El mar que ha visto amar a los mortalesen milenios de sal y entre las guerras,hoy silencia el latido, se estremece,y se acuna en la luna que lo cubre.Tu susurro esponsal me da mil nombres.Y la noche, que aquieta los abrazosy se enlaza recóndita en la piel,deslumbra amor en tu mirada clara.Nos mece un viento sur, silbo apacible,que una vez y otra vez en los rescoldosvuelve llama un furor de brasa ardida.Si el alba llega, luz de epitalamio,verá las huellas nítidas de un tiempotodo de amor transido en estas bodas.