lunes, 15 de octubre de 2012

Mañana de primavera

Vino la luz. Y fuiste la mañana
en un tropel de albahaca y de jazmines,
cimbrando de zorzales querubines
el aire manso azul. Y tú, lejana,
fuiste el azahar que abraza los jardines,
ese rumor del agua en la fontana,
tímidamente sol y resolana
tan amorosamente sin confines.
Vino la luz y en todo aparecías
germinando dulzor y primavera.
Limpia de tiempo, a todo florecías,
silenciosa en la luz que reverbera
tu corazón sin sombras y en los días
de la quietud salada de tu espera.