miércoles, 30 de septiembre de 2020

Canción novena


Milagro y resolana,
amparo de tus ojos, 
misterio dulce con el que me herías.
Cercana, tan cercana,
ya beso esos cerrojos
de la prisión con que me apresarías.
Sonriente lo sabías.
Sonriente la mirada,
riente de ternura,
me gobierna de puro iluminada:
luz y rocío, me ata a tu cintura.
Ya, corazón de nido, 
cumpliste lo que habías prometido.