Decreto
Acordemos las vacas
en inmóviles sueños de materia celeste
penetrados de lluvias incisivas
y rayos disminuidos
entre cabras que gritan las olivas
y los soles que balan las ovejas
que duermen a las cóncavas angustias
en los espacios lentos sin límites de mundos.
Acordemos palabras que muevan los espacios
y los campos envueltos de esferas y manzanas.
Acordemos las tierras exteriores
favorables de cóndores andinos
en medidas convexas y monedas de plata.
Acordemos los campos inminentes de rayos
en las partes supremas de la gloria.
20 de noviembre de 1957
Jacobo Fijman
(De Romance del vértigo perfecto)