jueves, 27 de septiembre de 2018

Gracias


Préstele usted atención a estas palabras entusiastas:

Todos los sonetos que figuran en esta “Biblioteca del Soneto” han sido el resultado de más de cincuenta años de trabajo de investigación sobre el tema. Cuando comencé esta Biblioteca del Soneto tuvieron conocimiento de ella los poetas al uso en la España de los cincuenta y sobre todos Gerardo Diego, que me animaron en esta incipiente empresa. Por poner un ejemplo sobre Lope de Vega apenas se conocían por entonces trescientos  escasos sonetos, reunidos entre el mismo Gerardo Diego en 1.953 y anteriormente en una publicación conmemorativa del centenario sobre Lope en el año 1.935 de Luis Guarner con quien más tarde, por los años setenta tuve ocasión de hablar sobre el tema en Valencia, donde yo vivía por moti vos profesionales, la obra fue siempre bien acogida por los maestros de la poesía y sobre todo del soneto. Hoy en el caso de Lope de Vega mi Biblioteca ha registrado más de mil cuatrocientos sonetos de dicho autor.
Desde los primeros sonetos copiados en mis cuadernos a golpe de pluma, a los últimos pasados en mi ordenador, de los originales, ediciones o antologías, a los últimos encontrados en Internet. Todos ellos han sido pasados endecasílabo a endecasílabo, o en algunos casos alejandrino a alejandrino, con el fin de que todos tengan la perfección que el Soneto exige. La mayoría de las veces los errores encontrados, han sido más producto de los transcriptores que de los autores. Mi condición de “Corrector de Sonetos”, me ha servido para poner en orden el conjunto de muchos sonetos y darle la forma correcta.

Ejemplos de estos errores son: Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Medrano y muchos de los poetas actuales, poetas que por su condición de sonetistas perfectos eran incapaces de escribir un solo endecasílabo que no tuviera la condición de tal. El error siempre está en las personas encargadas de copiar de los originales, que enmendaron, seguramente sin querer, el verso perfecto de el autor.

Esta “Biblioteca del Soneto” tiene la misión de divulgar si ánimo de ningún lucro uno de los más grandes tesoros de nuestra poesía: El Soneto. Para ello he contado con la “Biblioteca Miguel de Cervantes” como editores de mi proyecto. Y como estimo que dentro de Internet, es la difusora cultural más importante del mundo de habla hispana, me siento honradísimo de colaborar con dicho proyecto universal.

Es la introducción a un trabajo ingente (tiene 1306 páginas, figúrese...) que el señor Ramón García González realizó y que está alojado desde 2007 en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes; hace tiempo obtuve la obra en formato .pdf porque me pareció interesante. Siendo, como es un servidor, admirador de sonetistas, ese trabajo tenía por fuerza que parecerme apetitoso. Cualquier interesado puede bajarla de allí.

Y con esto ya tiene usted todos los datos que necesita para seguir adelante.

Bien al comienzo de esta bitácora cite unos versos de un poeta cancioneril de la España de los Reyes Católicos, don Juan Álvarez Gato. De hecho, fue la primera entrada.

Pues bien.


Después de un día agitado, hoy mismo, me puse a mirar unos papeles y yendo de una cosa en otra fui a hurgar la versión digital de aquella Biblioteca del Soneto. No me lo crea, pero descanso leyendo poesía.

Quiso la fortuna que fuera a dar a la página que micer García González dedica a don Juan Álvarez Gato a quien le atribuye un soneto, cosa que me llamó la atención porque es más o menos averiguado, creo, que la poesía cancioneril difícilmente incluya ese tipo de composiones. Para corroborarlo puede verse su Cancionero, aquí.

Más me llamó la atención cuando leí el soneto que le atribuían a Álvarez Gato en la página 675 de la Biblioteca. Cualquiera que conozca a su servidor sabe que jamás recuerdo sin esfuerzo cosas que haya escrito y menos en verso. Pero esta vez me pareció familiar cierto decir, ciertas palabras, giros, modos.


Mordido por la curiosidad, me llevó un tiempo salir de la duda pero al cabo acerté a llegar al Soneto en cuestión, que era, como me temía, efectivamente obra de mis manos.

Ocurre que un par de años después de iniciada esta bitácora compuse un soneto que publiqué primero aquí y que después fue a dar a 140 Poemas, mi primer libro de versos publicado. Era del jueves 17 de noviembre de 2005 y está en la página 76 de dicho libro.



No tengo que enojarme por eso. Al contrario, lo agradezco.  Porque parafraseando a Manuel Machado y a Yupanqui, llegar a ser una obra propia tan universal que cualquiera puede atribuirla a cualquiera -y más al insigne poeta español- hasta que sea de todos y de nadie, lejos de ser una ofensa es una galantería inconmensurable.




¿Si voy a revisar la Biblioteca entera para ver si hay más "hallazgos"?

De ninguna manera.

¿Y perderme así la sorpresa simpática que nos da el verdadero hallazgo? Nones.