martes, 28 de junio de 2022

Mar de una mujer


Y llegamos al mar. Pero sabíamos
que no era nuestro el mar y que nosotros
éramos piedra y trigo y bosque y potros
y que nada a ese mar le dejaríamos.
Mirábamos el mar y nos decíamos
la dulzura del cerro... El mar es de otros
que no somos nosotros. Y nosotros
en la luz de otro mar sin mar vivíamos.
Y nos fuimos del mar. Atardecía.
Delante de tu paso se sembraba
el cielo y una luna demoraba
la noche. Lentamente, yo te sigo.
Vas por tu mar de lino tan callada
que te pierde entre sombras la mirada
y te encuentra en la playa de mi abrigo.