miércoles, 31 de agosto de 2005

Cosecha 1956

Para despedir agosto y recibir a septiembre, les voy a decir una cosa: me gusta el tango.

Digan lo que quieran, pero me gusta el tango. Hasta me gustan algunas 'pifiadas' líricas, de ésas que son como un recuadro de sus orígenes. Por lo menos las miro con infinita benevolencia.

Sin embargo, hay cosas. Por ejemplo, hay que ver estas letras que copio... y me van a tener que disculpar la abundancia.

Dos de ellas son 'tangazos', de esos que si no existieran habría que apurarse a componer.

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Afiches
Homero Expósito - Atilio Stamponi

Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...

Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud
-cargándome otra vez la cruz-.
Cruel en el cartel te ríes, corazón...
-¡Dan ganas de balearse en un rincón!-

Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
¡y hace con él la primavera!
¿Pero qué?
Si están tus cosas pero tú no estás
porque eres algo para todos ya
como un desnudo de vidriera.
Luche a tu lado... para ti,
-¡por Dios!- ¡y te perdí!

Yo te di un hogar...
Siempre fui pobre pero yo te di un hogar.
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti.
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar,
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar... ¡fue culpa del amor!
-¡Dan ganas de balearse en un rincón!-

Ya da la noche a la cancel


Maquillaje
Homero Expósito - Homero y Virgilio Expósito

Porque ese cielo azul que todos vemos, ni es cielo, ni es azul.
¡Lástima grande que no sea verdad tanta belleza!
Lupercio de Argensola (1559-1613)

No...
ni es cielo ni es azul,
ni es cierto tu candor,
ni al fin tu juventud.
Tú compras el carmín
y el pote de rubor
que tiembla en tus mejillas,
y ojeras con verdín
para llenar de amor
tu mascara de arcilla.

Tú,
que tímida y fatal
te arreglas el dolor
después de sollozar,
sabrás cómo te amé,
un día al despertar
sin fe ni maquillaje...
-Ya lista para el viaje
que desciende hasta el color final-

Mentiras...
que son mentiras tu virtud,
tu amor y tu bondad
y al fin tu juventud.
Mentiras...
¡te maquillaste el corazón!
Mentiras sin piedad...
¡Qué lástima de amor!


La última curda
Catulo Castillo - Aníbal Troilo

Lastima, bandoneón,
mi corazón...
tu ronca maldición maleva.
Tu lágrima de ron me lleva
hasta el hondo bajo fondo,
donde el barro se subleva...
Ya sé... no me digás... ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo, todo, tan fugaz,
que es una curda ¡nada más!-
mi confesión...

Contáme tu condena,
decíme tu fracaso,
¿No ves la pena
que me ha herido?
Y habláme simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que me hace daño!...
¡Yo sé que te lastimo
llorando mi sermón de vino!
Pero, es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en un licor que aturda
la curda que al final termine la función,
corriéndole un telón al corazón.

Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerráme el ventanal
que quema el sol
su lento caracol de sueño...
No ves que vengo de un país
que esta de olvido, siempre gris,
tras el alcohol.


Alguien

Eugenio Majul - Héctor Stamponi

¿De sal?... ¿de miel?... ¿de qué?
Mi boca se impregnó,
tentada por tus besos.
¿De sal?... ¿de miel?... ¡no sé!,
lo nuestro se quebró,
¡fetiche, al fin, de yeso!
Duele pensar que Dios nos llamará,
que el tiempo se nos va...¡cortón, igual que un rezo!
¡Amar... sufrir... rodar;
no hallar el buen amor
y hastiarse de esperar!

La calle me dio tu vida,
¡pasabas sola y herida!...
No sé por qué te amé... no sé por qué!;
acaso, porque en alguien busqué encontrarme...
¡En alguien... que me quisiera!
¡En alguien... que me creyera...!
¡Hubo una esquina, tú pasabas con tu mal;
te quise y fue mi amor... fatal!

Ya ves, recién, tú y yo
rasgamos ese tul
tan triste como vano.
Ya ves, recién voló
la mariposa azul
del sueño más cercano.
Fue torpe y cruel la juventud tirar,
y en el ocaso ya, buscar dos blancas manos,
¡Vivir... soñar... sentir
el barro a nuestros pies,
y en él los pies hundir!


Hasta con epígrafe barroco viene alguna de ellas, y tal vez resulte pretencioso, si no fuera que Homero Expósito es Homero Expósito.

Tienen algo en común, sin embargo.

Las cuatro son composiciones de 1956.

Y algo más en común: se ve que, a los muchachos, 1956 les resultó un año medio negro...

Una lástima, ¿saben?

Porque -más allá de lo que digan las letras, que sus motivos tendrán- 1956 fue un buen año.