miércoles, 7 de septiembre de 2016

Llanto de la guitarra


Oí decir a un paisano:
si el hombre quiere llorar
ha de aprender a pulsar
las cuerdas de una guitarra;
que, si la vida desgarra
las cuerdas del corazón,
será la mano quien llore
con lágrimas de canción,
la prenda que el alma añore,
la tristeza o la traición.

Y así el paisano decía,
los ojos secos de llanto,
la pena que con el canto
muda en el alma dormía.
Con la prima amanecía
y era noche la bordona;
el arpegio que emociona,
el rasguido que acompaña:
esa feliz artimaña
del paisano cuando entona,
para llorar con la mano
los dolores del paisano
cuando la pena se ensaña.