martes, 5 de octubre de 2004

Eso de tomar a los medios de comunicación y a los mensajes de los medios de comunicación y a los productos difundidos por los medios de comunicación y a las decisiones que toman los que toman decisiones en la producción, auspicio y difusión de lo que se produce, auspicia y difunde por los medios de comunicación, como si se tratara de fatalidades geológicas, aspectos climáticos, datos del entorno -como si dijéramos la lluvia, la cola del cometa Halley, un temblor de tierra y ante los cuales cada cual sabrá o querrá tomar sus prevenciones, porque no se puede evitar que el cometa ande por el cielo, o se forme la lluvia o la tierra tiemble-, me parece de una sofisticada cobardía intelectual y moral muy propia de los que necesitan estar para ser. No sea cosa que, diciendo lo que no se debe, ya no puedan estar. Y que haya que pasar por progresista para decir pavadas rastreras y adulonas para con los medios, no le quita lo de cobarde, antes bien, al contrario.

Que eso lo diga Clarín o que se diga a través de él , da exactamente lo mismo.