(Salpicón misceláneo)
No se enojen con un servidor, será que soy medio zonzo.
Pero creo que a los libertarios los frustra y los amarga ver que el peronismo es insuperablemente más hábil que ellos para manipular las trampas y suciedades del sistema.
¡Venga, hombre...!: que al fin de cuentas el peronismo (y no de ahora...) es mejor tramposo (y más sucio) que ellos, que parecen medio perplejos. O medio pavos.
Así como me parece también que a Javier Milei lo exaspera no poder ser un patotero tan eficaz como lo fue Cristina en su día. O el mismo Néstor. Y otros.
Y no que no haga grandes esfuerzos de pataletas, aprietes, amenazas, ironías, destratos, basureos, escraches, tuiteos furibundos.
Pero, ni hablar: no le sale como a ella.
El peronismo es una gran escuela de gobierno.
No sé si lo saben los leones libertarios. Y no sé si lo aprenderán alguna vez. O si tendrán tiempo para aprenderlo.
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Entre las excrecencias de las furias leoninas, está esta cuestión de renovar todo el tiempo el catálogo de los traidores a la patria, según con qué pie se levante ese día el rey león, según cómo de mal le salgan las cosas, según cuánto –serpientes, rinocerontes, jirafas o monos– se le rebelen o no le den bola, o lo pasen al cuarto, haciendo un pacto con él a la mañana y yéndose a pactar con sus adversarios al mediodía. Por unos mangos, claro. Y por un pedazo de la tarta del poder, claro.
Alguien tendrá que decirles a los felinos, empezando por Simba, que, además de ser una táctica vieja eso del catálogo de traidores a la patria, siempre termina mal.
Menos Milton Friedman, Javier, y un poco más de historia de Roma, te vendría bomba...
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¿Cuál es la diferencia entre los peronistas diciendo que ellos –y sólo ellos– son el pueblo y la patria (o que sólo son pueblo verdadero y verdadera patria los que están con ellos), y los libertarios (con Simba a la cabeza) diciendo que a ellos los siguen solamente las gentes de bien (o que son gentes de bien sólo los que están con ellos..)?
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Si uno fuera uno de los cuantiosos animales de la selva, no estaría tan tranquilo y feliz.
Porque cuando el rey de la selva, (vbg. el león) les dice a los animales de la selva que él es carnívoro, no solamente les están diciendo la verdad: aunque sea un acto de conmovedora sinceridad, inusual en un gobernante.
Pasa que los animales de la selva, en general, son su alimento, porque son de carne y hueso, cosa que también es verdad. Y aunque el león no lo mencione, también eso les está diciendo. Si cuando se comió el primer bambi no se dieron cuenta, es que están dopados o hipnotizados.
Así y todo, por alguna razón, los animales están felices y conformes con que el león sea tan sincero con ellos y les haya dicho la verdad.
Es curioso. Pero se ve que pasa.
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¿Qué hace en el gobierno Victoria Villarruel? Qué hace en realidad, quiero decir. Tal vez sea un misterio que vaya develándose. Quién sabe para qué vino y cuál es su plan.
Habrá que esperar. Pero no mucho, Vicky, no mucho...: mirá que esto es la Argentina y acá puede pasar cualquier cosa. Y hasta todo lo contrario. Y hasta ambas cosas a la vez.
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Serán cosas de la política. Pero oír a los peronistas reclamar el cumplimiento de los reglamentos, la defensa de la institucionalidad, el respeto a las leyes, la probidad y transparencia en los actos de gobierno, es como oír al FMI reclamarle a Javier Milei compasión ante el sufrimiento de los pueblos, de los vulnerables, de los indigentes, jubilados, niños sin pan, y así siguiendo el planto de los financistas del entero globo terráqueo.
(Por no hablar del cinismo de los periodistas, opinólogos, comisarios políticos y más, y más...)
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¿Ven? El verdadero Ciclo sin fin es la dirigencia argentina. Toda ella. O casi el 100%.