domingo, 8 de marzo de 2015

Memoria de Charles Ryder



Pocos recuerdan que la mejor novela de Evelyn Waugh se llama en realidad: Brideshead Revisited. The Sacred & Profane Memories of Captain Charles Ryder.

Y no habría que olvidarlo.

Creo que así como John Tolkien miró los asuntos altos y bajos desde la perspectiva de un hobbit, también Waugh eligió un punto de vista para narrar y juzgar los asuntos que trata en su obra. Y allí está Charles Ryder.

Y son varios asuntos los que pasan por adelante de los ojos y el corazón del protagonista. No uno solo: varios. Y todos importantes. Y entre todos, los que se refieren al capitán no son los menores.

No es novedad que el nudo de esas páginas hay que buscarlo precisamente en aquella escena donde se lee un pasaje de una de las historias en The Innocence of Father Brown, de G. K. Chesterton, The Queer Feet, que es aquel que dice:
I caught him, with an unseen hook and an invisible line which is long enough to let him wander to the ends of the world, and still to bring him back with a twitch upon the thread.
Y por cierto que el hilo de Dios es el hilo principal de la novela.


Principal, sí. No único. Ni mucho menos. Y así como en la otra punta del hilo están unos y otros, está en muchos sentidos antes Charles Ryder y con él está lo que él representa en la novela.


¿Por qué lo digo?

Mire, mi estimado: Brideshead Revisited. The Sacred & Profane Memories of Captain Charles Ryder apareció en 1945 y cumple ahora 70 años.

De modo que es una buena ocasión para entrarle -de nuevo o por primera vez...- y ver si lo que sostiene un servidor se sostiene o no.


Como fuere, la discusión la dejamos para otro día.


Por ahora, estoy celebrando el cumpleaños de Charles Ryder.


Feliz cumpleaños, capitán.