sábado, 10 de septiembre de 2016

Obrigado


Me hablabas del Algarve y yo veía
dibujada en tu risa y tu mirada
la luminosa soledad salada
de las costas de Faro y de la ría.
Alentejo..., dijiste. Parecía
un rumor de tu voz y vi alumbrada
la suavidad del trigo dilatada,
mientras su sol en vino me bebía.
Nombraste Santarem, Coimbra, Beja,
Lisboa, Oporto y Leiría y Viana,
y en cada nombre me cantaste un fado.
¿Cómo decir tu gozo, que me deja
con saudade de ti y de tu lejana
tierra de Portugal? No sé. Obrigado.