sábado, 6 de abril de 2013

En tu sonrisa


Fue una alegría. Creía haberlo perdido hace años. Pero, no.

Detrás de un detrás de otros libros y papeles, lo encontré. O se me apareció, para decir mejor.

Una edición de los libros de poesía de Leopoldo Panero, hecha por Dámaso Alonso.

Una felicidad, como todo encuentro feliz.

Me quedé con tres poemas.

Los dos primeros son de Versos del Guadarrama, 1930-1939, de una envidiable hondura, fuerte y sencilla.

El otro está en Escrito a cada instante, de 1949. Me alegró tanto volver a leerlo.

Panero murió repentinamente a los 52 años en 1962.

Pino a pino, los ojos
(Despedida.)

Dorada y ancha plenitud huída
que hacia el mar, por los llanos, se desboca
de ladera en ladera, y cuando toca
derrama en sombra, en corazón que olvida.

¡Qué avidez al marcharse, qué escondida
avidez surco a surco, roca a roca,
qué arrastrarse a mis pies como una loca,
y arriba, entre la nieve, cuán dormida!

Dorando el pensamiento que me alumbra
pino a pino, las manos y los ojos
con un puro temblor de vencimiento,

se extiende mi dolor en la penumbra
del campo, como el viento en los rastrojos,
el viento que te llama, el dulce viento...


Roto mi corazón

En el resol de la mañana flota
el rumor de los pinos, vahariento
de azul: leve frescura en movimiento
que entenebrece la montaña rota

de barranco en barranco. El mundo brota
puramente otra vez y dentro siento
al corazón crecer; hablar al viento;
la palabra del agua gota a gota...

Hablar, hablar del agua hacia el profundo
verdor que cae en sima, donde suena
roto mi corazón, en su mañana;

tras el andar del sol se queda el mundo
oyendo solo el agua, la colmena
del agua, el pecho roto donde mana.


En tu sonrisa

Ya empieza tu sonrisa,
como el son de la lluvia en los cristales.
La tarde vibra al fondo de frescura,
y brota de la tierra un olor suave,
un olor parecido a tu sonrisa.
Un pájaro se posa entre el ramaje,
y comienza a cantar en tu sonrisa
y a mover tu sonrisa como el sauce
con el aura de abril; la lluvia roza
vagamente el paisaje,
y hacia adentro se pierde tu sonrisa,
y hacia adentro se borra y se deshace,
y hacia el alma me lleva,
desde el alma me trae,
atónito, a tu lado.
Ya tu sonrisa entre mis labios arde,
y oliendo en ella estoy a tierra limpia,
y a luz, y a la frescura de la tarde
donde brilla de nuevo el sol, y el iris,
movido levemente por el aire,
es como tu sonrisa que se acaba
dejando su hermosura entre los árboles...