domingo, 15 de enero de 2023

Acantilado


Llevé mi botella de whisky hasta el borde del mundo.
Y cubrí mi cabeza, resguardé mis ojos
y abrigué el cuerpo, que el viento hería.

Lejos, abajo, levantabas las manos hacia lo alto.

Acantilado, sonreía viéndote abrazar el aire.

A mis espaldas,
los gritos de las aves precavidas
protegían sus nidos.

Estuve en alerta sobre las piedras y las matas.

Quería saltar hasta tus pies
y volverte acantilada a ti también,
junto a mí.

Y que brindáramos juntos,
y que cantáramos a dos voces,
hasta que el viento y el mar nos acallaran.