miércoles, 20 de marzo de 2013

Tiempo de otoños

Está el horizonte triste;
¿el paisaje ya no existe?;
un día rosa persiste
en el pálido poniente...
Llueve, llueve dulcemente.

Lluvia de otoño

Olvidanzas, Juan Ramón Jiménez


...with patient look,
thou watchest the last oozings hours by hours.

John Keats, To Autumn

...con mirada paciente,
velas el último fluir, horas y horas.

John Keats, Al otoño

This thou perceiv’st, which makes thy love more strong,
To love that well which thou must leave ere long.

William Shakespeare, Sonnet 73

Todo esto ves y hace más fuerte tu amor
para amar tiernamente lo que debes dejar aquí por siempre.

William Shakespeare, Soneto 73



Ya va por la mañana
la espiga de este otoño florecido
en gotas de una lluvia fina y pura.

Florece el agua nítida de otoño
en luz tan simple y clara
que el cielo gris descarga ya en mi frente
y tiñe la mirada barrida por el aire;
y el corazón serena la voz de esta espesura
y busco entre la hierba la vereda del día
que me lleva a la tarde
que me deja a las puertas de la noche del mundo,
que gotea tristeza mansamente.

Ya va. Y, hora tras hora,
como quien se adelanta hacia la muerte,
el otoño se yergue
y se agazapa,
vuelve a brotar del frío de mis huesos
y se hace tierra y polvo,
se hace tiempo y ceniza,
se marchita en mis manos
y en mis pasos
que van hacia un invierno de esplendor tormentoso
y más allá hacia un puerto de un sitio que no he visto.

Viene por un sendero
de memorias de seda, flor y hierro;
memorias de memorias
que al viento de la tarde de la vida
andan como hojas de oro y encarnadas de sangre,
la sangre sin edad
que late silenciosa su otoño y sus amores.

Otra vez esta lluvia que traspasa los siglos.

Otra vez esta estación de bronce que adormece la historia
y dulcemente llueve sobre un hombre
rayos de olvido, de un sol apenas tibio y pálido.

Un día irá el otoño lentamente
a su descanso eterno;
irá por esos bordes de las flores que callan sus vestigios de ternura;
irá sin su vestido de nostalgia,
sin su calzado seco que brilla en cada cosa
esa pátina opaca.

Y quedará el otoño en secuelas de frío,
añorando unas viñas que dan su fruto en marzo
y dan un vino fresco
más amado que el amor de este mundo.

Y quedará el otoño yendo sin saber dónde ir,
rondando estos jardines
de aromas y de luz,
en los que fui feliz mientras duró este mar del tiempo.