jueves, 22 de febrero de 2007

Los borrachos del tablón

La sabana sonó al ritmo de los tambores de guerra. Hubo gorgoritos bolivarianos en Puerto Ordaz.

Interesantes las hebras de esta relación peculiar.

Y dejemos de lado la sonrisa encantada del cronista en este caso, que parece más bien un hobbit mirando por primera vez a los elfos de Rivendel.

Por lo pronto, un detalle lingüístico y semántico, lleno de matices:
Desde estos campos ubicados en la sabana venezolana, bordeada por el río Orinoco, los presidentes de Venezuela y Argentina lanzaron una propuesta que, en varios aspectos, trasciende al Mercosur. El bloque regional casi ni fue nombrado en este encuentro, en el que sin embargo hubo un intercambio conceptual entre Kirchner y Chávez sobre si a "la gran nación que recoja el mandato de San Martín y Bolívar", como recita el presidente venezolano, se le debe llamar "suramericana", como él prefiere, o "latinoamericana", como la mencionaba su par argentino.

No creo que sea la única avenida -¿de doble mano? ¿de mano única?- que haya entre estas dos concepciones que se empeñan en llamarse la misma concepción.

Por ejemplo: Irán e Israel.

Algún día, tal vez les toque encolumnarse a cada uno de ambos dos. No como ahora, con gestos ampulosos o sutiles, pero gestos más o menos, gestos de plateísta o de barra brava de la historia; en cualquier caso, gestos desde la tribuna. Tal vez algún día crean -o les exijan, porque una cosa es mandar y otra creerse que uno manda, como cualquiera sabe...- que ha llegado el momento de 'ponerse la camiseta' y salir a la cancha.

Sería una sorpresa -para ellos, digo- descubrir que sendas divisas son camisetas distintas y que el arco rival le queda a cada uno 'del otro lado'.