domingo, 1 de mayo de 2022

De tu calle y el tilo


Nos esperaba el tilo de tu calle.
Todavía es amparo y a él volvimos.
Repetimos los gestos. Repetimos
mi mano en el refugio de tu talle, 

tu silencio esperando que me calle,
y callar lo que nunca nos decimos,
y decir una vez por quién vivimos
y otra vez, y otra vez. Cada detalle

es el mismo detalle conocido,
como abrazar al árbol y decirte:
"si te abrazara así, te mataría...";

y decirme, y tu aire contenido:
"y cuántas veces tengo que pedirte 
que me abraces, si no no viviría..."