sábado, 15 de junio de 2013

El águila y el sapo

(Boceto de fábula)


Planea majestuosa y muy atenta
un águila y el cielo luminoso
es su atalaya de aire silencioso
desde donde de todo se da cuenta.

Ve mucho más abajo, y no más lenta,
una mosca, pequeño y delicioso
bocado, con que un sapo perezoso
quiere darse una cena suculenta.

Ya acechando a la mosca, bien precioso,
descubre el sapo al ave y se amedrenta
y, huyendo de la senda polvorienta,
se defiende del águila y su acoso.

Pronto el refrán latino se argumenta
-non capit muscas aquila-, miedoso.

Y, precavido y lúcido, el goloso
con ayuno esa día se alimenta.

*   *   *

Aprende de este sapo y de su ciencia:
porque es verdad: el águila orgullosa
no se abaja a las moscas, desdeñosa.

Pero de sapos no habla la sentencia.
Y aunque en el ojo es pobre su apariencia,
en el buche del ave es otra cosa.