domingo, 30 de diciembre de 2012

Cerro arriba


Lleva su ocre bermejo, el sol en cobre.
Ya voy entre vertientes, pastizales
de piedra gris, de mica que fulgura
y destella en su frente la mañana.
Es verde azul el día, falda quieta
de esta montaña antigua, sola, dulce
de menta en luz, fragante de poleo,
silenciosa de mí, de todo ausente.
Subo a la altura que murmura el aire
del viento que respira en las cañadas
hondas de cielo en nubes tormentosas.
Hasta el borde del cerro llega al paso
lento y deriva en cumbres sin edad,
mi presencia sin huellas ni testigos.