sábado, 11 de junio de 2022

Romancillo de un secreto


Yo tengo un secreto,
pero no lo digo.
Sé que monte adentro,
bajo cuatro olivos
(paredes de plata
como de un castillo),
de envidia y de celos
vive protegido.
Sorpresa secreta
que trama el destino:
pasan vendavales
de veras dañinos,
pasan aguijones
de veneno antiguo,
pasan resplandores
secos y vacíos,
pasan los desiertos,
pasan los caminos,
pasan voces huecas,
pasan ciegos ruidos...
Sorpresa secreta
que como un alivio
de guerras sin sangre,
es un armisticio
dulce, tierno y claro
como si de trigo
fuera las mañanas;
suave ardor de un vino,
luz de atardeceres,
nueva luz que ha sido.
Yo tengo un secreto
que viene conmigo,
que sabe mi paso
feliz, que ha nacido
dentro de una estrella
de silencio límpido,
buena como el aire
blanca como un lirio,
azul como un cielo
que germina en lino;
de un rincón del mundo
lejos y escondido
de toda mirada,
de cualquier castigo,
de penas que vagan
por un mar vencido
que ha salado el tiempo,
vasto, oscuro y frío...
Yo tengo un secreto
pero no lo digo.
Porque es inefable,
y no sé decirlo,
no digo su nombre.
Pero no lo olvido.