martes, 3 de abril de 2012

Hay tiempo

El otoño no tiene apuro, se viene viendo.

Tal vez razón no le falte: quizá sabe que andamos en tiempos en que parece que la noche se reparte el aire por mitades con la luz. Y mientras eso siga así, dirá él que bien puede esperar porque tarde no ha de llegar.

Y si él no tiene apuro, un servidor bien puede ampararse en eso y andar quedo y medio al garete por un rato. Porque también en estos melindres en los que me metí hay equinoccios y hay tanta luz como noche.

Así que vuelvo la mirada a las cosas de Aragón, como siempre, para que él mire por mí, y yo con él, cosas que si no nos las ponen por delante, pasan invisibles, mal de nuestros pecados...

En un boceto, por ejemplo, nos cuenta de la Pascua marzal, no la que tarda, sino la que se apura. Y lo que pasó por estos pagos cuando llegó temprana cierta vez.

Yendo por otras veredas -y no sé si tanto, fíjese a ver si me equivoco mucho...- queda dicha una semblanza de Lisandro de la Torre, en Un liberal consecuente.

Para completar el trío de esta vez, en Soy gaucho y entiendanló, y a propósito de sustantivos y adjetivos, hay una pincelada de la paleta que más le gustaba al insigne tucumano: nuestro Martín Fierro.