jueves, 30 de noviembre de 2023

Romance de su presencia


Está la tarde sin ruido
y anda la lluvia en barbecho
arreando nubes de plata
que van por campos de cielo.
Y afinan mil voces roncas
con las que darán el trueno,
mientras susurra en sordina
un coro como de viento.
Con la luz que mengua el día
rozando unos trigos tiernos,
miro la luz de unos ojos
que estarán mirando lejos,
pensando que yo los miro,
sabiendo que yo los veo.
Un aire como del mar
entra acariciando el pecho:
parece sal y es jazmín
que aroma como su pelo
oscuro de luna buena,
vetas de luz y romero,
que en ondas de viento limpio
dejan mi amor al acecho.
El aire que es mar y llano
todo florecido en trébol,
de puro gozo se arroba,
insomne de amor despierto, 
y abre las venas dormidas
y les deja sangre adentro,
perfumada, roja y dulce
como las flores del ceibo.
Camino cada camino
como si fueran recuerdos
y a cada paso que doy,
todo es ella lo que encuentro:
están su risa y su voz,
el día del primer beso,
su mano trenzando lilas,
su temblor y un reverbero
con el que llama a mis manos
y pone en ellas un fuego
tibio de ser a su lado,
dorado de ser tan nuevo.
Ella es la nube y el ave,
mi pie, la arena, el sendero,
la soledad de este día
y su presencia en mis centros,
la sombra de mi costado,
ese rumor que arde fresco
si me retraso y la miro
estar sin estar. Y luego  
va por delante y se vuelve
y pronunciando en silencio
dice mi nombre sin voz
y sin voz dice "te quiero..."
para que nadie lo oiga,
sólo yo. Con su pañuelo,
que lleva el signo invisible
de que su andar es mi sueño,
fue recogiendo unos lirios
rosados, como sus dedos,
bordes leves, finos, gráciles 
que germinan de su cuerpo.
Y en una loma tan verde
que la lluvia verde ha puesto,
su figura se deshace
como si fuera de vuelo...
Sé que no está, que es nostalgia
de su nombre. Pero es cierto
cada rumor de su paso
de torcaza en mi regreso,
que creo ver y no está,
que digo que está. Y voy ciego.
Y dice la voz del mundo
saudades que va sintiendo
y que punzan con mil flechas
como su flecha que siento
donde nace el corazón,
que por no estar luce muerto.