


*   *   *



Me quedé pensando en el artículo de Ignacio Sánchez Cámara que mencioné la semana pasada.

Hay varias cosas allí con las que discutiría un rato.

¿Qué es la historia? ¿Qué es Roma? Por ejemplo.


Y fue a propósito de eso que fui a desempolvar dos trabajos de ya hace tiempo, que me parece que vienen a cuento, y que dejo aquí para quien tenga interés en leerlos.

Uno de ellos, El Reino, se publicó finalmente en una revista santafesina de la orden dominicana, en 2005.

El otro, Los pesimistas, fue un aporte a una disputa universitaria algo informal de cuando terminaba el siglo pasado. La cuestión que se trataba era la del sentido de la historia. El trabajo contesta una visión del cristianismo que se expuso en el trámite de la cuestión, en términos similares a lo que se expone en El Reino.

Había algunas otras cosas en esa carpeta. Pero creo que, pese a lo que algunos dicen, todavía están mejor allí que aquí.