Estaba el campo azul, todo de lino.Estaba el monte y los aromos de oro.Estaba el zaino, el ruano, el flete, el moro.Estaba el aire con su aroma a pino.Estaba el trino de un zorzal sonoro.Estaba el viento que adornaba el trino.Estaba el cielo, el trigo y el camino.Estaba el hondo lamentar del toro.Pero estaba también en el paisajeel corazón vagando entre las cosasque la tarde amansaba con dulzura.Y vio que el puerto del peregrinajeeran cuatro palabras amorosasy el abrazo, el ocaso y la llanura.