Lo mencioné últimamente y recordé unas páginas que se publicaron en la revista
Bueyes Perdidos, en 2008. Hacía poco que también él se había ido para el silencio, como diría Yupanqui.
Aragón o la poesía,
Hilvané allí, en su homenaje, episodios que la memoria personal se niega a olvidar, por gratitud.