lunes, 23 de mayo de 2022

Soñar no puedo


Querría un roble antiguo.
Tan fuerte y alto, fronda verdecida
que cobije la tarde y sea el amparo.

Echarme yo a su vera,
recostarme y dormir. Es imposible.

Nada es soñar ahora.

Es todo tan real, es tan de veras:
con el eco de todo amaneciendo,
bramando en aguaceros,
hiriéndome los ojos sin memoria
que ven todo naciente,
recién nacido y este mismo día,
en el instante mismo
en que pronuncias cada nuevo aroma
y las alondras tienen nombre nuevo.

¿Cómo soñar? No puedo.
Porque soñar es haber visto antes
la rosa, el cerro, el río:
haberlos visto ser,
haber sabido el sol de terciopelo,
haber oído el mar,
y saber de la sal, saber del fuego,
de la furia del viento en torbellinos.

Es esta eternidad de tu presencia,
nostalgia de mañana
que evanesce recuerdos,
sabor a eternidad siempre presente.


Como si fuera un sueño. Y es real.