En los días que están por venir, pasarán varias cosas, probablemente.
De algunas algún comentario habrá, tal vez.
Y no digo que tengan que ser 'noticias', cosas del día.
Pero.
Un ojo estará en Alemania. Sí. Pese a todo.
Pese a todo lo que uno sabe y supone -y con ver cómo es el asunto tal y como se lo ve, ni falta hace una mirada conspirativa-, igual un ojo estará en los campos de juego.
Ya sé que de juego no tienen nada estos campos.
Pero me gusta ver jugar al fútbol. Y entonces voy a ver partidos que ni se imaginan.
De modo que si por un casual alguno me pesca en Trinidad y Tobago vs. Suecia; Ucrania vs. Túnez o Togo vs. Suiza, ni mú...: no quiero oír ni una sola sonrisita de suficiencia o escándalo, nada de empaques académicos ni admoniciones tronitonantes.
Que para saber lo que se podría saber a propósito de todo este circo, me las arreglo solito de lo más bien.
Al fin y al cabo, siempre me maravilló que alguien pudiera hacer con el pie lo que la mayoría no puede hacer ni siquiera con las manos. Ni qué decir con sus propias ideas.