lunes, 4 de mayo de 2020

Camino a la mañana


Cuànd il nùvili i vàn vèrs matén'na,
chj è par strèda ch'al camén'na.


Cuando las nubes hacia la mañana van,
el que anda por la senda caminará.


Proverbio en la lengua de Fidenza, Parma.


Y puesto a caminar, como en sueños, miré las nubes claras
navegando hacia el este,
hacia el sol,
sin apuro,
como niños que juegan
y van hacia los brazos de su padre sonriendo.

El camino era hierba,
casi virgen
y verde como un sauce joven.

El augurio en el cielo iba abriendo la huella,
iba alentando el pie,
haciéndole coraje al corazón,
abrigando el silencio frío de la tarde con un soplo amoroso.

El final del camino que mi pie caminaba,
estaba más allá del mar,
del horizonte dibujado a leguas de mis manos.

Un valle y a la sombra
de un monte de piedra morada,
recortando sus filos contra el aire de otras tierras,
lejanas en el pie
y en el pecho cercanas:
allí duerrme en su sosiego
una canción que me espera mientras ando.