domingo, 31 de mayo de 2020

Detrás de una puerta


Es un pasillo largo hasta la puerta,
su tramo es fatigoso, lleva tiempo.
Frío y oscuro, angosto y desolado,
un baldío. Al final, como si nada,
llega el día y el límite preciso:
basta alcanzar las jambas y dinteles,
poner la mano sobre el picaporte
y oír el áspero son de las bisagras.
Una madera que parece oscura
se despereza y bosteza un vano
que pisan unos pies que lo atraviesan.
Y esa puerta se cierra a sus espaldas
con un rumor apenas, nuevo, grácil,
y el pasillo y el mundo se iluminan.