sábado, 28 de mayo de 2022

Ser Anzoátegui



Todo este día feliz me acompañó el recuerdo del entrañable Ignacio Anzoátegui, quién sabe por qué.

Se lo extraña, como a otros buenos y viejos amigos que ya se fueron de este valle: Raúl, Polo... Pero son tan presentes en tanto, cada quien a su aire y con su talante, que es difícil la nostalgia de los días y queda solamente la felicidad que dejaron y la que habremos de compartir, Dios queriendo.

Dos cosas dejo aquí.

Las líneas que escribí para él en su partida, en julio de 2009, que tenían el mismo título de esta entrada, y que rescaté ahora recordándolo.

Y uno versos –que creo son de sus mejores, si no los mejores–, dichos por él mismo, en su homenaje y por su memoria. 

Un poema feliz. Como el recuerdo de su amistad y su figura. 

Y como este día, tan parecido a sus versos en esto y aquello.  




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Ser Anzoátegui