lunes, 21 de septiembre de 2020

A grievous British grudge


No tengo tiempo para ocuparme del asunto. 

Pero, solamente como curiosidad, me gustaría saber si este joven Anthony Horowitz tuvo alguna mala experiencia en la Argentina... como british, claro. (Malas experiencias en la Argentina, y con los argentinos, los argentinos tenemos a cada rato desde hace unos, qué diré... ¿doscientos y pico de años?)

En 2001, en la temporada 8, capítulo 1, de esta producción de la que ya hablé y que se inspira en el Hercule Poirot de Agatha Christie, Horowitz –como en el caso anterior de 1993– vuelve a dramatizar una novela de las de la inglesa. 

Ahora es el turno de Evil under the sun, unas 250 páginas de 1941, una típica trama de crimen por codicia, ambientada en un hotel de mar en Devon al que va a pasar sus vacaciones el detective belga.

En la novela (lo digo por las dudas, pero es obvio) no hay un argentino ni para remedio. Pero..., en la serie... 



Tal vez Horowitz lo hace de británico que es, nomás. O tal vez de veras estaba buscando colgarse la OBE al pecho para fanfarronear en los casamientos o en los cocteles y, con oportunismo, eligió a los argies como ariete de su fama y nos tomó de punto.

¿Quién puede saber lo que pasa por esa cabeza? 

En tren de conjeturas, prefiero, veramente, que haya detrás un drama de ópera, pastoso, trágico, terrible. Un episodio que marcó su vida para siempre y la nubló de rencor. Tal vez un mate frío en una visita fugaz a Cutral Có, tal vez haya querido prender un fueguito reparador una tarde de junio en una isla del Delta y le ofrecieron madera de ceibo o de mora para quemar. O quizás, estando alguna vez en el campo de un compatriota suyo de él, creo que en Saladillo, lo invitaron a una promenade pampa y los peones le ensillaron un matungo que no galopaba. O, lo que sí sería de veras traumático y justificaría su resentimiento sin más, quiso ver un partido de fútbol en Buenos Aires y lo llevaron a la cancha de River, en vez de llevarlo a la de Boca. 

No sé. No me lo explico. Dígamelo alguien si lo sabe. Pero tiene que haber sido alguna cosa por el estilo.