jueves, 14 de marzo de 2024

El papel de los tigres de papel




(Salpicón misceláneo)


No se enojen con un servidor, será que soy medio zonzo.

Pero creo que a los libertarios los frustra y los amarga ver que el peronismo es insuperablemente más hábil que ellos para manipular las trampas y suciedades del sistema.

¡Venga, hombre...!: que al fin de cuentas el peronismo (y no de ahora...) es mejor tramposo (y más sucio) que ellos, que parecen medio perplejos. O medio pavos.

Así como me parece también que a Javier Milei lo exaspera no poder ser un patotero tan eficaz como lo fue Cristina en su día. O el mismo Néstor. Y otros.

Y no que no haga grandes esfuerzos de pataletas, aprietes, amenazas, ironías, destratos, basureos, escraches, tuiteos furibundos.

Pero, ni hablar: no le sale como a ella.

El peronismo es una gran escuela de gobierno.

No sé si lo saben los leones libertarios. Y no sé si lo aprenderán alguna vez. O si tendrán tiempo para aprenderlo.
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Entre las excrecencias de las furias leoninas, está esta cuestión de renovar todo el tiempo el catálogo de los traidores a la patria, según con qué pie se levante ese día el rey león, según cómo de mal le salgan las cosas, según cuánto –serpientes, rinocerontes, jirafas o monos– se le rebelen o no le den bola, o lo pasen al cuarto, haciendo un pacto con él a la mañana y yéndose a pactar con sus adversarios al mediodía. Por unos mangos, claro. Y por un pedazo de la tarta del poder, claro.

Alguien tendrá que decirles a los felinos, empezando por Simba, que, además de ser una táctica vieja eso del catálogo de traidores a la patria, siempre termina mal.

Menos Milton Friedman, Javier, y un poco más de historia de Roma, te vendría bomba...

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¿Cuál es la diferencia entre los peronistas diciendo que ellos –y sólo ellos– son el pueblo y la patria (o que sólo son pueblo verdadero y verdadera patria los que están con ellos), y los libertarios (con Simba a la cabeza) diciendo que a ellos los siguen solamente las gentes de bien (o que son gentes de bien sólo los que están con ellos..)?

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Si uno fuera uno de los cuantiosos animales de la selva, no estaría tan tranquilo y feliz.

Porque cuando el rey de la selva, (vbg. el león) les dice a los animales de la selva que él es carnívoro, no solamente les están diciendo la verdad: aunque sea un acto de conmovedora sinceridad, inusual en un gobernante.

Pasa que los animales de la selva, en general, son su alimento, porque son de carne y hueso, cosa que también es verdad. Y aunque el león no lo mencione, también eso les está diciendo. Si cuando se comió el primer bambi no se dieron cuenta, es que están dopados o hipnotizados.

Así y todo, por alguna razón, los animales están felices y conformes con que el león sea tan sincero con ellos y les haya dicho la verdad.

Es curioso. Pero se ve que pasa.
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Como ya lo dije tantas veces, una más no importa.

¿Qué hace en el gobierno Victoria Villarruel? Qué hace en realidad, quiero decir. Tal vez sea un misterio que vaya develándose. Quién sabe para qué vino y cuál es su plan.

Habrá que esperar. Pero no mucho, Vicky, no mucho...: mirá que esto es la Argentina y acá puede pasar cualquier cosa. Y hasta todo lo contrario. Y hasta ambas cosas a la vez.

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Serán cosas de la política. Pero oír a los peronistas reclamar el cumplimiento de los reglamentos, la defensa de la institucionalidad, el respeto a las leyes, la probidad y transparencia en los actos de gobierno, es como oír al FMI reclamarle a Javier Milei compasión ante el sufrimiento de los pueblos, de los vulnerables, de los indigentes, jubilados, niños sin pan, y así siguiendo el planto de los financistas del entero globo terráqueo.

(Por no hablar del cinismo de los periodistas, opinólogos, comisarios políticos y más, y más...)
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¿Ven? El verdadero Ciclo sin fin es la dirigencia argentina. Toda ella. O casi el 100%.