domingo, 15 de julio de 2012

Un lindo asunto

Alguno podrá decir que el encuentro fue bizarre, como se acostumbra a decir. No lo diría. Creo que fue una buena idea.

El caso es que, hace más de un par de años, invitaron unos amigos a otros más a reunirse para considerar cuestiones en torno a la Segunda Venida de Cristo, y desde perspectivas diversas y matizadas. El lugar de las conversaciones era monacal, de un modo que solamente un medieval entendería y fueron días espléndidos en más de un sentido.

Como algunos otros, fui invitado con cargo: una exposición sobre algún asunto relativo al punto de encuentro. Hubo más expositores, claro, que de no haberlos habido...

Ahora, y no sin recelo muy justificado, lo dejo aquí. Como el que avisa no traiciona, digo que el escozor viene al menos de tres lados, aparte la calidad de estas letras. Es cosa excesivamente larga, es de lectura compleja y tiene un apéndice, lo que extiende más el asunto. Hubo quienes observaron también las notas que lleva el texto, que se abigarran y engordan. No hay que contradecirlos: tienen razón. Lo que tampoco hay, creo, es modo de que eso cambie. Así está, así quedó y así se queda por el momento. Es una redacción que diría definitiva, aunque es verdad que están allí muchas de las herramientas y aparejos, a la vista de los lectores, que preveo sufridos más que pacientes, y a esta altura sensatamente desalentados.

Pero si lo publico es por sus razones, también. El trabajo está destinado -sin necesidad, sino por decisión propia- a encabezar un tomito que recopila otros varios intentos de un servidor acerca de temas afines. ¿Y cuándo terminaré de publicar el libro?¿Terminaré?

Por eso.

El texto se llama La Belleza como Esperanza y trata acerca de lo que dice el título. El Apéndice tiene algunos textos adicionales de otros tantos autores que a alguno podrán servirle, pues creo que sirven.

Y no puedo decir más, salvo las disculpas del caso.