martes, 7 de junio de 2022

Romancillo de un año


En cada primavera,
milagro verde,
florecen en panales
brisas y mieles.
Las brisas son tus manos
como claveles;
las mieles son tus ojos
tan dulces siempre.
En cada otoño seco
algo florece:
la sangre de los robles
que mana y mece
el viento, como al oro
de los alerces.
Y en tu sangre está el viento
que dora mieses
cuando llega el verano
tibio a mi frente,
para que no me olvide
que en mí se vierte
ese tiempo de gracia,
seguro y muelle,
de tu breve cintura,
para que sueñe.
Cuando nazca el invierno,
verás que llueven
mariposas de hielo
sobre tus sienes.
Y serán tus amores
copos de nieve,
blancos, leves y agudos
como estiletes.
Y habrá fuego en el aire,
mientras te espere
un corazón amando
hasta que llegues.