Casi al fin de la noche y aun oscura,todavía sin luz, sin el consuelode una mañana nítida y rampantede viento del oeste yendo al sur...Sin el sosiego del amor a mano,minutos quietos, lánguidos, vacíos,que no son paz –y el corazón lo sabe–,tal vez hijos del frío o la distancia.¿Valdrá la pena hablar idiomas mudos?¿Urgar en sombras que no dicen nada?¿No saber? ¿No entender? ¿Andar a ciegas?Sólo quien ama tiene luz perpetua.Y toda noche fulge como el día.Porque sólo quien ama entiende todo.