miércoles, 26 de septiembre de 2018

Dulcinea


Árboles, yerbas y plantas
que en aqueste sitio estáis,
tan altos, verdes y tantas,
si de mi mal no os holgáis,
escuchad mis quejas santas.
Mi dolor no os alborote,
aunque más terrible sea,
pues por pagaros escote
aquí lloró don Quijote
ausencias de Dulcinea
del Toboso.

Es aquí el lugar adonde
el amador más leal
de su señora se esconde,
y ha venido a tanto mal
sin saber cómo o por dónde.
Tráele amor al estricote,
que es de muy mala ralea;
y, así, hasta henchir un pipote,
aquí lloró don Quijote
ausencias de Dulcinea
del Toboso.

Buscando las aventuras
por entre las duras peñas,
maldiciendo entrañas duras,
que entre riscos y entre breñas
halla el triste desventuras,
hirióle amor con su azote,
no con su blanda correa,
y en tocándole el cogote
aquí lloró don Quijote
ausencias de Dulcinea
del Toboso.

Estos versos están en el capítulo 26 de la primera parte de El Quijote, la de 1605.

Revisando papeles que ya vendrán a parar aquí, vi que a estos versos hay quienes los consideran tan afinados en la técnica como chuscos y hasta casi irónicos. Principalmente por cierta rima en -ote, que sonaría ridícula a primera vista. Como si fuera una parodia que degrada el asunto que trata: el amor de Alonso Quijano por Dulcinea.

Y digo mal: no es Alonso Quijano, es Don Quijote. Y eso en parte explica, materialmente al menos, que la rima cuestionable sea en -ote.

Creo que entiendo lo que se dice cuando se tacha a esos versos de paródicos. Pero lo que no entiendo es cómo no se advierte a la vez que toda la obra lo es. Todo en Don Quijote es una verdad oculta detrás de una parodia. Por fuerza Cervantes quiso que su personaje tuviera ese aire ridículo.

Y mantuvo la identidad de su ridiculez casi todo a lo largo y ancho de la obra. Pero esa ridiculez es en realidad la parodia de los que descreen en la caballería verdadera, que Quijote representa para escándalo de un mundo que ya no consiente que personajes así anden sueltos.

Es algo extraño el argumento pero lo que quiero decir es que Cervantes, de alguna manera, se las ingenió para componer un personaje según los ojos de los sensatos de este mundo, y logró exponer lo lamentable de esa sensatez mundana, haciendo amable al caballero desquiciado, supuesta parodia de la caballería. Algunos siglos después, Chesterton haría algo parecido con personajes de su invención como Auberon Quinn, Adam Wayne, Gabriel Gale, Inocencio Smith y hasta el propio Padre Brown.

Yo no me apuraría a calificar los versos de amor a Dulcinea.

Porque parece que Quijote sabe bien que Dulcinea es la basta Aldonza Lorenzo campesina. Y las rimas que le aplica allí creo que lo muestran veladamente.

Cuando haya cumplido su propósito transfigurador ante los ojos de un mundo que lo menosprecia, Quijote -y todo su mundo, para nada mundano, Aldonza incluída- volverá a ese lugar de La Mancha, del que salió tres veces y ninguna, porque allí estaba su quicio, su hogar y su cordura, más sensata que la mundana.

Que su heredero sea Sancho Panza, diría que es prueba de lo mismo: un hombre común que -bajo la mirada transfiguradora de su caballero- ya no será más un simple palurdo.