Cuando miramos, vimos la distancia.
Ayer o medio siglo. Es el instante.
Y aquella calle vuelve a ser fragante
y nos hiere de nuevo su fragancia.Cuando miramos, vimos adelante
eso que fue. Y la misma resonancia
de la voz. Y la tímida elegancia.
Y aquel silencio antiguo y anhelante.
Cuando el tiempo no pasa, no pasamos.
Somos nosotros, a través del tiempo
inmóvil, en la misma partitura.Ahora que lo vimos, nos miramos:
las mismas notas pero en otro tempo,
el mismo corazón y otra figura.