lunes, 29 de agosto de 2005

Ridículo, como las buenas costumbres

Bonitamente ingeniosa es esta torpeza. Tiene méritos para figurar entre mis meditaciones sobre los nuevos mandamientos.

Pero esta noticia es curiosa no solamente por las normas tan típicamente ridículas que aparecen allí. Por otra parte, sería interesante saber en qué circunstancia y por qué razón se han generado semejantes pavadas. Nos llevaríamos más de una sorpresa, creo. Me gusta pensar que hay historias de lo más interesantes que fueron a terminar allí, en una norma desopilante.

Creo, sin embargo, que lo más importante es la relación. Si uno mira con atención, a la derecha, abajo, aparece otra información que se pretende relacionada con esa nota de color que se divierte rescatando normas absurdas o risibles.

Por supuesto, como se trata de una relación, se verá que ambas se remiten mutuamente.

Por supuesto.

No sea cosa que alguno se pierda la oportunidad de ver lo ridículo de la moral y de las buenas costumbres. Aunque haya que usar para eso costumbres ridículas.