viernes, 20 de marzo de 2015

Ángeles


Dicen que, en marzo y en septiembre, iguales
son la luz y la noche alguna vez.
Juegos del aire, ritmos celestiales.
Sencilleces de luz y exquisitez.
Esos meses, que juegan ajedrez
con enroques de hojas, magistrales,
nos regalan en luz la desnudez
de los borgoñas y ocres otoñales,
trapichando en invierno la niñez
de los verdes en flor primaverales.
Dicen que son los ciclos naturales.
Yo no soy docto, ni hombre sabio o juez,
pero digo, llegando a mi vejez,
que son cosas del todo angelicales.