Te miro trenzar las hebrasde cuero, para esos tientosque cruzas en mi costadopara anudarte en mis centros.Te veo en la tarde rojaencender conmigo el fuego,mientras arde cada llamacon tu corazón adentro.Toda rescoldos, la nochele siembra luz a tu cuerpo,que es mimbre de pura gracia,dorado como centeno,vibrante y sedoso, altivo,que cimbra a la par del viento.Hay un alba gris moradaque espera y oculta el cielo.Y hay la ternura en dos manosque acariciaron el cuero,en las horas que tuvimosy que apartamos del sueño,hasta hacer trenzas tan finasque parecen ser silencio.