miércoles, 16 de septiembre de 2020

Soneto /XVIII


Abrazo el litoral de tu figura
en el límite exacto de tu sombra;
y esa tibieza que te cubre, nombra
veladamente el don que me conjura.
Misterio en la belleza que me asombra,
vino al trasluz que embriaga, tu hermosura.
¿Qué manantial inventa tu ternura
y con cada susurro la renombra?
Navego a ti por ti, mi vela al viento,
buscando el puerto en el que espera sola
una mirada que jamás me pierde.
Un mar a nuevo nace en tu contento,
y en verde y sal me alumbra en cada ola
para que en todo y siempre te recuerde.