martes, 7 de abril de 2015

¿Por qué Galilea?




Un joven chileno que estudió con los Maristas en Rancagua, se recibió en la Católica del Maule y trabaja por estos días en la Católica de Chile, y que tiene bastante actividad en la iglesia chilena, publicó hace dos años estas líneas sobre la Galilea que se menciona en los evangelios tras la Resurrección, precisamente en el encuentro de Jesús con las mujeres que -aparte de los ángeles- fueron las primeras en verlo resucitado.

El título que el joven de marras desarrolla es largo: “Vayan a Galilea, allí me verán”. La situación de Galilea como lugar teológico de encuentro con el Cristo resucitado. El artículo tampoco se me hizo corto.

El episodio al que se refiere está en san Mateo específicamente, y la expresión que comenta está en el versículo 10 del capítulo 28. Pero es parte de un pasaje más largo que incluye el encuentro de las mujeres con el Ángel que les anuncia la Resurrección y les da la misma comanda de avisarle a los discípulos que el Señor se encontrará con ellos en Galilea. Otros evangelistas hacen menciones similares de estas primeras horas después de la Resurrección de Cristo.

Encontré el artículo que dejo más arriba en un lugar protestante que se explica a sí mismo diciendo:
Lupa Protestante, fundada en el año 2005, es una revista de teología, opinión y cultura desde una óptica cristiano-progresista, evangelizadora, crítica, ecuménica, inclusiva y en diálogo con la sociedad contemporánea y las tradiciones religiosas no cristianas. Es publicada por la Asociación Ateneo Teológico.

Los que quieran, pueden leer la nota. Deberían, digo yo.

En cuanto a un servidor, la volverá a leer y después hablamos.

Pero cabe decir antes que san Agustín, en su comentario a este pasaje recogido por la Catena Aurea, dijo:
El Señor no había de darse a conocer en el lugar en donde se había dejado ver por vez primera, sino en Galilea (en donde fue visto después) y donde mandó que podía ser visto, tanto por medio del ángel, como por sí mismo. Esto es un misterio cuya comprensión todo fiel debe buscar. 
Más específicamente, san Agustín se ocupa del asunto en varios puntos (79 al 86) del capítulo 25 del Libro III de su obra De consensu evangelistarum, una especie de concordia evangélica en donde el obispo de Hipona busca resolver las diferentes formas en que los evangelios presentan episodios iguales (para quienes prefieran evitar el latín, pueden leerlo en italiano).

También eso mismo convendría ver con cuidado pues, entre otras cosas, esa vista en Galilea de la que hablan tanto el Ángel de la Resurrección como Cristo mismo -a María Magdalena, por ejemplo-, no es la primera sino recién la octava vez que Cristo se aparece resucitado, en la cuenta que allí enumera san Agustín. Varias veces estuvo resucitado en Jerusalén, o cerca, o en Emaus, antes que en la Galilea que dijo. Y por eso mismo dice san Agustín que hay que ocuparse con calma y cuidado del asunto, porque hay un significado importante en esa Galilea que dijo ser la primera y no fue.

Por cierto, lo que importa es Galilea y no el joven chileno, que está puesto ahora simplemente como un modo de ver las cosas de arriba aquí abajo que, dicho sea también, no es exclusivo ni de protestantes, ni de ópticas cristiano-progresistas, evangelizadoras, críticas, ecuménicas, inclusivas y en diálogo con la sociedad contemporánea y las tradiciones religiosas no cristianas...

Porque ciertamente, cumpa, hay más inmanentismos que los que sueñan tus lecturas...

Sobre todo entre los católicos, cuando parece que hablan de las cosas de arriba y solamente hablan del patio de su casa.